✨Capítulo veinticuatro✨

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No estoy segura de cuanto tiempo llevo dentro de uno de los cubículos del baño en el centro comercial.

Casi parecen horas, pero el pensamiento de Jungkook buscándome con desesperación por todo el lugar no parece ser suficiente como para obligarme a salir de mi nuevo refugio. Así mismo, la idea de que Yoongi aun se encuentre ahí fuera, también parece ser demasiado para mi, y no logro tomarlo como algo mas que una razón para no salir en un buen tiempo.

Necesito tiempo sola. Necesito pensar con claridad y sé que no lograré hacerlo si ambos chicos se encuentran merodeando a mi alrededor, por el contrario sé que me veré influenciada por alguno de ellos.

Estoy tan confundida que siento como si fuera a llorar en cualquier momento, y es que ganas no me faltan.

Dejé a Yoongi fuera del baño de mujeres solo diciendo de repente que necesitaba pensar un poco, y es la verdad. Creía saber lo que quiero, pero tal vez en realidad no sea así. Es decir, quiero a Yoongi; pero no sé si quiera aceptar todo lo que eso conlleve.

Empiezo a sentir mi rostro caliente en cuanto los recuerdos de lo que sucedió esta mañana con el chico de ojos gatunos asaltan mi mente, pero siendo sincera, no me arrepiento de ello.

Froto mis ojos de forma rápida y tal vez más fuerte de lo que debería, intentando disipar mis pensamientos a la fuerza. Dejo escapar el aire de mi pulmones con lentitud, obligándome a sentirme un poco mejor con ello y casi lográndolo en el instante; sin embargo, mi forma relajada no dura demasiado gracias a la voz varonil y fuerte que se filtra en mi audición a los pocos segundos.

—¿¡Hyerim, donde estas!? —es lo que escucho, demasiado fuerte, reconociendo de inmediato la
voz de mi mejor amigo: Jeon Jungkook.

Por una fracción de segundos mi mente deja de funcionar, para luego casi gritar ante la idea de que Jeongguk acaba de irrumpir en el baño de damas del centro comercial.

Escucho el ruido casi ensordecedor de las puertas de los cubículos siendo aporreadas por él; sin embargo, aún suena un poco distante ya que me encuentro en el último baño de la fila, en una esquina.

—¡Hye! —vuelve a gritar, esta vez con más desesperación y me pregunto como no lo han sacado ya de aquí. No quiero salir, no quiero encararlo ahora, no quiero ver a nadie ahora.

—¡Oye, tu no puedes estar aquí! —alguna chica grita de forma horrorizada y sé que mi amigo se meterá en problemas pronto.

Aprieto mis labios intentando decidir entre lo que debo hacer, y dejando que mi consciencia me guíe empiezo a levantarme con rapidez; saliendo del pequeño espacio en segundos mientras oigo de forma distraída cómo aquella chica continúa discutiendo con Jeon quien parece demasiado ofuscado como para responder con más que monosílabos.

Dejo que la puerta haga suficiente ruido como para llamar la atención de los demás en el baño y veo con algo de culpa como el rostro preocupado y desesperado de Jungkook cambia drásticamente a uno totalmente relajado en cuanto distingue mi figura a unos pocos metros de su cuerpo.

Me muevo de forma nerviosa hasta él, y no tengo el tiempo suficiente para escapar gracias a que en menos de dos segundos el chico de cabello oscuro se lanza hacia mí con los brazos abiertos, apretándome en un abrazo fuerte y protector que lo único que logra hacer es provocarme unas ganas de llorar tremendas.

No me permito llorar esta vez. No tendría sentido si lo hiciera. En su lugar lo único que hago es aspirar con fuerza el aroma reconfortante y conocido que Jungkook desprende por todas partes, y aunque las lágrimas queman en mis ojos; no permito que escapen.

Trust me ;; SUGA - BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora