Steve Rogers.
Pudo haber sido un día como cualquier otro. Exactamente igual que el anterior.
Ahora mismo no tengo muy claro por qué le había contado sobre mi sueño a Nat.
Sus ojos verdes parecían muy serenos, pero eso podía significar muchas cosas, ella estaba... ¿Estaba en shock? ¿Triste? Me arrepentía de contarle aquello.
No podía descifrar la expresión de su rostro. Llevaba un momento sin emitir una palabra, estoy seguro que no había parpadeado en un largo rato.
— ¿Sabes que solo fue una pesadilla? —. Dijo Nat, puede ver como cambiaba su expresión, lo había asimilado.
— No fue solo eso Nat, se sentía tan real. Él era tan real —. Respondí en un susurro. Después que Cho nos había dicho que nuestro bebe era un varón. Mi peor pesadilla se había convertido en realidad, no podía dejar de pensar en eso. Nat inmediatamente se dio cuenta de eso y me obligo a contárselo.
— De eso se tratan las pesadillas Steve. Crear imágenes en tu cabeza tan reales, con sentimientos reales, pero solo son eso, pesadillas. No lo olvides soy una experta en el tema.
— Pero...—. El dedo índice de Nat se posicionó en mis labios deteniendo lo que iba a decir.
— Tranquilo Steve, este bebé estará bien, siempre estaré ahí para él. Al igual que siempre estaré para ti. No tienes nada de qué preocuparte, fue solo una pesadilla producto de todo lo que vivimos.
— Si, debe ser eso —. Necesitaba convencerme de ello. No tenía por qué preocupar a Nat por una estúpida pesadilla.
— Entonces ya podemos comenzar a hablar sobre que nombre le pondremos a nuestro mini Rogers —. Nat comenzó a pasar su mano sobre un vientre que apenas comenzaba a notarse.
— Ya. Necesito que dejes de llamar mini Rogers a nuestro bebé —. Trate de sonar molesto pero una sonrisa me delato.
— Dilo entonces —. Me animo Nat. Dejándome sumamente confundido.
— ¿Qué quieres que diga?
— El nombre de mini Rogers. Sé que tienes uno —. Como podía estar tan segura, cuando yo no lo estaba.
— No tengo un nombre Nat —. Era verdad, claro que se me habían ocurrido un par de nombre, pero no tenía el correcto.
— Lo tienes, no puedes ocultar algo de mi Steve.
— No lo tengo —. Respondí rápidamente.
— Lo tienes, pero no te atreves a decirlo, porque piensas que no me gustara. Pero lo hace, me agrada. Quiero que nuestro hijo se llame James Rogers Romanoff.
— Tú... ¿Cómo lo supiste? —. Fue mi primera opción, después tuve más. Los nombres iban y venían pero el nombre de James siempre estuvo ahí.
— Es tu mejor amigo Steve, es más que eso... es tu hermano. Nunca dejaste de buscarlo, cuando lo encontraste te involucraste en una guerra civil por él. Ahora él se ha ido, necesitas honrarlo de alguna manera, y ponerle a tu primero hijo su nombre, es una buena forma de honrarlo. ¿Estoy equivocada?
— Sí, pero... Me das miedo Nat. ¿Alguna vez alguien te lo ha dicho?
— Más veces de lo que imaginas.
Días después.
El sol irrumpía a través de las persianas. Nat tenía las mejillas sonrosadas por el frío, y las puntas de su pelo se encontraban algo rizadas. Un atisbo de sonrisa se dibujaba en sus labios me quede observándola, tratando de guardar esa imagen en mi mente para siempre. Alcé la mirada justo a tiempo de encontrarlo mirándome fijamente mi torso. Ella estaba viendo desvergonzadamente mi torso.

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Juego Final
Fiksi PenggemarUn par de años han pasado desde la firma de los acuerdos, la vida de ninguno de ellos volverá a ser la misma. Para algunos la vida entre las sombras nunca será lo suyo, pero es lo único que tienen. Mantenerse juntos sin importar las circunstancias e...