Capitulo 26

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Solicitud

Narra YoonHo

3 de marzo de 2020

Entro ahora en casa después de firmemente dejar mi solicitud para ingresar en el ejercito, pudiendo solo hacerlo hoy porque días atrás los plazos aún no estaban abiertos. Exactamente no se bien que significa el hecho de haberme apuntado hoy, de haber tenido que esperar tantos días para poder hacerlo, pero espero de verdad poder ir al mismo tiempo o con poco tiempo de diferencia que Hosung.

Dejando mis zapatillas a un lado en la entrada, poniéndome unas más cómodas, me dirijo a la cocina, sorprendiéndome al verla vacía, dirigiéndome al salón ahora, sintiéndome confuso por no encontrarle tampoco aquí cuando antes de irme me aseguro que no se iría, que me esperaría antes de irnos.

— No ha podido ni esperar a que vuelva.

Quitándome la chaqueta que dejo sobre el sillón, sacando mi móvil dispuesto a llamarle, me detengo, no porque no quiera llamarle de pronto sino por tener sus manos puestas en mi cintura, su aliento rozando mi cuello, haciéndome sonreír, girarme entre sus brazos, abrazarle por el cuello, siendo detenido cuando voy a besar esos deliciosos labios que más pronto ya si que extrañaré como a todo él entero.

— Tenemos que ocuparnos de algo —muy a mi pesar asiento —podemos esperar un par de días si lo prefieres.

— En un par de días tu ya estás con un pie allí mi amor y no podré ni cortarte el pelo asique mejor ahora —deslizo mis dedos entre cada uno de sus mechones —te vas a ver raro pero precioso seguro.

— Tu siempre me vas a ver con buenos ojos.

Asintiendo le doy la razón, porque esté como esté para mi siempre será perfecto, hermoso, único.

Dejando mi móvil en el bolsillo de mi chaqueta que sigue sobre el sofá, voy con Hosung al cuarto de baño, cogiendo las tijeras y la maquina para cortarle el pelo mientras él se quita la camiseta que lleva. Mirándole, viéndole ahora sentado, me acerco dejando una toalla bien colocada sobre sus hombros, tapando la mayor parte de su cuerpo para que no queden tantos pelos adheridos a ella.

— Podrían dejarte ir asi la verdad —corto el primer mechón, viéndolo caer.

Hosung no dice nada en ningún momento, siendo el sonido de las tijeras por cada corte que hago el que se escucha. En cuestión de minutos el suelo a nuestro alrededor está lleno de los mechones que he ido recortando, deteniéndome cuando en más que suficiente para pasar la maquinilla, siento más que notable la diferencia a como estaba antes, de como está ahora.

Encendiéndola, sin detenerme a mirarle a los ojos, esos que fijamente siguen clavados en mi, la empiezo pasando desde la nuca hacia arriba, llevándome así los últimos que quedaban, finalizando en menos de siete minutos, sentándome sobre sus piernas, ahora si mirándole, abrazándole, incapaz ya de contenerme en algo que no quiero hacer ni cuando tenga que despedirle pero se que así será.

— Me quedará bien al menos ¿no? —asiento despacio —solo es pelo mi amor. No te preocupes tanto porque crecerá cuando menos creas y cuando tu estés allí conmigo ya no estaré así.

— Lo se Hosunnie pero es un cambio enorme y aunque siempre serás el más guapo, precioso y perfecto para mi la razón es la que me incomoda aún —me separá un poco —no quiero que tarden mucho en darme una respuesta.

— No lo harán seguro —su mano se mueve libremente por mis muslos —¿nos vamos ahora que ya tengo mi nuevo corte, gentileza de mi precioso novio?

Asintiendo pero sin moverme de encima de sus piernas, pasando mis manos por donde hace relativamente poco estaba su precioso cabello, muevo mis labios sobre los suyos, siendo un beso calmado, cuidadoso, cargado de sentimientos sinceros por mi novio, quien no tarda en tomar el control, ahogando un gemido en el momento en que su lengua y la mia se unen como si fuesen una sola, separándonos no mucho después.

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