Guiada por el profundo amor que tiene por la fotografía, Anya Ukai conoce al Karasuno, en donde su mundo, que consideraba pequeño, se llena de personas que siempre estarán allí para ella. Ya no mas sola.
El Karasuno la acoge como su nuevo miembro, v...
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El sonido de los pajaritos comenzaba a hacerse presente en su cabeza, cuando intentó moverse se encontró con un obstáculo prohibiendole el movimiento, el calor en las mejillas de Anya se extendieron por todo su cuerpo cuando un par de brazos la apretaron un poco como si fuera una almohada.
- no te muevas a menos que los demás vean que estás en el futon conmigo -
Anya abrió los ojos asustadas cuando escuchó a Tsukishima hablarle al oído.
De repente recordó que se había quedado dormida hablando con el toda la noche. Una risa nerviosa se escapó de su boca y tuvo que morder su labio inferior con nervios, aquella era una situación difícil.
- ¿y me trajiste aquí? - pregunta sonriente - tonto.
- fea -
- eso no dijiste ayer - refunfuño pellizcando la piel del brazo de su novio - debo irme Tsuki, antes de que se enteren de que estoy aquí.
Tsukishima sonrió y la abrazó con fuerza para no soltarle.
- Kei de mier.... -
- ¿ya despertaste? -
Anya se congelo al escuchar la voz de Yamaguchi entrando a la habitación, se tuvo que pegar a el para no meter sospechas.
- si, en un rato me levanto para ir con ustedes -
- ahh, este mocoso se quiere pasar de vivo, unos minutos más, te esperamos abajo Tsukishima - mencionó Daichi mirándolo con curiosidad.
- ¿donde estuviste anoche Tsukishima? - preguntó de repente Ennoshita - saliste apresurado cuando viste a Hinata y Kageyama dirigirse al gimnasio.
Tsukishima sonrió y escondió sus manos debajo de las sábanas para pasar sus manos por la cintura de Anya y alzar su camisola y apretar su barriga regordeta. Un jadeo de sorpresa se escapó de su boca, avergonzada le metió un puñetazo en el estómago en silencio.
- ¿sucede algo Tsukishima? - preguntó Asahi.
- seguro esta con el estómago suelto - se burló Hinata mientras cubría su boca, Kageyama, Nishinoya y Tanaka comenzaron a reírse con burla.
- ya no lo molesten - habló Asahi - vamos, tenemos que seguir entrenando.
Los cuervos asintieron firmes y dejaron a Tsukishima solo, en ese instante Anya retiró la colcha con la que se cubría y respiró.
- ¡tu...! - roja de vergüenza se sentó encima del futón y pateó al rubio - eres un tonto.
- vamos, ¿no te querías ir? -
Anya se levanto acomodando su ropa y viendo a todas partes de nadie estuviera, con un beso fugaz en los labios de Tsukishima se despidió.
