Por mucho que intento, no logro mantenerme del todo tranquila cuando veo el cuerpo delgado de Yoongi entrar al departamento.Hace aproximadamente media hora que Seonwon terminó por irse, y debo admitir que aún no logro decidir qué hacer. Treinta minutos no han sido suficientes, y no estoy segura de cuándo tiempo más necesite para lograr digerir bien la nueva información.
Yoongi parece muy metido en su mundo, demasiado centrado en sus pensamientos como para percatarse de mi presencia a unos metros, y no es hasta que me veo en la obligación de acercarme a él que logro llamar por completo su atención.
Por un instante, tal vez demasiado efímero como para ser real, puedo distinguir con claridad el perfume de mujer tan conocido para mi olfato que es inconfundible.
Mi ceño se frunce casi sin querer, y un instante después Yoongi me sonríe con ternura, provocando que por algunos segundos olvide la razón de porqué me encuentro tan conmocionada.
—¿Quieres ir a cenar, Hye? —me pregunta con voz apaciguadora y aquello me sorprende más de lo que debería—. Podemos ir al centro comercial o a algún restaurante conocido.
Yoongi es atento a su manera, y sé que intenta hacerme feliz como puede, pero todo el tiempo que llevo conociéndolo me ha enseñado que odia los lugares llenos de gente, así que no entiendo porqué sus repentinas ganas de cenar fuera.
Decido ignorar ese pensamiento, concentrándome una vez más en pedir explicaciones al chico frente a mi por mucho que mi consciencia insista en que aquello no es muy común en él.
—Yoongi —llamo su atención con la voz más firme que tengo en estos momentos, haciendo un esfuerzo por ignorar la opresión aún en mi pecho—, Seonwon estuvo aquí hace un rato.
Logro soltar la frase sin parecer vulnerable, pero sé que no lograré ocultar mi ansiedad por mucho que siga intentando; sin contar que el nudo atascado en mi garganta parece crecer de a pocos.
Suga no parece reaccionar al principio. Demasiado quieto y serio, casi pareciendo que ha ignorado mi último comentario, pero la forma en que su pequeña nariz se arruga en inconformidad me hace saber que no es así.
Lo veo fruncir el ceño un poco, y con movimientos lentos, casi aletargados, empieza a caminar hacia mi, tomando una de mis manos y llevándome con él hasta el sofá en que me encontraba sentada anteriormente.
—¿Hablaste con él? —es la primera pregunta que le escucho formular, dejando que me sorprenda un poco la tranquilidad con la que está llevando este tema; y es que según lo que sabía, Yoongi y Seonwon siempre tuvieron una relación difícil—. ¿Qué te dijo?
Dirijo la vista a algún punto lejos de sus lindos ojos oscuros, y es que no creo poder soportar verlo mientras me confiesa que acaba de arruinar todos mis intentos por alejarlo de ese entorno tan tóxico.
—¿Es cierto que te ascendieron, Yoongi? —inquiero, sin lograr que mi tono de voz suene del todo normal, y es que soy consciente de que aquella pregunta ha sonado más como una acusación—. ¿Quieres explicarme porqué Dongjeon está prestándote dinero?
Hago un gran esfuerzo por sonar más tranquila de lo que realmente me encuentro, y es que no quiero empezar a soltar tonterías sin pensarlo bien. Necesito controlarme, y por suerte en algunas ocasiones, este tipo de cosas me funcionan bien; sin embargo, cuando se trata de Yoongi en realidad no puedo confiar ni en mi misma, porque él es el único que logra hacerme actuar como nunca antes creí que haría.
—Hye, voy a explicártelo —dice con voz suplicante y casi ahogada—. No es cierto todo lo que dice.
Mi cerebro parece partirse en dos en ese instante, y no logro pensar con claridad entre tantas ideas que van y vienen en mi mente.
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Trust me ;; SUGA - BTS
FanficYeon Hyerim es la típica chica de familia adinerada: guapa, delicada y -aunque no quiera admitirlo- algo caprichosa. Como hija de uno de los millonarios más conocidos de todo Corea del sur, sabe cuál es su lugar y con quiénes tiene permitido convivi...