MINISTRO MIN ENCONTRADO MUERTO EN APARENTE SUICIDIO.
Era la portada de diario Chosun ILBO, el cigarrillo en sus labios no alivia su tensión ni evitaba el asqueroso olor a pescado de sus alrededores; había llegado al muelle de Jaseungdae en el puerto de Busan en plena madrugada, sentado sobre una banca solitaria esperando. Leía el artículo mientras sostenía el periódico con firmeza luego solo lo arrugó en sus manos totalmente frustrado, el pedazo de mierda de Min Yoongi estaba fuera del camino, llevándose varios secretos que necesitaba saber con urgencia.
Imaginando, indagando, pensando....cómo odiaba pensar.
¿Encontraría la forma de localizar a Kim?....por supuesto que lo haría, no sabía porque lo dudaba, él siempre obtenía lo que quería.
Era difícil, sabía que no era una presa fácil ya no lo subestimaría era un maldito hijo de puta, que podía predecir todo y manejar las cosas a su antojo, estaba seguro que era él, el que se había asegurado de deshacerse de Min, tenía una corazonada pero aún no estaba claro.
Los rayos del sol empezaban a llenar la mañana aún fría, se quedó sorprendido por aquel bello color amarillo como el cabello de Jimin...
Jimin.... suspiro.
Nunca superará a ese chiquillo, no tenía fuerzas para luchar contra lo que en un inicio se negó ahora todo era diferente estaba enamorado, enamorado como un tonto, inútil y desesperado.
Si tuviera la oportunidad de hacer las cosas diferente, lo haría, lo llevaría lejos, lo haría olvidar con besos todos los maltratos, los golpes, los gritos, los castigos los borraría de su mente, pero era imposible, incluso si tuviera la posibilidad ahora, no podría ofrecerle nada ni futuro, ni amor, estaba seguro de que si Jimin estuviera con vida, lo menos que querría sería estar con él, huiría asustado por todo el daño que le causó. El merecía ese rechazó después de todo no merecía el perdón de Dios, no después del aterrador futuro que se desataría por sus acciones.
Igual, le daba igual, no tenía nada que perder el puto mundo podía arder en pedazos, Jimin no estaba a su lado desearía poder regresar el tiempo y no matarlo, aún no cabe en su cabeza ¿El cómo lo mató?, ¿ Y el porqué?¿Cómo sus manos pudieron traicionarlo así? ¿Cómo pudo quitarle la vida?, se sentía tan mierda y tan muerto como lo está el rubio. Por eso podía llevarse al infierno el mundo.
Sin la existencia del rubio tampoco tenía ganas de vivir.
Solo lo tenía de pie su anhelo de venganza.
Ahora que sabía que lo había orillado a hacerle tanto daño quería ir tras él y matarlo con sus propias manos.
Kim se adueñó de todo lo que le pertenecía, las cuentas en el extranjero, sus casas y negocios en Hong Kong y Europa, en qué maldito momento permitió que todo se saliera de las manos.
Claro, fue el duelo que tuvo que pasar, después de la pérdida de Jimin, se volvió loco debió estarlo, muy loco.
La cajetilla de cigarrillos estaba vacía entre sus dedos, vio un bote pasar y la aventó con disimulo, odiaba tener que llevar la basura en sus bolsillos.
Un auto se estaciono en una esquina, la gente empezaba a salir en sus botes a pescar y otros salían a comprar la pesca de los que madrugaron.
Escucho como se sentaban a su lado, cruzando las piernas casual como si no pareciese raro que dos hombres estén en un lugar con traje negro.
- ¿Será un buen día hoy?; No lo crees Jeon - comentó con falso tono amable, podía distinguir esa ansiedad en su voz Kaulitz estaba allí por el paquete y solo así, ese sería un buen día.
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Asesino En Série/kookmin
ФанфикEn el asiento trasero de un Mercedes Benz clásico, un joven vestido de seda, leia un libro sobre el Arte de la Guerra, mientras escuchaba música clásica con sus audífonos. Hermosamente bello, impecablemente hermoso. Tras ellos una estela de polvo...