Parte 12

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Mate.

Después de sentirme estúpida al haber dejado que mi cabeza jugara conmigo, decidí que era el momento de empezar a caminar, y lo hice, pero no tenía un rumbo fijó al cual ir, así que solo camine observando todo lo que había en Seúl durante el tiempo que estuve encerrada. Fui de un lado a otro, varias personas me vieron, puede ser que me habían visto antes o también puede ser el maldito hecho de que estuve presa, la verdad no se porque lo hacían, existen varias cuestiones, la que encuentro más razonable es que no estoy usando mi cubrebocas y mi gorra la llevo hacia atrás dejando que todos vean mi cara.

Esta Mate no es nueva, es más bien una tan vulnerable a las palabras, hechos y acciones que los demás cometan, y odio ser así, pero no encuentro como cambiar o como volver a ser aquella chica que fui en mi pasado, cuando no tenia la dicha de haber conocido a Jeon JungKook.

Sinceramente tengo que decir que no hay comparaciones de esta chica a la anterior. Definitivamente no queda nada de la anterior Mate, solo el nombre.
Llegue sin querer al colegio del cual se suponía que iba a graduarme un año atrás, el color ha cambiado, ya no es más el lugar gris al que asistía, ahora esta vivo en un color azul cielo.
Pero así como he llegado, así voy a irme, porque solo quedan recuerdos y sinceramente no son de aquellos que quisiera estar recordando a cada momento.

—Vaya, vaya, pero si es la 'Hate'. Te escapaste de la cárcel o que Hate.

Pero es un alivio saber que las personas que más odio pueden hacerme imitar muy bien a la antigua Mate, a la 'Hate'.

—Im Anil, ¿Tanto tiempo viviendo? Que desperdicio.

Rueda los ojos y me alegra haber borrado su estúpida sonrisa.

—Y bien, ¿Donde esta JungKook?, a pero si ya lo recordé, te abandono por asesina, fue bueno que estuve ahí para consolarlo.

Me guiña el ojo sabiendo perfectamente que puedo arrancárselo y destrozar su bonito rostro, pero sigue con la boca abierta. Niego.

—¿Enserio? ¿Como le hiciste niña?

Odia que la llame así, pero que puedo hacer yo si la vida no le dio buenos atributos que la hagan ver como toda una mujer.

—Hay Mate, ya entiendo porque te aferrabas tanto a él. ¡Dios! Lo hace delicioso.

Hace un maldito gesto que dejo pasar porque se exactamente que eso nunca paso. Hani me lo aclaró, JungKook se lo dijo y se que no es mentira, él no podría mentir...

—Que bueno que lo entiendas, se bien a lo que te refieres, sabes me quedaría para creerte pero hay cosas que realmente valen más la pena que tú.

Doy media vuelta intentando irme, quiero largarme de ahí, porque ella es una de las cosas que más aborrezco, no puedo verla y no golpear su cara.

—¿Como matar personas?

Asiento, le doy la razón para que deje de joderme.

—Si puede ser, así que vete con cuidado niña, no sabes que puede pasar.

—¿Estas amenazándome?

Niego, no yo no podría hacer eso.

—No, solo te advierto Anil, para Ser precavida, solo eso.

Comienzo a caminar pero me detengo cuando la escucho hablar de nuevo.

—Lo mejor que pudo haber pasado fue que JungKook te dejará, él finalmente se dio cuenta que no vales ni un poco para hacer que alguien haga sacrificios por ti. Muy bien Hate puedes ir a tu cueva y pudrirte en ella.

Me quedo quieta solo algunos segundos antes de reaccionar y continuar con mi camino llevando en la cabeza cada una de las palabras que Anil acaba de gritarme sin piedad. No respondí a nada porque no tenia algo realmente valido para decir, porque ella tiene toda la maldita razón, yo ni valgo lo suficiente para que alguien se sacrifique por mi, por eso él me dejo.

Camino y camino esta vez con un rumbo, y esa es mi casa, a mi cuartito, necesito ver mi pequeño hogar, el lugar que conoce a la única Mate que puede existir. Me pierdo en mis pensamientos mientras mis pies me guían a través del bosque hasta estar de pie frente a el lugar más valioso de mi vida. Mi cuartito no es el mismo de antes, su puerta desgastada ha sido cambiada por una muy hermosa y en buen estado, es extraño, no creo que alguien haya tenido intención de querer vivir aquí, nadie podría hacerlo porque me pertenece.
Para mi sorpresa la puerta esta abierta y no hay ninguna duda en mi cuando me adentro, es increible todo lo que mis ojos ven. Esta tan limpio que lastima, todo acomodado en su lugar, las cosas que deje aquí cuando hice ese viaje siguen aquí, solo que ahora hay algo nuevo. Yo siempre tuve conocimiento del amor que JungKook tenia por la fotografía y la cámara que tenia por regalo de su madre, pero lo que nunca supe fue que yo era uno de sus tantos puntos para sus fotos, puesto que ahora me veo en todas y cada una de las fotos que están pegadas en la cabecera de mi cama formando un enorme corazón.
Fotos de él y mías, tomadas por separado y aquella única foto que tuvimos juntos esta justo arriba donde también yacen unas enormes letras que me rompen nuevamente el corazón.

