Gobber podía ser muchas cosas. Era un gran y legendario guerrero vikingo ya retirado, un habilidoso y talentoso herrero, un peculiar pero diestro tutor y por supuesto, un fiel y buen amigo. Pero había algo que definitivamente Gobber no era, y eso era ser la niñera de un bobalicón, demente, pretencioso y con terribles gustos destructivos.
El herrero había hecho lo posible para cumplir la orden de Hiccup y hacer lo que estuviera en su poder para distraer a Dagur en su maniática cacería detrás del zippleback de los gemelos Thorston, pero incluso para él era un tarea casi titánica, en especial cuando se habla de la cabeza dura de piedra de Dagur the Derange.
Gobber intentó cuanta idea desesperada que pasó por su cabeza. Probó disuadir al muchacho sin ningún éxito, distraerlo con peligros inexistentes en el bosque o inclusive tentarlo con algún objetivo más interesante por cazar. Pero nada distrajo a Dagur de su objetivo; incluso con cada intento del herrero, el líder berserker perdía los estribos, si eso a caso era posible.
Entonces el hooligan tuvo que cambiar drásticamente la estrategia. Trató de engañar la caravana de cacería berserker a un camino sin salida en el bosque, pero el rastreador de Dagur tenía un buen olfato e instinto para ser engañado tan fácilmente. Gobber no vio otra alternativa que deshacerse de éste forzándolo a oler su bota sudada, y aunque causó el vomito incontrolable del rastreador y otro cinco rudos guerreros, Dagur no perdió el rastro de la pisadas del dragón en la suave arena.
Desesperado, Gobber probó su último recurso:
–Sabes Dagur –comentó el herrero pegando su hombro al ya por sí irritado líder berserker –, has crecido mucho desde la última vez que visitaste Berk. Ya debes de ser todo un hombre –lentamente cruzó su dedo índice por la áspera armadura de Dagur –. Pero tal vez existan cosas "secretas" de un guerrero que te falten por conocer –agregó casi en susurro mientras le guiñaba coquetamente un ojo.
Dagur no disimuló en lo mínimo su desagrado ante el comentario de Gobber, y por suerte para éste último, el berserker estaba lo suficientemente choqueado para responderle o golpearlo; así que simplemente, lo arrojó con violencia al suelo antes de continuar con su cacería del dragón en la dirección correcta.
–¡Por la barba peluda de Odín! –escupió Gobber escandalizado golpeando con su puño y mano falsa el suelo–. Será mejor que advierta a Hiccup –dijo para sí antes de ponerse de pie y correr a la aldea lo más rápido que su pata de palo le permitió.
Solo esperaba que el chico pecoso hubiera tenido más suerte que él y conseguido el apoyo de los Thorston para controlar al zippleback.
Algo que no llegaría a descubrir, ya que tan pronto cruzó la orilla de la aldea cerca de la costa reconoció en la bahía las naves de sus compatriotas, ancladas junto a la armada berserker.
–¡Hijo de changewing! –blasfemó el herrero casi tirándose los escasos mechones rubios que le quedaban en la cabeza. Se preguntó mentalmente, cuánto tiempo tendría para advertirle a Hiccup de la llegada de su padre.
–¡Gobber! –escuchó el inconfundible bramido de su amigo y líder a sus espaldas, provocándoles un leve respingo. Definitivamente no tenía más tiempo –. ¡¿Qué significa esto?! –preguntó indicándole la armada visitante en el muelle.
–¡Stoick! –dijo el viejo guerrero alegremente extendiendo sus brazos –. ¡Ya han regresado! ¡Y como veo, han podido encontrar a Mulch y Bucket! –agregó rápidamente cuando se percato de la presencia de los dos vikingos perdidos, así como el resto de los guerreros hooligans detrás de su líder mientras subían el camino principal del puerto a la aldea –. ¡Sabía que lo lograrías, ya que eres un excelente jefe! ¿Y sabes qué más? Te ves más delgado.
ESTÁS LEYENDO
Dragons: A Twins Story
AventuraLa vida de un vikingo no es sencilla en el archipiélago barbarico, en especial cuando se tiene un importante destino sobre tus hombros. Por suerte para Hiccup, él cuenta con la ayuda de su inseparable hermana gemela para convertirse en un héroe. Mi...