Capítulo 5

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El mundo está cayendo en pánico el miedo y la consternación hicieron de Seúl una ciudad peligrosa, las mujeres y hombres desaparecen sin dejar huellas, las cámaras que habían en toda la ciudad siempre estaban en reparación, toda evidencia que podía dar algún indicio del sádico asesino, desaparecía y la gente estaba llena de miedo.

Aquello había desembocado después de la espantosa muerte de los padres de Jimin, en los periódicos, las noticias y redes sociales estaban llenas de fotos demasiado detalladas. El morbo del crimen se volvió viral y las autoridades no pudieron contener la ola de quejas y denuncias de su negligencia.

Nadie se sentía protegido, ni siquiera en su propia casa.

Se dió por desaparecido al hijo de la pareja Park, posiblemente secuestrado por el denominado Asesino en Serie de la ciudad.

Jung Hoseok  investigaba su desaparición  tenía una corazonada al respecto de su paradero y el imbécil de V como se hacía llamar su informante parecía  jugar con él.

A veces le daba uno que otro detalle relevante, pero nada concreto, era  un rompecabezas, al principio parecía una locura, pero luego todo empezó a encajar, claro no era tan revelador como para conseguir una orden de arresto, pero el caso tomaba forma. Todo empezó a tener sentido.

Estaba cerca algo le decía que la desaparición del chiquillo Park era la clave.

. . .

- Que bueno que no estuviste allí - dijo mientras limpiaba las lágrimas del pequeño rubio - cuando llegué ya era demasiado tarde - mintió recordando en su mente cada segundo que disfruto asesinando a sus  padres, en especial a su madre quien tenía un enorme parecido con su pequeño y una arrogancia extrema que le recordaba a su madrastra, disfruto de violarla delante de su agonizante esposo, al principio no había ido con esa intención quería hablar de su hijo y llegar a un acuerdo, todo iba bien, pero luego su padre le recordó al suyo, el cómo se referirse a él, cual bastardo y simplemente decidió que matarlos era más fácil y divertido.

Jimin lloró luego de ver las noticias en la TV, y es que fue un asesinato tan lamentable que conmovió a la humanidad; estuvo en cada diario de todo el mundo, y todos querían bajo arresto al culpable de su crimen, incluído Jimin, él los amaba, aunque ellos nunca mostraron interés en él aún seguían siendo sus padres, irónicamente era consolado por el asesino de ellos.

- El destino te puso en mi camino, Jimin, quiero ayudarte, ese hombre está suelto por allí, por eso creo que es mejor que te quedes aquí, conmigo, yo te protejere - lo meció, acercándole a su pecho mientras esté temblaba aún entre sollozos y lágrimas. Una ruin sonrisa  aparecía en los labios de Jeon.

Le gustaba jugar con el ingenuo rubio, creía en él, confiaba ciegamente y eso solo aumentaba su deseo, esa era su conclusión, el solo  deseaba a Jimin, no era ningún otro sentimiento, el jamás sentiría algún otro tipo de emoción, más que deseo.

Muy en el fondo sabía, que deseo no era lo que sentía, era algo más pero se negaba a reconocerlo y acallo esas voces.

El amor puede entorpecer a los más fuertes.

Los días al igual que las semanas transcurrieron sin mucho que hacer, para Jimin estar en la enorme casa suponía un cambio radical;  Jeon lo hacían sentir protegido, además se sentía amo de casa, se encargaba de la limpieza, aunque Jeon le había dicho que no debía de hacerlo, incluso se había enojado cuando vio pequeños callos formándose en sus manos.

Le  prohibió seguir con la limpieza, tenía a alguien quien lo hacia ciertos días, pero le encantaba cocinar, así que era el chef oficial y favorito de Jeon.

Asesino En Série/kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora