Luna Nueva [Eclipse]

Capitulo 18

La muerte persigue a los vivos ¿Acaso no había ocurrido eso? La muerte lo había encontrado enseñándole que no era invencible, que ser superior no lo hacía inmortal. Siempre creyó que aquel día estuvo marcado para ser su final, que no volvería a ver a nadie y que el ultimo recuerdo que tendría sería el de ella. Pero no era su final, luego de ese día se prometió descubrir que la hacía especial ¿Un eclipse? Sonaba ridículo.

Algunos decían que ellos eran la causa del Armagedón; otros los llamaban mesías, sanadores, demonios, purificadores poseían miles de nombres para nombrar a los mismos. Con los años descubrió una cosa, aquella especie nacida de lobos, criada y con los mismos cambios, en realidad eran una especie completamente distinta, una a la que debían tener miedo.

—No deberías sentirte mal por ella —espeta Braco al ver a su padre sentado frente a su escritorio mirando el teléfono—, eligió desaparecer.

—Se lo prometí a su madre —gruño clavando sus ojos en su hijo, no se veía amistoso—¿Qué tienes en su contra?

¿Qué tenía en contra de Terranova? Todo. Le había arrebatado a su padre, le quito sus hermanos, destruyo Drakwolf, su padre estaba hipnotizado por ella y no lo culpaba era atractiva, muy parecida a su madre. Era el retrato de Silki, a donde mirada su padre no veía a Terranova, la veía a ella, la loba que perdió y a esta no pensaba perderla, era tarde cuando le aviso que había un lugar más seguro para ella y no dudo. Tenía al consejo cuestionando cada uno de sus movimientos y si uno llegaba a verla si la descubrían todos morirían, fue por eso que no dudo en ofrecerla a Setter, por eso no se preocupó en investigarlo en averiguar quién era.

—Me preocupas padre —mintió tomando asiento frente al escritorio—, no es normal que te preocupes tanto por una loba, es mayor.

—Es débil —replico golpeando el escritorio con furia, clavando sus fríos ojos grises en él.

Cansado, estaba cansado de que todos la consideren débil, acaso olvidaron que fue ella quien casi lo mata, Terranova era cualquier cosa menos débil, la luna llena le afectaba al grado de no poder cambiar, pero no era débil, un lobo no se caracteriza por su forma; si no por sus instintos, su fuerza y su inteligencia. Se pone de pie y comienza a desabotonar su camisa sin apartar la mirada de su padre, la quería lejos era cierto, lo quería para recuperar lo que quedaba de su familia. Se saca la camisa y se la tira a su padre mientras se apoya contra el escritorio haciendo que este retroceda sin apartar la vista de su cicatriz.

—¿Acaso olvidaste lo que me hizo? —grito furioso viendo como su padre aparta la mirada—¿Acaso olvidaste las noches de fiebre y delirios que tenía? Porque las recuerdo, recuerdo como cada vez que te tenía cerca suplicabas porque mi dolor acabe, recuerdo como la maldecías, como llorabas por el día que nació, por el día que cayó en tus manos.

Golden cierra los ojos respirando con dificultad, la única que lo sabía era su esposa, las noches donde tenía pesadillas, cuando la fiebre volvia y hasta cuando se transformaba. La causa de todos sus tormentos se debía a aquella mordida, cuando se transformaba el dolor volvía, un dolor que no yacía en su herida sino en su alma, la sentía sobre su lomo arrancándole un pedazo de su piel, el recuerdo era imborrable.

—Si algo es Terranova —su padre lo miro a los ojos evitando ver la marca roja que cubría su hombro y parte de su espalda—, es peligrosa.

Se apresuró a salir de su despacho que su padre había utilizado desde que llegaron encontrando a Setter apoyado en la pared con los brazos cruzados. No era de su agrado tener una manada hospedada en su casa, había sido su idea él lo había localizado ahora debía encargarse de las pérdidas y su supuesta cuñada embarazada de su pequeño hermano.

—¿Dónde está? —pregunto interponiéndose en su paso.

—Cálmate Setter —dijo apoyando una mano en su hombro, lo miro con odio—, Terranova es lista, nos encontrara, no puede estar sola demasiado tiempo.