×Capítulo 27×

597 48 13
                                    

Miré aquella casa y respiré profundo. Sam puso una mano en mi hombro y ambos nos miramos.
Las casa de alrededor estaban totalmente abandonadas. Cerré mis puños y tragué saliva.

Me metí en la casa y los recuerdos empezaron. Fui a la cocina y agarré un cuchillo, estaba muy sucio, lleno de polvo, pero no me importó.

Fui hacia al sofá en el que me encontré a mi padre abusando de mi hermana y lo rajé por completo.
Mi cuerpo no aguantaba la rabia, Vegetta me miraba a través de la ventana, él se iba a encargar de que nadie viniera. Aunque la zona estaba totalmente abandonada en las afueras, había que ser precavidos.

Tiré el sofá al suelo con rabia. Empecé a rallar la alfombra, tiré la mesa de café también al suelo, haciendo que el cristal de esta se rompiera.
Tiré también la televisión y las decoraciones que había encima del mueble de la tele.

Subí a mi habitación, mi mente se llenó de recuerdos de mí recibiendo las palizas de mi padre. De repente noté como empezaba a respirar más fuerte y como la rabia me consumía.
Ese calor que pasaba por mi cuerpo cada vez que mi otra personalidad se asomaba desaparecía por completo cada vez que tiraba cosas al suelo y estas de rompían.

Cada vez sentía más rabia. Rayaba todo lo que me encontraba y rompía todo lo que podía. Tiré el cuchillo con desprecio al suelo de la habitación de los que no fueron mis padres.

Agarré las cerillas de mi bolsillo y avisé a Vegetta. Este subió y empezó a echar gasolina por todas las habitaciones. Fueron necesarios 2 bidones, no necesitábamos cubrir mucho, solo sitios específicos.

Los dos salimos y encendí una cerilla. Vegetta me miró y yo a él.

-Por ti, por Herny, por Mónica y por mí...- Tiré la cerilla y nos alejamos de la entrada de la casa mientras veíamos como el fuego se propagaba- Arderán en el infierno...

Vegetta y yo nos miramos. No pude evitar abrazarle, nos quedamos así un buen rato.

Vimos desde el coche como esa casa se quemaba. Hasta que empezó a llover muy fuerte y las llamas se apagaban.
La casa estaba totalmente calcinada y destartalada.

Llegué a la casa de ______ y allí estaba ella esperándome. Se acercó a mí rápidamente.

-¿Cómo ha ido?- Preguntó.

-Ya no voy a tener problemas- Dije tranquilo.

Por primera vez me sentía libre de mí mismo. Estaba totalmente tranquilo, sin en esa pesadez en mi cabeza. Como si hubiera quitado un peso de encima.

-¿Y ahora qué quiéres hacer? Podemos ver una peli, dormir, lo que quieras- Ella sonrió.

Yo me quité la chaqueta que llevaba mientras la miraba. Ella no pudo evitar comerme con la mirada. A pesar de estar aún con camiseta, pude ver en sus ojos como me la quitaba en su mente.

Me acerqué a ella y la besé. Tomé su mano e hice que me siguiera hacia la habitación. Cerré la puerta y me quité los zapatos y los calcetines. Ella ya estaba descalza así que no tuve que esperarla.

Me senté en el centro de la cama y la invité a sentarse encima de mí. Aún se sentía sorprendida por lo que estaba haciendo, pero sentía que este era el momento.

Se pegó bien a mí y empezó a besarme con ganas. Con sus manos empezó a levantarme la camiseta y a quitármela. Yo no pude evitar no ir desabrochando su camisa y viendo como se iba viendo su precioso escote. Mientras ella acariciaba mi torso y mis hombros yo le llenaba de besos su cuello y pasaba mis manos por debajo de su falda para acariciar sus piernas.

Nos levantamos de la cama y aprovechamos para terminar de quitarnos la ropa. Ella se volvió a tumbar en la cama y yo me quedé mirándola. Me mordí el labio y enseguida me puse encima suya para poder besarla.

-No sabes la de veces que soñé con esto...- Dije antes de desabrochar su sostén y depositar un beso en cada uno de sus pechos tan perfectos.

Noté como su corazón se aceleraba, ella se sentía como si esta fuera su primera vez. Me detuve a mirarla a los ojos, estaban brillantes. Ella se sonrojó un poco.

De repente fue como si toda esa vergüenza se le fuera y se levantó un poco. Ahora la tenía muy cerca. Me besó, con ganas y pude acariciar su lengua con la mía.

Nos deshicmos de la ropa que nos faltaba y ahí pude sentir su cuerpo al completo. Amaba poder hacerlo por fin y poder dejar un beso en cada centímetro de su piel.

Estaba amando esto, tanto como la amo a ella. Besé su frente y ella acarició mis hombros mientras sentía como entraba en ella. No pude evitar besarla mientras me movía de forma suave al principio.

No pude evitar no gemir al aumentar la velocidad. Por no hablar de que escuchar y ver cómo lo estaba disfrutando _____ me estaba excitando muchísimo.

Al mismo tiempo llegamos al clímax y fue el mejor momento que había vivido en toda mi vida.
Me tumbé a su lado y la miré.

-Gracias por esto David...me haces muy feliz- Dijo apoyándose de lado con un brazo.

-Ahora mismo siento que esto es un sueño...me siento en el cielo- Contesté. Ella sonrió y me besó.

-Te amo, David- Dijo acariciando mi mejilla.

-También te amo, _____- Contesté.

Ella se abrazó a mí. Realmente no quería soltarla por nada del mundo.

Continuará...

×Obsession× [Fargan y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora