Sakura 》Sasusaku

❀Culpa al alcohol✿

Echarle la culpa a la bebida
Te hace sentir suelto
Echarle la culpa a 'tron
Te tengo en la zona
Echarle la culpa al alcohol

🌸

—¡No puedo creerlo, Sasuke! Esto ya es inaceptable. —dijo su padre frente a él.

El chico rodó los ojos y solo siguió mirando el camino del aeropuerto al trabajo de su padre. Había ido a recogerlo, pues regresaba después de dos años a Japón. 

—Primero te multan por exceso de velocidad a las tres de la mañana, luego tu auto aparece en el corralón y finalmente me envían un correo de tu escuela diciendo que usas narcóticos en medio de las clases y no respetas a la autoridad. —lo miró— Po Dios, estás en la universidad Sasuke, te envíe a la mejor universidad de Canadá, ¿qué necesidad hay de tener tantos problemas?

El chico suspiró y colocó sus gafas oscuras en sus ojos. 

—Si te hace sentir mejor, eran narcóticos naturales. —comentó como una burla.

—Basta, ¿de acuerdo? Basta. —dijo enfadado. Sacó de su saco una cartera y de ella un cigarrillo de marihuana—¿De dónde carajos sacaste esto? —lo abrió y lo deshizo frente a él— Lo encontraron en tu departamento ayer en la noche.

Su hijo puso los ojos en blanco y volteó la cara a la ventanilla de nuevo: —¿Cuántos años tienes, papá? ¿Noventa? Esas cosas se pueden conseguir hasta afuera de tu trabajo. Además, ¿por qué mierda mandas a esculcar mis cosas?—el hombre abrió la boca y le dio una bofetada— ¿¡Qué te sucede!?

—¿Qué te sucede a ti? ¿Tienes mierda en la cabeza o qué? —dijo directo. Él no lo recordaba tan enojado desde que en su graduación de la preparatoria besó a la directora como acto final.

—Solo quiero divertirme, ¿si? —el auto giró a la derecha.

—¿Divertirte? Sasuke, a este paso te volverás en un alcohólico y un drogadicto.

—Tsk, como si eso te importara. —musitó mientras se ponía sus audífonos y la gorra de su chamarra.

Fugaku suspiró tranquilizándose y posó su mano sobre la de su hijo.

—Me importas más de lo que piensas.

El día anterior había sido una de las noches más locas que el azabache había tenido acompañado de sus amigos, quienes lo habían visitado por unos días como cada año. Doce horas sin parar. Suigetsu llevó un par de kilos de hierba, Jugo consiguió montones del mejor alcohol y él puso el lugar, en este caso, su departamento, y claro, algunas chicas para pasar el rato. Todo parecía perfecto pero tenían que llegar los policías a arruinar la diversión. Todo le fue reportado a sus padres mientras él era enviado de vuelta a Japón.

Odiaba estar de vuelta bajo la tutela de la familia, ser un Uchiha en su país era de gran honor y reconocimiento, por lo que siempre debía comportarse como el mejor hijo del mundo. Estar de regreso significaba volver a una rutina aburrida donde debía estudiar de todo, simplemente al ver su horario de clases sintió horror: lunes de alemán, martes de español, miércoles de inglés, jueves de italiano y finalmente viernes de francés. El horror no era por flojera o miedo a aprender todo, porque si en algo era bueno Sasuke era en los idiomas, lo complicado será faltar a clases porque lo tendrán vigilado todo el tiempo.

El auto que les llevaba se detuvo frente a una gran puerta giratoria donde el portero se acercó y les ayudó a salir.

—Envía al carro a nuestra casa y que dejen el equipaje de Sasuke en su alcoba. —ordenó a la par que caminaba con su hijo detrás de él.