Sus ojos se perdían en el enorme ventanal que tenía delante, un balcón en el vigésimo piso donde su compañía disfrutaba de la altura sin necesidad de esconderse. Todo lo que quería en aquel momento estaba ahí, los encuentros se volvían más constantes, odiaba la idea de separarse parecía que las horas no pasaban y por más peleas tuvieran se volvían más unidos.
—¿Vas a estar afuera todo el día? –grita haciendo que la mire por sobre su hombro—. Divino, hay están esas esmeraldas que amo.
Le regala una sonrisa mientras vuelve dentro de la habitación cerrando la puerta, aquella loba lo volvía loco, siempre llamándolo por sus ojos, jamás por su nombre, se tira sobre la cama a su lado cerrando los ojos disfrutando la caricia que le brindaba en la cabeza. Podía estar en cualquier lugar del mundo, todo perdía sentido si no estaba con ella había dicho jamás condenar a ningún cachorro ni loba a permanecer a su lado, había roto su promesa.
—Creo que me gusta Kuvasz –dice de forma distraída tirándose en su espalda y comenzar a besarle el cuello—, si tuviera un cachorro lo llamaría así.
—De donde sacaste ese nombre –indaga empujándola a su lado aprisionándola bajo su cuerpo, se encoge de hombros y acaricia su mejilla admirando sus ojos—, jure nunca atar a nadie y ahora no quiero dejarte ¿Qué hiciste?
—Te domestique –sonríe inclinándose hacia él depositando un beso en sus labios—, quiero pertenecer a un lugar, ir a donde vayas.
Sabía lo que era vagar sin rumbo, por más quisiera complacer el deseo de aquella loba no sentía que eso fuera algo que quería, amaba la libertad que tenían ¿Por qué abandonarla? Algo en su mirada le decía que había algo por contar, algo que no le gustaría oír, le resultaba extraño su silencio cada que Silki tenía algo que decir no se callaba, a veces las noticias necesitaban tiempo para decirlas y lo sabía. Lo que jamás supo fue porque no lo había dicho, aquellos días habían sido los últimos en los cuales todo parecía perfecto y de alguna forma ella le decía lo que ocurría solo había sido demasiado ciego para verlo.
—Debes convencerlos, por el bien de todos y en especial de ellos –suplico al otro lado de la línea, donde el silencio lo obligo a continuar—. Fui idiota al no verlo, la última vez que la vi me lo dijo y no me di cuenta, creía que no podría, ahora estoy preparado.
—No es solo tu hija Boston, es Cavalier, no creo esté preparado para lo que pides.
Tenía culpa por repartir, Silki por no confiar en él, Golden por engañarla, pero la mayor culpa la tenía él, por más quisiera estar con ella, jamás se había molestado en recuperarla. Kuvasz el nombre que debía tener había sido ignorado, ni siquiera el último deseo de Silki pudo ser concedido, lamentaba haberlas dejado, sin quererlo había abandonado a la única loba que lo retaba.
—Solo avísame cualquier cambio —dijo antes de colgar la llamada.
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Luna Nueva [Eclipse]
Hombres LoboSu existencia ya no resultaba ser un secreto vivían entre nosotros, tomaban nuestras costumbres y adoptaban nuestra apariencia. Eran criados para sobrevivir en un mundo donde su existencia era temida, las personas ocupaban cada vez más terreno nat...