×Capítulo 14×

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Mientras esto pasaba, Elizabeth daba vueltas en la cama. En su mente, solo ocurría una única cosa. La pelea con su primo.

-¡No me puedo creer que vayas a meter a dos desconocidos en casa!- Exclamó enfadada.

-No son desconocidos, son amigos de alguien de confianza. Son dos chicos que necesitan donde quedarse y que necesitan trabajo- Contestó Elyas desde su silla de escritorio.

-¡Elyas, ni siquiera sabes de que son capaces esos dos!- Dijo.

-¡No todas las personas en este mundo están dispuestas a violarte, Elizabeth!- Exclamó Elyas harto y sin pensar.

-Sí, tienes razón. De hecho, uno de ellos puede ser el que me atacó pero no lo sabes ¿Y sabes porqué no lo puedes saber? ¡Porque estás más ocupado intentando resolver un caso de hace años que preocupándote por mí!- Dicho eso, Eli salió de la habitación. Elyas se levantó dispuesto a pararla.

-¡Elizabeth!- Gritó Elyas arrepintiéndose de lo que había dicho. Elyas se desplomó en la silla y tapó su cara con sus manos.

Esa misma noche, Sandra y Samuel la pasaban juntos. Ambos se fueron a dormir después de una cena callada por parte de Samauel y llena de preocupación por parte de Sandra.
Durante la noche, Sandra se despertó notando que no había nadie a su lado. Samuel no estaba en la cama.

Ella se levantó. Lo único que llevaba puesto era su ropa interior y una camiseta de Sam por encima. Empezó a buscarle, hasta que le encontró en otra habitación. Sandra miró un poco alrededor y dedujo que era la habitación de David.
Samuel estaba sentado en los pies de la cama, mirando al suelo.
Sandra se acercó y se sentó a su lado.

-_____ aún no me ha llamado...es mi mejor amigo...es lo único que me queda...lo único parecido a una familia decente- Sandra le abrazó.

-Él es fuerte, Sam...seguro que todo ha salido bien- Dijo acariciando su espalda.

Me desperté de repente en el sofá del hospital. Miré a mi lado y estaba David en la camilla mirándome de una forma tierna.

-Oh dios mío ¡David!- Dije levantándome de un salto.

-Los enfermeros dijeron de despertarte pero supe que lo mejor era dejarte dormir- Dijo mirándome con una sonrisa.

-¿Estás bien?- Pregunté preocupada.

-¿No me veo bien?- Preguntó gracioso.

-Igual que siempre- Acaricié su mejilla.

Ambos nos miramos a los ojos. Acarició mi mano con la suya. Estábamos en un silencio para anda incómodo, era bastante liviano.

-David, antes de que te llevaran al quirófano...

-Sé lo que dije...¿Pero tú lo sabes?

-Me dijiste que me querías...¿Pero qué tipo de querer?

-Del tipo que no dejo de pensar en ti en ningún momento, que me es imposible estar con otras, que quiero estar contigo...desde hace más de 10 años que siento de todo por ti- Dijo sincero. Mis ojo se aguaron.

-No sabes cuanto lo siento, David...debiste de haber sufrido mucho por culpa- Él limpió mis lágrimas con su mano.

-No importa...- Contestó mirándome- Si tu estabas bien, yo Estaba bien.

Me quedé mirándole unos segundos, hasta que me decidí a hacerlo. Me acerqué a él y le besé. Sus labios eran tan suaves y ese beso era tan perfecto que me atravesó el alma.

-No es por arruinarlo, pero es un poco raro que nuestro primer beso sea en el hospital- Dijo mirándome con una sonrisa y con su mano aún en mi mejilla.

-Es que no he podido resistirme- Contesté con la misma sonrisa.

Volví a besarle. Estuvimos un rato hablando entre risas. Algún beso o caricia volaba. Casi se me había olvidado que estaba en el hospital.
Pero de repente me acordé de algo.

-¡Oh no, Vegetta! Debe estar súper preocupado - Dije cogiendo mi móvil.

-¿Qué? ¿No le llamaste?- Preguntó.

-No, me quedé dormida y se suponía que Sandra iba a quedarse con él toda la noche- Dije buscando su contacto.

-Ahora sé porqué se ha quedado dormido- Dijo riendo.

Yo no pude evitar esbozar una sonrisa. El móvil daba tono hasta que alguien contestó.

-¿Sí?- Oí la voz de Vegetta al otro lado. Tenía la voz algo ronca, por lo que le había despertado.

-Ha salido todo bien, David está aquí conmigo- Dije con una sonrisa.

-¿Enserio?- Preguntó animado.

-¡Estoy bien, amigo!- Después de gritar eso, David se echó a reír. Yo no pude contener mi sonrisa y oí la risa de Vegetta al otro lado.

-Voy para allá con Sandra- Dijo.

-Es muy tarde Samuel, me quedo yo con él esta noche. Venir por la mañana, al menos dormirás tranquilo- Dije feliz.

-Gracias por llamarme ____- Dijo tranquilo.

-De nada, descansar- Contesté.

Ambos nos despedimos y colgué la llamada. Luego me giré y volví a sentarme donde antes. Agarré la mano de David.

-Vendrán por la mañana, ahora descansa- Acaricié su mejilla- Yo no me voy a ir de aquí.

Él con una sonrisa, cerró sus ojos. Yo me acomodé mejor en el sofá y me quedé dormida también. Aunque había algo que me revolvía las entrañas, algo escondía David, se supone que iba a contármelo en algún momento.

-¿Herny?- Preguntó Elyas al escuchar los golpes de los guantes de boxeo en el saco.

Herny paró en seco.

-¿Por qué lo haces Elyas?- Preguntó sin mirarle.

-¿Curiosidad? Hay cosas de ese caso que no me cuadran, simplemente estoy investigando algo que me parece interesante- Contestó él. Herny se giró.

-¿Curiosidad? ¿Curiosidad enserio? Elyas, te estás metiendo en asuntos familiares- Dijo Herny mientras se quitaba los guantes y los guardaba.

-Hasta ahora mi investigación era sobre cuatro individuos asesinados en un accidente de coche obviamente provocado. No había ningún tipo de relación familiar entre ellos, lo que me lleva a la siguiente pregunta ¿En qué asuntos familiares me estoy metiendo?- Herny se calló al instante. Elyas se cruzó de brazos- Teniendo en cuenta la rapidez que tuviste en contestarme antes y lo que estás tardando ahora, me da la pista de que sabes algo de ese accidente y has metido la pata diciendo algo que el detective- Se señaló a sí mismo- no sabía. Así que Herny ¿Qué sabes de aquel accidente?

Herny se quedó callado.

Continuará...

×Obsession× [Fargan y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora