Luna Nueva [Eclipse]

Capitulo 36

Las voces sonaban lejanas y la espesura del bosque no revelaba su ubicación, los lobos a su alrededor habían disminuido considerablemente tras el ataque de AMINEL los había sorprendido tomándolos desprevenidos. Setter cae agitado contra el suelo a los pies de Afghan que lame sus heridas mientras Inu observaba impaciente a Cavalier que esperaba por su primo y la loba, en aquel lugar podría matarlo sin problema no tenía a nadie que lo resguarde y cuando apareciera la loba tendría el poder que siempre había ansiado.

—Inu no lo vale —la voz de Afghan sonaba en su cabeza—, tendrás a Terranova, pero debemos asegurarnos que este bien y aquel lobo es el seguro para eso.

Inu gira a ver a Afghan atendiendo las heridas de Setter que no dejaban de sangrar mientras la ansiedad de los lobos aumentaba a medida que no volvían los demás. Se acerca a Cavalier quien olfateaba el aire buscando en la oscuridad del bosque mas allá de la cueva en la que se encontraban, el lobo al tenerlo al lado le muestra sus colmillos rojos impaciente ante la ausencia de su manada.

—Donde aprendiste a pelear así —dice Inu al lobo teniendo la atención de todos los demás en la cueva.

—Mi manada no es salvaje, pero sabemos cuidarnos de ustedes —dice en la cabeza de Inu volteando a ver a Setter.

A la distancia los pasos se oían y la presencia de algunos lobos se hacía presente, algunos arrastraban otros inconscientes y algunos cuerpos a medio cambio, todos se acercaban en busca de sus familias, sin embargo, en todos los que aparecían Shetland no volvía. Confiaba en que Terranova cuidaría de él, quien mejor para escapar de AMINEL que una loba que conocía el bosque de principio a fin.

—Podemos formar una manada domestico —insiste Inu a lo que Cavalier se pone de pie llegándole encima de la cadera al humano que lo observaba.

—Ya tengo una, no necesito de otra.

—Esto no acabo —dice Setter en la mente de Cavalier e Inu—, acabemos y decidamos ahora quien se queda con la loba.

La cínica risa de Inu erizaba la piel de los lobos, la seriedad de Inu jamás era reemplazada por ninguna otra expresión, podía ser un lobo tranquilo, pero verlo aterraba a todos. Se acerca a Setter quien se pone de pie mostrándose firme ante la burla en el rostro de su protector, acaricia el lomo del lobo haciendo presión en la herida de su espalda ocasionando que caiga al suelo aullando de agonía.

—Queda claro quien gano hoy, solo le bastaría una mordida para matarte, no seas idiota —dice Inu mirando a Afghan quien más cariño le tenía—. Ya encontraremos la forma de tener a la loba, contrólate, con él está segura —dice en la mente del lobo haciendo que respire con dificultad.

—¿Quiero saber que la loba está bien?

Aquella discusión acerca de Terranova alteraba a Cavalier cuya ausencia de su primo comenzaba a inquietarlo, no sabía dónde estaban y no se sentía seguro en aquel lugar lleno de lobos extraños. Ruidos provenientes del bosque seguido de gruñidos y voces eran recibidos por sus oídos, todos estaban alertas, nadie quería salir de la oscuridad de aquel refugio cansados, heridos y asustados todos aquellos lobos temían caer en las manos de un mercenario alejándolos de sus vidas.

Una sombra negra corría directo hacia ellos, el aroma era familiar por lo que Cavalier no dudo en acudir al lobo que cayó a medio camino con las patas sangrando y el lomo erizado. Su mente le decía volver, regresar por ella, pero su cuerpo era ajeno a lo que quería hacer, la loba le dio una orden y por alguna razón no podía oponerse a ella, su primo lo alcanza ayudándolo a levantar buscando a la loba por todos lados.

—¿Dónde está Terranova? —Inu llega a ellos a lo que Cavalier le muestra los dientes para que no se acerque.

La respiración de Shetland era agitada sintiendo como cada uno de sus músculos palpitaba, su cabeza era un torbellino que no dejaba de ir y venir repitiendo las palabras de la loba y la secuencia que había odio al reconocer que quien estaba detrás de todo era Pulí. Su propia especie la había vendido, clava sus garras en el suelo y se incorpora volviendo a cambiar tratando de recuperar el aire que le faltaba, no entendía como AMINEL tenía tanto control en los lobos, temía por la vida de la loba si se enteraban de lo que podía hacer.