La Familia Imperial

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La doctora Rubio recomendó un largo período de descanso luego del parto, además de solicitar visitas constantes para poder mantener vigilada la salud de Victoria y la mía; evidentemente nadie se opuso a ello, y aunque intenté decirle a Víctor que podía seguir trabajando desde la cama, este se negó en cada oportunidad y me pidió que disfrutara la maternidad a plenitud, al menos durante los primeros tres meses de la bebé. Podría decirse que lo que más llamó mi atención de toda esta transición, fue aprender a amamantar; era una experiencia completamente surreal y me sorprendía lo suave que podía resultar la succión de un recién nacido, pero sobretodo, el hecho de que tuviéramos, a nivel de especie, la capacidad de alimentar a nuestras crías, era simplemente magnífico. Lo que se complicó de manera más notoria fue ir al baño, entre muchas otras cosas, al menos durante la primera semana, pero fui acostumbrándome a la molestias; afortunadamente contaba con el apoyo de todo un grupo de mucamas, las abuelas de Victoria y sobretodo, Víctor, quien decidió instalarse en una esquina del cuarto, un cómodo sillón y una mesa pequeña servían como su oficina transitoria.

—No es necesario que estés todo el tiempo con nosotras. —Le dije una vez, mientras acomodaba a Victoria junto a mí después de su colación de la tarde, lista para tomar una siesta.

—No hay otro lugar donde quiera estar, querida. El cuarto huele delicioso, había olvidado lo adictivo del aroma a bebé. —El Emperador dejó a un lado su portátil y se aproximó a la cama, recostándose boca abajo con sumo cuidado, quedando a centímetros del rostro de Victoria—. Cuando mi madre tuvo a mis hermanos me gustaba pasar mucho tiempo con ellos, porque tenían un olor muy peculiar, bastante suave. Ella también lo tiene.

La mirada de mi esposo era algo completamente distinto a todo lo que había visto durante esos años, podía ver su fascinación a flor de piel y el miedo saliendo por cada poro de su cuerpo, como si estuviera ante el ser más cándido del mundo y la fiera más amenazante al mismo tiempo. Alargó su diestra hacia el rostro de nuestra hija y rozó delicadamente la punta de su nariz, ella no se inmutó, estaba muy dormida como para hacer caso.

—Es muy pequeña, como una muñeca. —Comenté, acomodando su almohada muy lentamente.

—Es hermosa, lo cual es bastante raro porque todos los neonatos tienen pinta de papa inflamada. Victoria es muy bonita, con rasgos muy delicados, me da miedo de romperla cada que la cargo. —Confesó, apartando su mano—. ¿Sabes? Aún no puedo creer que todo esto haya pasado, y no solo me limito al asunto de la Revolución, sino a... todo esto, es como si fuera parte de una película y yo hiciera de protagonista y director al mismo tiempo.

—Realmente no tiene sentido ponerse a pensar en todo lo que sucedió, no a estas alturas, cielo. —Encogí mis hombros y llevé las manos hacia el chongo que se alzaba sobre mi cabeza, deshaciéndolo—. Disfrútalo y ya, al final, tenemos lo que tenemos solo durante cierto tiempo, ¿no?

—Indeterminismo puro, mi Emperatriz. —Víctor tomó mi diestra y depositó un beso en el dorso de esta—. Por otro lado, ya están cuadrando los preparativos para la presentación oficial de Victoria, será una ceremonia multitudinaria, mucha gente vendrá a conocer a la Princesa, pero me preocupa tu salud, ¿crees estar lista para la semana entrante?

—No es como si hubiera parido a quintillizos, Víctor. Además hay algo que me preocupa mucho más que la presentación, es el asunto del bautismo, mucha gente se pregunta si lo haremos o no y realmente no estoy segura, soy de la idea de que la niña escoja su fe, pero nosotros fuimos coronados en una Catedral y hemos afianzado la idea de un México católico, de la libertad de credos en general... no me parece justo vernos obligados a bautizar a nuestra hija.

—México ha sido libre de elegir en qué creer, y aunque nosotros asumimos el poder bajo los ojos de su Dios, fue para darles la garantía de que empatizamos con sus ideas sin siquiera compartirlas. Así como nadie les impuso un credo, nosotros no lo haremos con Victoria.

Imperio. [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora