❀Guarda tus lágrimas✿

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Podrías haberme preguntado por qué te rompí el corazón
Podrías haberme dicho que te desmoronaste
Pero pasaste junto a mí como si no estuviera allí
Y solo fingiste que no te importaba

🌸

Tengo que levantarme. No puedo seguir sintiendo pena por mi misma, pero cómo puedo hacer eso cuando he lastimado y herido el corazón de una de las personas a las que más amo. ¿Yo amor a Sasuke? Quizá, no estoy segura. ¿Lo lastimé? Definitivamente, nunca debí ocultarle el trato que su padre y yo teníamos, y tampoco debí dejar pasar tanto tiempo para decirle lo de mi enfermedad. Soy una idiota.

—¿Sakura?

Diablos, mi papá. Ya no puedo continuar inventando falsas y tontas excusas para no presentarme a trabajar o para mantenerme en mi habitación hasta que el resto de la humanidad desaparezca. Tengo que salir de aquí al menos por él.

Me levanté de la cama, ya estaba cambiada para ir a la oficina, solo que la desidia no le permitía salir de entre las sábanas. Me miré en el espejo por última vez; gracias al cielo el maquillaje hacía maravillas y no había rastro de mis ojeras.  Si lograba mantener mi sonrisa firme nadie sospechará nada y no me preguntarán nada. Iré a trabajar, a distraerme y volveré a sentir lástima por mi. Abrí la puerta y sonreí.

—¡Buen día, papá! —lo abracé con furor y fui hasta la cocina en la planta baja para guardar una manzana en mi bolso— ¿Te parece si compro comida mexicana para la tarde?

Él me miró con confusión, seguro ahora pensará que tiene a una hija bipolar.

—Claro, me parece bien, pero... ¿tú te sientes bien?

Asentí aún cuando sabía que era una rotunda mentira, nunca le he mentido a mi padre, pero sé que si le cuento todo él se volverá loco y querrá ver a Sasuke o peor aún, al señor Uchiha. No puedo permitir eso, necesito el empleo.

—Nos vemos al rato. Te amo. —besé su mejilla y salí de mi casa. 

Camino a casa me enfoqué en la preciosa vista que el cielo me proporcionaba, el cielo tan azul y pacífico, tan poderoso como para hacerte sentir que todo estaría bien, que nada era lo suficientemente malo como para sufrir.

Desearía ser el cielo.

Llegué a la oficina y solo saludé en recepción, opté por subir las escaleras y evitar a cuanta persona fuera posible; no quería que nadie me preguntara nada y mucho menos por él. ¿Qué haré cuando me lo encuentre? ¿Qué hará él?
¿Estará viniendo a trabajar o estará en casa de alguno de sus amigos perdiendo la razón?

Al abrir la puerta corrí hasta llegar a mi oficina, mi carrito estaba estorbando en la entrada y lo peor era que había muchos paquetes y sobres sobre él; lo quité lo suficiente como para pasar y encerrarme, sabía que no tardarían mucho en solicitarme y llamarme, pero necesitaba entrar en razón y poner mi mente en el trabajo. 

—Si ves a Sasuke solo... actúa como si nada.

¡No, no puedo hacer eso! Él terminaría de odiarme. No tengo opción más que evadirlo lo más que pueda o, en el mejor de los casos, pedirle al cielo que no se presente a trabajar.

Mi teléfono de escritorio sonó, era el señor Uchiha. Lo tomé y antes de tomar la llamada aclaré mi garganta e inhalé profundo.

—¡Buenos días, jefe!

Sakura, hola. Buen día. —su voz sonaba tan normal como de costumbre— ¿Puedes venir a mi oficina, por favor?

Maldición, maldición.

Sakura 》SasusakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora