Capitulo 35

30 4 2
                                    

No me esperabas

Narra YoonHo

28 de julio de 2021

Cada vez que me muevo aunque tan solo sea para desplazarme hasta la cocina siento la necesidad de volver a sentarme o acostarme en mi cama.

Cada mes que pasa y mi barriga va creciendo me siento más cansado al igual que noto más a mi pequeño Negai moverse sin parar.

También está el tema del apetito y el hecho de escuchar a Yang todo el tiempo diciéndome que tengo un antojo con piernecitas en mi barriga, lo cual asegura ser normal. Por supuesto cumplo dándole con todos los antojos a mi pequeño pero me siento un mal padre por no cumplir con uno concreto, el de tener a Hosung a nuestro lado, sintiendo cada movimiento de nuestro bebe, cada patada, el poder abrazarle cuando no puedo dormir y sentir su corazón y su respiración calmada mientras él si duerme.

Llegando a la cocina intento no pensar en ello, sentándome en la silla de siempre, regalándole una sonrisa al pequeño Bae que desayuna tranquilamente, ajeno a todo, disfrutando como el niño que es mientras ve dibujos animados.

— Tito Ho —miro al pequeño, cogiendo el plato de manos de su madre —¿cuándo va a nacer mi primito para que pueda jugar con él?

— En menos de dos meses pero tendrás que esperar un poco más para poder jugar los dos —le revuelvo el pelo —¿serás un buen primo mayor para Negai?

— Seré el mejor primo para el bebe —tanto Yang como yo sonreímos —le enseñaré muchas cosas.

No le pregunto que cosas le enseñará porque Bae por iniciativa propia las empieza a enumerar entre bocado y bocado de su desayuno, escuchándole atentamente en lo que yo también tomo el mio, notando como mi pequeño se tranquiliza al recibir también su parte de alimentos y las calmadas caricias que dejo en mi barriga bajo la mesa.

— ¿Tienes pensado salir hoy? —niego mirando a Yang —¿qué vas ha hacer?

— Quiero terminar de montar la cuna y guardar la ropa en el armario —aparto el plato vacio —y tendré que enviarle hoy la carta a Hosung para que le llegue cuanto antes.

— ¿La has escrito? —asiento —dámela si quieres y yo se la enviaré con algo que tengo yo para enviarle.

Ante esas últimas preguntas quiero saber a que se refiere con eso que ella quiere enviarle, quedándome callado cuando escuchamos el timbre.

— Voy yo —miro a Yang, asintiendo, poniéndome en pie.

— Iré a la habitación para acabar de montar la cuna.

Saliendo de la cocina, porque es cierto que desde hace ya un tiempo vivimos de nuevo en casa de Hosung, voy hasta la habitación que será de Negai, sentándome en el sillón que yo mismo coloque para que me sea más cómodo montar la cuna.

Inclinándome un poco consigo llegar al pequeño equipo de música, encendiéndolo, siendo así más fácil concentrarme en montar la cuna de mi bebe, siguiendo las instrucciones una a una, siendo ahora que tengo que poner los laterales de la misma.

Inclinándome cojo una de las piezas que tengo que colocar y la pongo en su sitio, intentando colocarla correctamente, sintiéndome tan pesado físicamente como cansado y no solo por levantarla. Tomando mejor asiento en este sillón consigo fijarla justo donde va, deteniéndome cuando unas manos cubren mis ojos. Soltando la pieza, la cual cae dándome en las rodillas, muevo mis manos hasta las que aún cubren mis ojos.

Si ahora mismo tuviese que decir si me duele más las rodillas, si me siento más cansado o estoy siendo atacado por miles de emociones, me arriesgaría a asegurar tan solo la última, más al reconocer las manos que ahora sostienen las mías, viendo como si fuese un sueño a Hosung frente a mi, vestido con ropa que desde luego no es ese uniforme, con una preciosa sonrisa mientras que yo solo puedo llorar, abrazarme a su cuello y besarle con el miedo de que desaparezca si abro los ojos.

— No llores mi amor —le miro a los ojos —estoy aquí y ya no pienso irme a ninguna parte.

— ¿Esto es un sueño? —niega sin perder su sonrisa —¿pero estás de permiso?

— He tardado unos meses y no quería decirte nada porque Yang me avisó que no estabas sintiéndote bien estas semanas pero hicieron una reunión en la que yo estuve presente y durante todos esos días se decidió que hacer conmigo —no puedo evitar sentirme tenso por lo que va a decirme —en un principio el acuerdo era que yo finalizase mi tiempo allí y darme los permisos para las consultas y el día que naciese nuestro hijo pero lo pensaron mejor y me han concedido acortar mi estancia allí y poder regresar para siempre a casa, contigo y nuestro pequeño.

Aún mirándole a los ojos intento procesar esas palabras sin terminar llorando como un idiota, no lográndolo por supuesto, abrazándome ahora sobre sus piernas a mi novio, siendo correspondido de forma cuidadosa por su parte, aliviado porque esto no sea un sueño sino una realidad al fin, a casi dos meses de conocer a nuestro hijo.

— ¿No me esperabas tan pronto? —niego —¿qué estabas haciendo antes de que te interrumpiese?

— Pues... —señalo la cuna a medio montar —la cuna de nuestro hijo pero hasta coger una sola pieza me agota. Ya no tengo fuerzas como antes mi amor y me da miedo no tener todo listo para cuando nazca.

— Dejame a mi y tu descansas cariño.

Todas las herramientas y cosas que estaban a un lado ahora rodean a Hosung, quien se ha puesto a terminar la cuna después de ayudarme a sentarme, de besar mi enorme barriga haciéndome sentir vergüenza por ello aunque la sonrisa que le he regalado es sincera.

Verle aquí desde luego que es un sueño. Uno hecho realidad, que me hace sentir mejor, esperanzado en el sentido de que por fin estamos juntos después de tanto tiempo, que podré dormir con mi novio, con el padre de mi hijo, sonriendo mientras le veo tan centrado montando la cuna de Negai, más cuando se inclina a darme tantos besos como quiera, sentándome a su lado, apoyándome en su hombro sin estorbarle demasiado.


— Parejita —ambos nos giramos, viendo a Yang en la puerta —ahora que ya estáis juntos puedo volver a mi casa. YoonHo si necesitas lo que sea, un consejo de cualquier duda con el bebe y el embarazo no dudes en llamarme. Hosung cuida de tu novio y de tu bebe que ahora te necesitará mucho más.

— Lo haré —sonrío mirándole —no les faltará de nada. Ni amor, ni mimos, ni comida, ni todos los cuidados que necesite.

Despidiéndonos de mi cuñada y hermana de Hosung y del pequeño Bae nos quedamos solos, juntos en nuestro hogar, su casa más bien, llegando a mi la duda de si finalmente viviremos aquí de forma definitiva.

— ¿Esta casa será segura para nuestro hijo?

— Haremos que lo sea mi amor pero por supuesto que lo es —asiento confiando en él —¿por qué has decidido montar la cuna y todo aquí?

— En parte porque estaba viviendo aquí y también porque me siento más seguro que en mi casa por el tema de mi.. de esa mujer —miro mis manos, respirando de forma profunda —no quiero que un día aparezca y haga daño a nuestro hijo. No quiero ni verla siquiera y me gusta más esta casa para criar a Negai. Pero si te moles..

Siendo interrumpido por Hosung, por sus labios sobre los míos más bien, sus manos en mi cintura ayudándome a levantarme, cada paso que damos juntos, todo lo que veía en esta casa a modo de seguridad lo siendo ahora entre los brazos de Hosung, acostados ahora en la cama, sus labios rozando ahora mi cuello, sus manos bajo mi camiseta, respirando tranquilo, con una sonrisa que no pienso borrar de mi cara en ningún momento ni cuando me besa.

— Cambiaré la escritura de la casa a nombre de los dos mi amor y haremos de este lugar el más seguro para nuestro bebe y para nosotros.

Fundiéndonos en un nuevo beso, sintiendo los movimientos de nuestro hijo entre su cuerpo sobre el mio y el mio propio, no puedo pedir más ni sentirme más feliz como me estoy sintiendo ahora mismo que le tengo conmigo, de vuelta a casa, con la habitación de nuestro hijo completamente montada y una vida en pareja, no habiendo ya nadie que nos pueda separar nunca.

DesireWhere stories live. Discover now