Desire

Capitulo 4

Junto al puente

Narra YoonHo

1 de enero de 2020

12:00

La mañana de año nuevo está yendo bastante más tranquila de lo que me imagine en el momento en que desperté. Después de la noche que pasamos en casa de los padres de Hosung a donde fui invitado a ir a pasar la última cena del año y la entrada del mismo volvimos a casa con una cálida sensación recorriendo todo mi ser, instalándose en mi interior, en mi corazón donde aún se mantiene.

Mirando a la nada, apoyado en la vaya metálica sobre el puente, dejo todos esos recuerdos fluir en mi memoria sin borrar en ningún momento mi sonrisa cubierta por mi bufanda protegiéndome del frio que hace.

— Deberías ir a casa.

Sintiendo el peso sobre mis hombros desvío mi atención de ese punto en la nada frente a mi, mirando la tela gruesa que es mi abrigo pasando mis brazos por las mangas hasta abrocharlo fijándome no mucho después en Hosung parado a mi lado mirando en la dirección opuesta a donde yo miraba.

— ¿Por qué estás aquí a mediodía? —centra su atención en mi —¿no has ido a tu casa ha hablar con tu madrastra?

— Hoy no me apetecía soportar los reproches de esa mujer gritándome porque no pasé la última noche del año a su lado —vuelvo a mirar al frente —¿sabes que hice el año pasado en esa misma noche?

— ¿Te fugaste?

— Robe una botella de champan de la despensa donde esa mujer las tenia guardadas con otras muchas de lo mismo o de vino o en se que más porque no me acuerdo y me la bebí a eso de las once y media o por ahí —le miro de vuelta —me sentí tan libre bajo los efectos de esa bebida que creo que ha sido la mejor noche vieja sin contar todas las que pasé con mi padre. No quiero ver a esa mujer hoy, ni nunca. Mañana llamaré a la policía y haré que la saquen de allí. Me da igual donde vaya porque no me va a crear cargo de conciencia.

— Es tu decisión aunque ya sabes que podría ayudarte si prefieres que vaya yo personalmente a decirle que debe irse —niego —también tengo conocidos que podrían ayudar con eso. No le harán daño solo harán que salga de la casa y cambiarán la cerradura para que no vuelva.

— ¿No serán matones? —sus ojos agrandándose me aseguran que no lo son.

— No son matones son un matrimonio que conocí en el trabajo. Unos es juez y el otro abogado y podrían ir en tu nombre y sacarla de allí —se aleja lentamente del puente —piénsalo pero vamos a casa que hace frio.

Caminando a su lado pienso sobre su propuesta, propuestas más bien, intentando ver si seria una buena idea aceptar o bien que vayan esos dos conocidos suyos o él mismo y hacer que mi ex madrastra se marche sin necesidad de retrasar más el tiempo de lo necesario y por fin poder contar que tengo un hogar propio y no estar como un trotamundos de casa en casa sin nada estable.

— YoonHo —miro a Hosung saliendo de mis pensamientos —te estaba diciendo si estás bien pero no me estás ni escuchando. ¿En que estás pensando?

— En.. nada —entro detrás de Hosung en su casa —prepararé la comida si no te importa.

— No, no, no —me detiene antes de poder avanzar un solo paso —cocinaré yo. Tu te darás un baño para entrar en calor que has estado mucho tiempo en la calle solo con la bufanda esa como abrigo.

Viéndole entrar en la cocina veo otra decisión más que tomar. Darme un baño como me ha dicho y hacer entrar en calor a mi cuerpo que evidentemente si ha sido atrapado por el frio por no ir abrigado o pasar de ese plan y dejarlo para más tarde y ayudarle con la comida como a diario hacemos cuando no nos turnamos y cocinamos individualmente. Decidiéndome por la primera opción subo las escaleras hasta mi habitación, dejando el abrigo sobre la cama y me acerco al armario de donde saco uno de mis pijamas más gruesos y un bóxer negro dirigiéndome al cuarto de baño. Cerrando la puerta a mi espalda sin echar el seguro porque no es necesario, dejo mi pijama a un lado y me desnudo dejando la ropa a un lado en el cesto de la colada. Inclinándome, temblando un poco por el frio, abro el grifo caliente al máximo, viendo como poco a poco va llenándose metiéndome en la bañera cuando está lo suficientemente llena, relajándome cuando el agua caliente empieza a transmitir a mi helado cuerpo ese calor que tanto necesita.