"EL CUARTITO DE AMOR DE JUNGKOOKIE Y NOONA MATE ^•^"

Mis lágrimas son tan reales que me duelen demasiado, veo pequeñas frases alrededor que solo son como dagas que hacen una herida tras otra a mi pobre y asquerosa alma.
Se muy bien que él lo hizo todo, él vino aquí y dejo estas fotografías, estas frases durante el tiempo que estuve encerrada, ahora se porque llegaba tarde a casa, él venia aquí después de su visita diaria a la cárcel, después de verme, venia y escribía una nueva frase para mi, soy lo peor de este mundo.

Ya basta.

Seco el agua de mis ojos con la manga de mi sudadera y continuó mi recorrido, se bien ahora lo que pasa, sinceramente se que ahora no puedo continuar sin JungKook, yo lo necesito aquí, conmigo. Yo necesito a mi chico.

—¿Nina?...¡Nina eres tú!.

Esa voz. Esa vocesita me hace sobresaltar y volteo rápidamente hacia atrás encontrando una vez esa bella carita hermosa y llena de mugre que tanto me gusta, su grito llamándome como solo ese pequeño sabe hacerlo y todas mis tristezas desaparecen cuando lo veo. Yangsu.
Core hasta mi y me acuclillo a su altura, extiendo mis brazos que lo reciben en un enorme y fuerte abrazo, Yangsu, no recordaba lo valioso que es este ser indefenso para mi, la versión masculina y pequeña de Seo Mate.

—Nina por fin regresaste de tu viaje. Que bueno.

¿Un viaje?.

—¿Que?

Asiente muchas veces tan lleno de felicidad.

—Si, Kookie dijo que estabas en un viaje y que nosotros teníamos que cuidar tu casa hasta que volvieras. Pero, él también se fue, dijo que te alcanzaría. ¿Donde esta?

En mis recuerdos, en mi alma y a millones de kilómetros lejos de aquí. Esta a donde pertenece, a donde debe estar.
No suelto para nada a Yangsu, no puedo dejar que me vea cuan destrozada estoy, este pequeño ángel no sabe nada de lo que paso y mientras no lo sepa todo sera mejor. Quiero que siga creyendo tan bonita mentira, no lo voy a lastimar aunque eso si me destruya aún más a mi.

—Pero ahora regresaste nina, solo que, no quiero regresar a la calle ahora que estas aquí, tampoco mis amiguitos quieren irse.

Niego, no eso no va a pasar.

—No Yangsu, aún debes cuidar de mi casa. Debo hacer un último viaje, solo vine a verificar que todo estuviera bien y se que tú lo seguirás haciendo mucho mejor.

Lo separó de mi, me siento en la cama con él en mis piernas.

—Ya se nina, vas por Kookie.

Ojalá pudiera hacer eso.

—Algo así Yangsu. Pero en este viaje voy a buscar algo que se llama 'paraíso', un lugar donde las personas no sufren, voy por esa eternidad de la que tanto hablan.

Porque se bien que no voy a poder continuar si JungKook no esta a mi lado, él es el aire que necesito y si no esta, no me sirve ya de nada seguir con vida y le daré la tranquilidad al tiempo de que no esperare a que mi muerte llegue, lo hare por mi misma. Buscaré un lugar en donde sea una completa desconocida y simplemente voy hacer que mi corazón deje de latir como tanto lo añoraba en mi pasado.

Y mi mejor opción sin duda es Busán, esa será mi última parada.

—Yo quiero ir contigo nina, quiero conocer el paraíso. Llevame nina.

Lo observó notando cuan pura es esta criatura, su inocencia florece alrededor de su ser, no sabe a que me refiero y eso esta bien.

—No pequeño, aún eres muy chico para llevarte. Necesitó ir sola y buscar hasta dar con el.

Infla las mejillas pensando un poco y termina asintiendo.

—Pero vendrás por mi cuando lo encuentres, ¿verdad nina? Prometeme que volverás por mi.

