Epilogo

40 6 8
                                    

5 años después

Narra YoonHo

21 de diciembre de 2026

Desde las ocho de la mañana estoy despierto, habiendo hecho toda la casa, finalizando a las nueve considerando una buena hora para despertar a Negai y darle su desayuno antes de ir a ver a Hosung.

Hoy es veintiuno de diciembre y por lo tanto una fecha importante ya que es el cumpleaños de mi precioso marido. Anoche mientras dormían los dos terminé de envolver los regalos que nuestro hijo y yo compramos y hoy vamos a ir a verle a su trabajo, donde ya lleva tres horas siendo ahora las diez casi de la mañana.

— Papi ¿papa no se enfadará si vamos a verle a su trabajo? —miro a mi hijo, abrochando bien su cinturón —quiero ver a papa pero no que se enfade.

— No se enfadará —deposito un beso en su frente —se pondrá feliz de ver a su precioso bebe allí con él.

La sonrisa que muestra mi pequeño ángel es sin duda una de las razones por las que mi día a día se vuelve menos pesado. Tener a Hosung y a Negai en mi vida me hacen creer a diario, cada minuto, que valió la pena no haberme ido de forma permanente el año en que conocí a Hosung. Muchas cosas han cambiado desde entonces, en los casi siete años que nos conocemos, seis años en poco más de una semana de relación, casados desde hace cuatro años y con un precioso hijo de casi cinco años, pero no me arrepiento ni de todas las peleas que hemos tenido, más por las reconciliaciones tan únicas y especiales que venían tras ellas.

Terminando de abrochar el cinturón de la silla de Negai, subiendo en el lugar del conductor, ahora si nos ponemos en marcha, recorriendo la distancia hasta donde hoy se que se encuentra la ubicación de su trabajo.

El trayecto es algo más largo de lo normal y se puede hacer algo cansado para mi hijo, aunque por un momento creo que no es así, más al escucharle cantar una de las canciones que Hosung le ha enseñado, haciendo el viaje más ameno, sacándome una sonrisa que me dura hasta que finalmente aparco y vuelvo al asiento de atrás, cogiendo en brazos a mi precioso hijo Negai.

— ¿Quieres entrar tu primero ha darle una sorpresa?

La efusividad y la emoción con las que asiente me devuelve la sonrisa, dejándole con cuidado en el suelo, viéndole que con tal emoción entra gritando al establecimiento. Cerrando el coche con la llave que guardo en el bolsillo de mi pantalón sigo esos mismos pasos, adentrándome en el lugar, viendo lo grande que es, tanto que por un momento siento el temor de que mi hijo se haya perdido.

Avanzando rápidamente, mirando en todas direcciones, viendo todo el decorado, a la gente que va de lado a lado, las cámaras y demás, alcanzo a escuchar la risa de Negai, la voz de Hosung, viéndoles no mucho después sonriendo en cuanto padre e hijo me miran.

— No sabia que vendríais —me abrazo al cuello de mi marido, rozando mis labios con los suyos —¿a que se debe esta visita?

— A que tu precioso hijo y tu marido tenían ganas de verte trabajar —sonrío sin apartarme un centímetro —feliz cumpleaños mi amor.

Sin más palabras, ni necesidad de decirlas, cierro los ojos, fundiéndome en los suaves labios de Hosung. Sus manos siguen en mi cintura al igual que mis brazos rodeando su cuello, fundiéndonos en un beso más intenso, con su lengua unida a la mia y nuestras respiraciones entrecortadas haciéndose rápidamente presentes, sin ninguna gana de soltarte.


Después de ese intenso beso, beso que una vez más ha despertado esa sensación cálida en mi interior, cogiendo en brazos a Negai nos hemos mantenido fuera del enfoque de las cámaras, viendo como Hosung hacia cuanto se le pedía, disfrutando una vez más de verle en su mundo, en lo que realmente le apasiona hacer desde hace ya años, lamentándome por un momento no poder ser más quien este tras esa cámara que inmortalice a mi perfecto marido.

Tres horas de trabajo son las que nos hace mantenernos aquí, cubriendo con mi abrigo a mi pequeño dormilón, dejando un pequeño beso en su frente en el momento en que Hosung ya vestido con su ropa aparece frente a mi, cogiendo a Negai en brazos.

— ¿Dónde vamos a ir ahora? —le miro, viéndole enganchar el cinturón con cuidado —se ha quedado completamente dormido.

— Negai y yo queríamos darte una sorpresa —me acerco ahora que está sentado a mi lado —y llevarte a comer a tu restaurante favorito. Podemos despertarle cuando lleguemos.

Ambos aceptamos, sonriendo porque no se queden nuestros planes para celebrar el cumpleaños número treinta y uno y disfrutar de un día perfecto en familia.

El día en familia, la comida en el restaurante favorito de Hosung, los tres en un reservado comiendo tanto como queramos, compartiendo anécdotas, escuchando a nuestro pequeño cantar sin parar, sentando en todo momento en el regazo de mi perfecto marido, hacen de un día único, grabando cada instante, cada momento de este día, incluso cuando Hosung abre cada uno de sus regalos, riendo cuando de sorpresa me atrapa dejando un beso en mis labios, perdiendo el equilibrio sobre los asientos con Hosung sobre mi, sus labios moviéndose sobre los míos, los míos manteniendo su ritmo, siendo ahora que nos miramos a los ojos.

— Te amo mi precioso y perfecto fugitivo —no puedo evitar sonreír, comprendiendo el significado —siete años y muchos más por delante para seguir amando a mi perfecto deseo cumplido.

— Siempre lo seré Kim Hosung pero —vuelvo a acercarle a mi —tu siempre serás la estrella que iluminó el camino correcto para mi. Gracias por darme la esperanza de saber que valía la pena quedarme y no cometer ese error que estaba a punto de ser real y cometido.

Uniendo nuestros labios de nuevo, disfrutando de un beso más que perfecto, un momento único de pareja, de dos personas que realmente se aman, es sin duda tan único que no me importa cuando nuestro pequeño nos hace separarnos, llenando Hosung y yo su regordeta carita de besos, escuchando su escandalosa risa.

Paseando en este parque, viendo correr a nuestro hijo, disfrutar como el niño que es y tirar nieve sin puntería alguna, puedo darme cuenta, aunque ya lo sabia de antes, cuan afortunado soy de tener a Hosung en mi vida, de que la decisión de quedarme a su lado ha sido la mejor y ya sean siete, que veinte que cincuenta años más, todos y cada uno de ellos los quiero pasar a su lado y que nunca se acabe esto.

Como bien ambos sabemos y tantas veces he escuchado de parte de Hosung seré su deseo de cumpleaños cumplido pero él es mucho más que millones de deseos cumplidos de forma especial y única. Es mi estrella, mi todo, y seguirá siéndolo así cuanto vivamos porque es lo más importante que tengo en mi vida desde que le conocí en esa estación, es una gran parte de mi ser, mi corazón, todo cuanto necesito para vivir y sentir.

Y yo siento por supuesto.

Porque amo a Kim Hosung con cada parte que completa todo lo que soy.

DesireWhere stories live. Discover now