Las tierras escapadas de la isla de Berk, tenía en su territorio un gran número de acantilados con preciosas vistas al océano; en aquella tarde en particular, la joven gemela pecosa Honey se encontraba sentada a la orilla de uno, con su espalda recargada contra el cuerpo caliente y escamoso de Toothless, que dormitaba tranquilamente ante el arrullo de la chica al tararear su canción favorita.
Miles de cosas circulaban en la mente de Honey en ese momento, la mayoría de ellas eran planes malvados de venganza contra su padre por ponerla en tan desagradable situación. Sí, Honey estaba en un serio problema y necesitaba tomar una decisión pronto, pero esto no resultaba fácil cuando se trataba de una que marcaría su vida para siempre.
La gemela Haddock no podía engañarse a sí misma, siempre fue consciente de su situación. Era una niña pequeña y delgada, sus brazos eran como ramitas frágiles y sin musculo. No había ni una pisca en ella que la denotara como una guerrera o aventurera. A diferencia de su hermano, para Honey eso no era tan grave, solo que la dejaba con un camino que tomar, el de ser esposa, madre y ama de casa. A pesar de su condición física, la chica podía traer orgullo a su nombre y clan mediante la cama. Y no porque le gustara la idea.
Pero por otro lado estaba su condición. Al ser la hija de un jefe, la muchacha estaba en lo más alta de la sociedad vikinga para conseguir el mejor candidato a marido. Lo cual resultaba en cierta forma alivio para Honey, quien sabía que eso le evitaba buscar pretendiente entre su gente (quienes no eran santos de su adoración) y limitarse a solo a jefes de otras tribus o a sus hijos. La gemela pecosa era flaca, pequeña, tan solo iba a cumplir trece años de edad, no tenía figura, busto y mucho menos había empezado su sangrado; ningún jefe en su sano juicio la elegiría como compañera para su heredero.
En cierta forma, Honey se sentía a salvo.
Pero olvidaba un punto clave en todo ello, la estupidez de su padre, la cual en el pasado ya le había causado penurias a ella y a su hermano.
Estaba claro que si Stoick decidía casarla con alguien, Honey no tenían la menor opción que aceptar el mandato de los hombres y acatar. Eso la ponía furiosa. La niña, lo que le faltaba de edad y estatura, le sobraba en voluntad. Honey era una mujer muy adelantada a su época, era voluntariosa, atrevida y sobre todo demasiado lista; tanto como su hermano, pero a diferencia de él, ella no tenía un pelo de ingenua. El que controlaran su vida de aquella manera, aunque fuera la tradición, la enfermaba terriblemente.
Pero el horror no terminaba ahí, ya que su padre llegó aún más lejos y le dio la opción de cambiar ese destino... por uno peor. Muchos dirían que ser elegida para convertirse en vala sería todo un honor, pero para Honey no. Primero ante todo, la chica sabía y había leído que para ser una vala se debía ser un vitki, un poseedor del veidr, un don divino de los dioses que muy pocos tenía. Según las leyendas, el mismo dios Odín fue el último en tener tal habilidad y ser entrenado en el arte de la magia rúnica aunque era algo reservado solo para mujeres. Él fue el último practicante y aunque los secretos de aquella magia continuaban en los recuerdos de los ancianos y libros, la práctica se perdió.
Honey sabía que había algo especial en ella, pero estaba consciente que aquellos sueños que tenían, estaban lejos de ser bendiciones de los dioses. En realidad era pesadillas, una maldición que tenía que ver o experimentar cada vez que cerraba sus ojos. Era una de la principales razones por las que odiaba a los dioses y por ello, primero muerta que dedicar su vida a seguir sus mandatos. En cuanto a ella, Odín, Thor y las demás deidades podían romper sus culos sentados en sus tronos en Asgar para lo que le importaba.
Y por ultimo y no menos importante, aunque la magia rúnica incluía el arte de la curación había muchos más aspectos y prácticas muy difíciles; pesados rituales y mucha información que memorizar. El entrenamiento de vala podía ser mucho más difícil que el de guerrero o matadragones juntos... y multiplicado por tres.
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Dragons: A Twins Story
AdventureLa vida de un vikingo no es sencilla en el archipiélago barbarico, en especial cuando se tiene un importante destino sobre tus hombros. Por suerte para Hiccup, él cuenta con la ayuda de su inseparable hermana gemela para convertirse en un héroe. Mi...