×Capítulo 28×

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«Casa termina ardiendo por causas desconocidas»

«La casa de la infancia de David Alonso Romero, famoso boxeador, empieza arder de forma desconocida»

«Se rumorea romance entre David Alonso Romero y una amiga de su infancia»

Cerré el móvil con aquellos titulares de los periódicos y revistas digitales.

-Estoy harto- Dije levantándome del sofá.

-Lo siento mucho, David. Pero eres famoso y esto lo has tenido que vivir durante muchos años- Contestó _____.

-Quizá debería retirarme- Miré a _____.

-¿Qué?- Preguntó ella.

-_____ ya soy muy mayor para seguir dedicándome a esto y quiero centrarme en disfrutar lo que me queda de vida sin tener a una horda de gentuza soltando sandeces- Dije levantando mi móvil.

-Mi amor...- _____ de levantó y se puso enfrente de mí- Es tu decisión y no puedo decirte nada, pero sí que debes pensarlo muy bien. Tu carrera tiene muchos años ¿Estás seguro que quieres acabarla ahora?- Preguntó ella.

Me quedé pensando y lo primero que hice fue abrazarla con fuerza.

[...]

Ayudé a mi hermana a bajar del coche. Ella era quien llevaba todo el dinero en su bolso.

El mismo detective que había archivado el caso de Elizabeth estaba trabajando en otro caso diferente que no tenía nada que ver con el antes dicho.

Mónica y yo nos dirigimos a la puerta.

-¿Preparado para el soborno máximo?- Preguntó Mónica quitándose las gafas de Sol.

-Si te digo la verdad, no...- Contesté con cara de preocupación.

-Tú sigue mis pasos, hermano- Mónica empezó a caminar hacia dentro del sitio. Le seguí.

-¿A quién buscamos?- Pregunté mientras caminábamos por dentro de la comisaría.

-A un hombre alto, pelo rubio y ojos castaños- Contestó Mónica.

Me paré en seco al verle en uno de los pasillos. Había un hombre con la descripción que había dado Mónica.

-¿Alguien como él?- Pregunté mirándole. Estaba pendiente de su móvil. Mónica miró.

-Sí, por ejemplo- Contestó.

Ambos nos acercamos y el hombre nos miró.

-¿Es usted el señor Smith?- Preguntó Mónica.

-Sí, soy yo ¿Necesitan algo?- Contestó él.

-Sí, verá, nos gustaría hablar con usted- Dije tranquilo.

-Lo siento, ahora estoy ocupado- El hombre quiso irse pero lo detuve poniendo una mano en su pecho y le miré- ¿Cuál es tu problema?

-No parecías tan ocupado hace un momento mientras estabas con tu móvil- Dijo Mónica.

-Si no hablas con nosotros le diremos la verdad a toda esta comisaría y tenemos pruebas del soborno que recibiste relacionado con el caso de Elizabeth...y creo que quieres mantener tu trabajo. Y si nos intentas timar...- Solté una risa muy corta y maliciosa que ni yo me creía- Solo recuerda que soy boxeador profesional...- Dije amenazante.

Él me miró con rabia y luego a Mónica quien mantenía una pequeña sonrisa malvada.

-Seguirme, este no es un lugar bueno para hablar- Dejé que comenzara andar.

×Obsession× [Fargan y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora