Trust me ;; SUGA - BTS

✨Capítulo diecinueve✨

Siento como el mareo provoca un irregular temblor en mis piernas y el nudo vuelve a crecer en mi garganta mientras cada vez se hace más pesado.

Las palabras y oraciones dan mil vueltas en mi mente pero ninguna logra ser pronunciada, no logro entender lo que sucede, y el punto al que miro sin ápice de emoción empieza a tornarse borroso.

No lo entiendo...

–Hye, no... –intenta empezar una explicación, pero no se lo permito.

–¿Estas seguro? –pregunto de golpe, con la voz ronca y varios tonos más baja de lo normal. Lo miro por un segundo, desviando la vista al instante, logrando así desestabilizarme un poco y sintiendo como mi cuerpo se balancea; lo que casi provoca que Suga intente tomarme del brazo para evitar que caiga. A pesar de esto, logro esquivarlo; alejándome un poco de él inconscientemente–. ¿Él te contrató?

Suga duda antes de responder, mirándome con un temor bastante bien disimulando en los ojos; pero no lo suficiente como para no notarlo. Me siento vulnerable ante él, pero ese es un tema que empiezo a dejar en segundo plano.

–Yo no estoy metido en todo esto, Hye; a mí no me contrataron –dice, retrocediendo un poco y apoyando su cuerpo en la puerta de madera pulida detrás de él–. Solo sé que fue orden suya –termina, y no sé si creerle.

No tengo idea de cuánto tiempo llevo mirando el piso del pequeño cuarto en el que ambos seguimos encerrados, pero lo siento como una eternidad. Tampoco tengo idea de qué hacer, y es que mi mente siquiera ha procesado la información.

¿Porqué...?

Mi cerebro no deja de dar miles de vueltas, intentando hallar una razón y fallando una y otra vez. Miro al chico frente a mi, y no negaré que tengo presente la posibilidad de que aquello sea mentira; sin embargo, tampoco encuentro razón para que él quiera engañarme respecto a eso. Pero la incertidumbre de cómo es que el chico de ojos gatunos sabe  todo esto no parece querer dejarme en paz.

¿Como lo sabe?

Y más importante aún...

¿Desde cuando Suga conoce a mi familia?

–Déjame salir –suelto, haciendo un esfuerzo sobre humano por ignorar la presión en mi garganta y obligándome a no sonar asustada.

–Hye, tenemos que hablar –se niega, adelantándose un poco hacia mí y es entonces que decido dejar mi momento de vulnerabilidad.

–No, Suga... o Yoongi –digo, dejando que mi voz suene lo más brusca y arisca posible–; ni siquiera sé cómo llamarte. No puedo confiar en ti, hace mucho que ya no lo hago. Estoy enamorada, te quiero como no tienes idea, pero no voy a dejar que juegues conmigo y te aproveches de mi debilidad –para mi sorpresa logro pronunciar todo aquello sin que mi voz suene rota, pero es un segundo después de ello que siento como los sentimientos se arremolinan en mi interior aún más fuertes que antes.

–Hyerim, no pienso hacer algo como eso.

El remolino de emociones y la confusión inmensa hacen que quiera llorar.

Realmente quiero llorar.

Quiero llorar porque no puedo abrazarlo de la forma que necesito, y porque nunca pude contar con él realmente. Voy a llorar porque lo quiero y sé que está mal, porque él realmente no me quiere a mí.