Capítulo 20

983 138 10
                                    

El crujir de sus pisadas eran el único sonido en aquella selva helada,  había corrido un largo kilómetro cerca de la frontera con China.

Estaba solo, indefenso entre el frío invierno no se veía como un niño perdido, era más como un tigre acechando, atento a cualquier sonido que lo pusiera en alerta, no estaba armado sólo llevaba en sus manos a " Pandora"; una caja tan enigmática y  peligrosa.

Quería no pensar, pero el silencio lo obligaba  volver a aquel lugar en donde creció, recordar todo su pasado lo atormentaba y a la vez lo volvía fuerte, lleno de odio e ira como ningún otro ser puede sentir.

Le faltaba mucho por recorrer, se sentía cansado afortunadamente  encontró un refugio, una cueva pequeña se deslizó por ella, al interior era más amplia, se recostó sobre el suelo un poco frío y respiro profundo que difícil era sobrevivir pero el se adaptaba.

Salió de nuevo dejando la caja en el lugar, recolectó algunos trozos de yesca,  unas ramas esperaba que funcionará, al volver después de intentarlo y maldecir, logró generar una chispa, hasta que está se convirtió en fuego.

El calor logro abrigarlo su sombra se proyectaba en la pared de tierra, mientras afuera una fuerte nevada caía.

Cerró sus ojos recostado en el suelo, los recuerdos lo atacaron, podía verse de niño en un lugar como este pero más pequeño, donde solo había oscuridad.

°°°
Una joven hermosa posó sus ojos inocentes en el hombre equivocado mucho mayor a ella, en edad, en estatus y poder.

La arrogancia y maldad no fueron suficientes para que ella se alejara de ese hombre, dejó de lado todo aquello que la gente decía y se dedicó a soñar junto a él a escondidas.

¿Porque nunca hizo preguntas? ¿Porqué se enamoró de la manera más ingenua, de un hombre que ella no sabía le era prohibido?.

Él se había enamorado,  con su coraza de malas intenciones, un monstruo capaz de hacer maldades estaba enamorada de la inocencia de la joven, a pesar de ser casado y ocultarselo. No tuvo el valor de decirle la verdad.

Quiera  tener una opción,  escapar de su país con ella y ser felices, era un sueño tonto y se avergonzaba de pensar en cosas tan ridículamente románticas, pero no las podía evitar.

Su crianza fue estricta  sumamente difícil, no tenía derecho a cuestionar las decisiones de su familia, debía acatarlas sin negarse.

Así que no tenía idea de sentimientos ni emociones, hasta que la conoció y algo en el cambio. Algo que simplemente no pudo ignorar y por primera vez en la vida dudo de todo lo que se le había enseñado.

Pero tenía una obligación con su poderosa familia Kim, ser miembro de ella era ser una Deidad, estar llena de privilegios no le faltaba nada lo tenía todo, podía tomarlo sin pedir permiso el podía hacer y deshacer a su antojo. Nadie podía decirle nada, quizá solo su padre y su abuelo.

Perder todo por amor no le convenía, podía decir que la amaba pero ese amor no podía vencer su egoísmo, sus ambiciones, su adoctrinada obediencia.

Su abuelo, el padre de Norcorea, se avergonzaría de su actitud enamoradiza y por sus pecaminosa pensamientos de traicionarlos por el amor de una mujer campesina.

Una simple mujer sin ningún beneficio para él o su familia.

A pesar de los bellos momentos de amor que pasaron juntos, todo se descubrió, su esposa era una mujer arrogante  igual que él. Había descubierto su infidelidad lo delatado con su padre el cual se sintió avergonzado fue reprendido delante de su abuelo, abofeteado y humillado, obligándolo a salir del país  mudarse al extranjero con su esposa. Y olvidarse de esa campesina.

Asesino En Série/kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora