Capitulo 3

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La lluvia caía haciendo que las gotas sonaran como piedras golpeando el tejado, Cavalier no podía sacar de su cabeza la próxima luna llena, no recordaba la última vez que paso con sus primos o rodeado de su manada. Tenía una semana para llamar a alguien que cuide a su madre y convencer a su padre de salir, necesitaba liberar la carga que tenia de vivir entre humanos. Ser domestico no significaba ignorar que era, al igual que los humanos tenía sus propias necesidades por satisfacer, necesidades que su vida actual no llenaba.

Al otro lado de la mesa miro a su padre en el ordenador, no habían hablado en todo el día y ya comenzaba a cansarse del silencio, era la forma que Russel tenia de alterarlo. Tomo una manzana de la fuente y se la arrojo viendo que la tomaba en el aire dándole una mordida sin quitar su atención de la pantalla, su pelea había sido justificada defendió a uno de los suyos y parecía no importarle.

Se rasca la cabeza recordando al ciclope son su comentario de las pulgas agradecía haberlo ayudado, si no actuaba hubiera recibido más que una costilla y nariz rota, a veces no lograba disimular su odio a los humanos y ese día no pudo contenerse, había sido demasiado compasivo. Resopla viendo la puerta del baño donde su madre se encontraba tomando un baño por lo que tenían unos minutos para hablar sin ser interrumpidos.

—¿Cuánto tiempo más seguirás con esto, Russel?

Su padre lo observa dándole otra mordida a la manzana, su expresión era indescifrable sabía que actuar como lo hacía no ayudaba, entre su madre y su actitud con los humanos terminaba agotado. Comenzaba a verse mayor sus ojeras resaltaban y las arrugas de la edad estaban más visibles dejando a plena vista sus cicatrices, sostuvo su mirada sin apartar la vista de esa cicatriz sobre su ojo izquierdo, la ausencia de barba lograba restarle algunos años.

—Estas comenzando a envejecer, terminaras revelando tus sesenta años —dijo con arrogancia a tiempo que su padre fruncía el ceño—, no hagas eso que te arrugas más, debes relajarte te estresas demasiado y levantaras sospechas.

—Cállate Cavalier —gruño ganándose la sonrisa de su hijo, no era difícil provocar a su padre cuando estaba alterado—, estas feliz, ¿Qué quieres que diga?

—Déjame ayudarte con mi madre —suplico inclinándose sobre la mesa—, no nos beneficiamos con nada haciendo que repita otro año.

No sabía porque se preocupaban de tenerlo lejos del clan sin responsabilidades, a veces quería poder entrar en su cabeza, pero no dejaba que se le acerque ni un centímetro y era incapaz de tocar a su madre. Era absurdo seguir una rutina tan agotadora, deseaba que sus primos estuvieran con él, al menos así tendría la compañía de algún lobo además de sus padres.

—En tanto sigas desobedeciendo y metiéndote en peleas para que te expulsen, harás lo que yo diga —ordeno volviendo a centrarse en su ordenador.

—Si no hacia algo lo hubieran matado y no soporto que lastimen a los nuestros.

—No eres un ciclope para estar protegiéndolo.

—Tenemos el mismo enemigo y si descubren algo nos joden a todos.

Su padre suspiro sin querer admitir en voz alta que tenía razón, AMINEL los perseguía por igual y el humano les temía a todos. Juega con sus dedos viendo a su padre tirar de su cabello, estaba sobrepasado como cada que se acercaba la luna, se levantó y camino hacia él, odiaba ver que hacía más de lo que soportaba. Como suponía estaba haciendo certificados para los cachorros en luna llena, apoyo una mano en su hombro y su padre se deja caer en el respaldo de la silla.

—Por esto es que me necesitas —dijo cerrando la pantalla—, en vez de repetir puedo aprender algo que de verdad nos beneficie.

—No lo harás Cavalier, te conozco y te meterías con las humanas.

Luna Nueva [Eclipse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora