Guiada por el profundo amor que tiene por la fotografía, Anya Ukai conoce al Karasuno, en donde su mundo, que consideraba pequeño, se llena de personas que siempre estarán allí para ella. Ya no mas sola.
El Karasuno la acoge como su nuevo miembro, v...
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- ¿está loca? - grito Ukai soltando el cigarro en una de sus piernas, el dolor lo llenó de golpe y no supo más que hacer que frotar la zona herida. Si, dolía como mierda.
Habían llegado a casa luego de la práctica, Anya estaba feliz y le iba a decir a su padre lo que iba a hacer y de cómo estaba tan emocionada, pero cuando la oyó soltar "mierda verbal" grito enojado.
- por favor papá - se quejó ella arrugando su rostro como perrito siendo castigado.
- claro que no ¿sabes cuantos hombres hay ahí?, ¡hormonas por todas partes!, no dejaré que estés allí, puede caerte una pelota o algo peor - se quejó Ukai molesto mientras se echaba agua en la pierna. Anya observó a su padre molesta, tomo agua fría en un vaso y se lo hecho en la pierna de Ukai, quien saltó aliviado, luego chilló ya que le ardió - mi respuesta sigue siendo un no rotundo.
Anya hizo un puchero y se recostó en la espalda de Ukai dando todo su peso.
- sigues sin pesar nada - hablo Ukai molestándola.
- ¡papá, nunca te pido nada, salgo contigo y soy una antisocial, es algo que quiero hacer por favor sólo será hasta que posiblemente me canse de él, déjame tomarle fotos a Hinata Shouyou! -se quejó moviéndose como un gusano en la espalda de su padre,
Ukai no quería que su hija esté con él, no es porque no le agradará, es más si él fuera un padre menos celoso la dejaría que se quedará con ella, tal vez sus habilidades de entrenadora por fin saldrían, pero el equipo era conformado sólo por hombres y su hija no era para nada fea, si hubiera sido normal como las demás chicas que iban a la escuela hubiera tenido problemas de declaración todo el tiempo, pero como Anya era rara no iba a volver a la escuela y prefería ir a clases en su propia casa.
Y se le ocurrió una idea.
- está bien, irás pero solo con una condición - Anya volteo feliz - ¿te acuerdas de Hitoka Yachi?
Anya se acordó de la pequeña rubia, su padre estuvo saliendo un tiempo con una diseñadora que tenía una hija, Hitoka, era alguien alegre pero siempre se asustaba por todo, en especial de las personas grandes que tenían cara de matones.
- sí, mi casi hermanita -
- ella es manager del Karasuno junto a otra chica, si vas a estar tomando fotos quiero que te quedes todo el tiempo junto a ella y no te separes por ningún momento de su pequeña presencia- dijo.
Anya sonrió y abrazó a Ukai con fuerza riendo, el solo atinó a sonreír cálidamente mientras veía como su hija saltaba de emoción y sacaba todos sus rollos de cámara que tenía bien desparramados por todas partes y las colocaba en su mochila como siempre, entre ellas la cámara profesional y la vintage.