Asiento sin decir más y dejando que poco a poco nuevas lagrimas resbalen por mis mejillas. Él lo nota y acaricia secándolas con sus manitas mientras su sonrisa no tiene intención de desaparecer.

—No llores nina, vas a ver que lo vas a encontrar y nos veremos pronto. Yo confió en ti.

Lo abrazo, y se bien que algún día nos vamos a volver a ver.

🎵 🎵 🎵

Durante esa misma tarde compre una nueva mochila para mi viaje, entendí a la perfección que no podía quedarme en el cuarto por mucho tiempo pues todo lo que hay dentro me recuerda a él, y me siento tan malditamente destruida que no lo soportó.
También compre la cena a Yangsu y sus amigos, espere por que todos se durmieran incluyendo al pequeño castañito que no dejaba de hablar de sus logros como aprender a leer de a poquito y que ya era todo un adulto, sonreí al verlo tan lleno de vida e ilusión, no acabare con ello.
Solo llevo lo que sobra de dinero que Fany me dio, no lo he malgastado y no lo haré.

Fany, Sulli y mi vieja llena de razón Torya.

—Espero puedan perdonarme por no cumplir mi promesa.

Es imposible que duerma, los recuerdos están en mi cabeza. Observó la densidad de la noche. Estoy perdida.

"Te amo Mate. Te amo como un loco."

Odio no poder parar mi llanto, odio que las circunstancias y el tiempo me hayan vuelto una persona tan sensible, tan estúpida, lo odio.

"De ahora en adelante mi noona solo llorara del dolor que le cause las risas que le haga sentir..."

—Una mentira más JungKook. No estoy riendo.

Ya no puedo.

Ya no podre.

Cerca de las siete de la mañana me levanto meditabunda y como puedo beso la frente de cada uno de los niños, al llegar con Yangsu le susurro que debe ser fuerte y que en verdad nos volveremos a ver, que lo quiero y agradezco al mundo por haberlo puesto en mi camino.

Salgo de casa siendo quizá la última vez que la vea también.

Esto es definitivamente un adiós.

Camino y me alejo por completo de ahí, busco en mi trayecto a la estación del metro un teléfono público, necesito escuchar su voz si es que aún mantiene el mismo número.

Es todo lo que deseo hacer antes de irme.

Cuando lo encuentro marco el número que me se de memoria y deposito las monedas necesarias comenzando q escuchar el pitido de la línea, estoy nerviosa y ansiosa de oírlo, solo le dire unas cuantas palabras.

"Te amo, por favor se feliz."

Ha respondido.

—Si bueno...

Pero es una voz femenina, y no suena a ninguna de las que conozco, me asusta. Tranquilizate Mate.

—H-Hola, ¿Es-ta JungKook?

Apenas logro preguntarlo.

—Claro permitame. Kookie, mi amor, tienes una llamada.

El aire comienza a faltarme, los ojos me pican porque las lágrimas han comenzado a bajar, esas palabras me han golpeado una y otra vez destruyendo lo poco que quedaba de mi ser, de mi dignidad, rompieron el último pedacito de esperanza que aún quería conservar.

—Hola, habla con JungKook.

Estoy escuchándolo, es él, su voz, la melodía que siempre voy amar. Me cubro la boca evitando que escuche mi sollozo, una voz de mujer le llamo 'mi amor', su amor.

—Jung-Kook.

Lo digo en un susurro que se que logro oír. No puede estar pasandome esto a mi.

—Si habla con él.

—Que pasa cariño, mis papas están listos.

—allá voy nena...—no la llames así, no lo hagas — ¿Puede decirme quien habla? ¿Que necesita?

—P-Por favor se feliz.

Y sin más bajo el interruptor colgando, mi mente claramente dice que no debía hacer esa llamada pero nunca me hago caso, y quizá era lo que necesitaba para darme cuenta que en verdad nunca le importe a JungKook, no al menos tanto como él sigue importándome.

Él casi en nueve meses logro hacer borrón y cuenta nueva, finalmente encontró a una mujer que lo merece, una que si tiene una familia que presumir, unos padres a los que podrá pedirles permiso para poder ser novios, una mujer que debe ser de su nivel.

Y es algo que yo nunca fui y desgraciadamente nunca seré. Porque es tan simple saber que no lo merezco.

JungKook no era para mi. Regreso el teléfono a su lugar y continuó mi camino a la estación del metro colocándome la capucha de mi sudadera.

Esto es definitivamente un adiós.

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#SanMinnie

TEARS - JungKook- BTS-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora