Capitulo 28

33 5 2
                                    

Visita

Narra Hosung

12 de julio de 2020

10:00

Después de cuatro meses y unos días tengo permiso para salir, respetando los limites permitidos, pudiendo disfrutar de unas horas que por supuesto voy a ocupar con YoonHo, a quien espero yendo de un lado a otro, mirando las pesadas botas que constan como parte de mi uniforme.

Los coches a mi alrededor no paran de pasar, de largo todos y cada uno de ellos, esperando por ver ese del que baje mi novio, continuando con cada paso que doy de lado a lado, ralentizando mis pasos al reconocer el sonido tan familiar de ese motor, de esos pasos no mucho después, deteniéndome finalmente, viéndole acercarse tan lento que parece no llegará nunca, no siendo por supuesto así cuando al fin puedo sentir su cuerpo contra el mio, sus brazos rodeando mi cintura, los míos su espalda.

— Te echaba tanto de menos —gruñe ahora contra mis labios —¿me da permiso soldado Kim para besarle?

— Tiene todos los permisos del mundo para besarme futuro soldado Noh.

Con sus manos en mi cuello, sintiendo su aliento rozar mis labios, cierro los ojos, disfrutando de ese contacto, de esos labios con los que he soñado cada noche, los cuales extrañaba demasiado sentir, al igual que a su propietario por supuesto, cubriendo su cuerpo mejor con mis brazos.

— ¿Tienes todo el día libre?

— Hasta las siete de la tarde que debo volver —le miro a los ojos —solo un mes y te veré cada día.

— ¿Disfrutamos de día que podemos compartir los dos solos después de tanto tiempo?

Enlazando nuestras manos nos alejamos de la puerta que da entrada al lugar donde estoy destinado hasta dentro de muchos meses, llegando así a una pequeña cafetería que YoonHo señala, fijándome antes de entrar en el pequeño motel que no queda tan lejos, siguiéndole con una idea en mi cabeza hasta una de las muchas mesas libres, tomando asiento incapaz de soltar su cálida mano.

— ¿Iras a una peluquería a cortarte el pelo? —ojala pudiese hacerlo yo.

— Tu hermana se ha ofrecido ha ello y no me deja negarme asique tendré que confiar en mi cuñada —ambos sonreímos —espero que no me corte una oreja.

— Puedes confiar en ella. Seria diferente si Bae fuese quien llevase a cabo esa labor —ese enano tan travieso —¿está bien?

— Está perfectamente. Cada tarde voy a casa de tus padres y siempre quiere que le ayude yo con los deberes. El otro día le hicieron una pequeña prueba que no recordaba que la hacían de cuando yo era un niño, me la enseño y tenia un enorme diez en la parte de arriba —por su sonrisa se que está orgulloso de él y yo también —se puso contento porque le invité a un helado que acabo siendo una combinación muy extraña de chocolate con helado de fresa y vainilla. No estaba malo y pedí lo mismo. Te echan todos de menos y me han dado esto.

Sobre la mesa deja una bolsa de color azul marino. Cogiéndola con cuidado veo el contenido, varias cartas cada una con una letra diferente que por supuesto leeré nada más regrese.

— Deberíamos pedir el desayuno —ambos miramos al camarero a nuestro lado.

Mirando la pequeña carta no se bien que pedir, acostumbrado ya al menú que sirven a diario a todos los que cumplimos con nuestro servicio militar, dejando que sea YoonHo quien decida por los dos, volviendo a tomar su mano una vez nos quedamos solos.

— ¿Dónde quieres ir cuando salgamos de aquí? —pregunto, mirándole.

— Podríamos dar un paseo si tienes margen para ir sin limites —niego despacio —o también podríamos recuperar una parte importante de nuestra relación en ese motel que te has quedado mirando.

DesireWhere stories live. Discover now