Capítulo 19

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- ¿Qué les pasa? - preguntó Mayte realmente extrañada por la repentina quietud de sus dos ex compañeras. Desde que había regresado a la mesa, hace apenas algunos minutos, se habían sumergido en un silencio poco característico de ellas, sobretodo tomando en cuenta de que hace mucho no se veían y los festejos como aquel siempre resultaban una buena excusa para ponerse al día, sin embargo, parecía que aquello no aplicaba para esa noche en especial.

- Nada - contestó Isabel ante la falta de respuesta por parte de Fernanda, que parecía haberse trasladado a un universo alterno desde que ella con las alarmas encendidas se había acercado casi que a recitarle un largo listado de suposiciones sin compañía de por lo menos una certeza más que la corazonada de una madre, su madre.

- Está bien - aceptó no muy convencida mientras observaba a Isabel robarse un par de bocadillos del plato de Fernanda, que aparentemente se había quedado sin apetito durante su tarea de hilar pensamientos, acontecimientos presenciados y los pocos mencionados por Isabel de ese último año, que, de igual forma, como tantas otras veces, la dejaban con una brecha que hacía que la historia fuera complicada de entender, como si de por sí ya no lo fuera. Nunca se lo había planteado, pero tenía la sensación de que aquella fisura se debía a la desconocida versión de Manuel, una que por más que en ocasiones quisiera conocer para entender que era lo que al final del camino mantenía entre ellos aquella química innegable, no se atrevería a indagar nunca - ¿Ne? - la llamó Mayte regresando su atención a la mesa que por un momento se había perdido intentando entender porque Fernanda observaba a Manuel con una intriga tan grande como sus ojos. Para su sorpresa obtuvo su atención más rápido de lo que había esperado.

- Lo siento mi May... el cansancio y las copas empiezan a hacer efecto - mencionó riendo, pero aun así la seriedad no desapareció de sus ojos.

-Me quieren decir algo ¿no es así? - interrogó ante la notable incomodidad de ambas - quiero saber - aseguró irguiéndose en el asiento, dispuesta a escuchar cualquiera inquietud que rondara por la cabeza de las dos mujeres que se comunicaban con la mirada bajo la observación de la suya.

- Lo que pasa es que habíamos acordado no tocar el tema, no queremos que te incomodes con ello - explicó Fernanda cuando sintió el pie de su cómplice encima del suyo como señal de que era ella quién debía iniciar con aquella estrategia planteada por Isabel, misma que intentaba tomarse con ligereza para no levantar sospechas.

- ¿Acordamos quiénes? - con el ceño fruncido y ahora más desconcertada que en un principio observó a las dos mujeres frente a ella que aparentaban una calma que al igual que ella estaban lejos de sentir.

- Fernanda y yo - intervino Isabel intentado acallar sus dudas- ya sabes May, entendemos que no es fácil... - mencionó Isabel "pretendiendo" no comentar más que eso, claro que la confusión en el rostro de su hermana la empujarían a continuar, tal y como lo había imaginado.

- Espero que se vayan a tomar el tiempo de explicarme porque sinceramente no les estoy entendiendo nada, además ¿Por qué tengo la sensación de que estamos hablando en clave?

- Porque sabemos que no ha de haber sido fácil que él viniera con ya sabes quién y que cayeras en cuenta que la historia de hace unos años se repite nuevamente - continuó Isabel con una convicción que por un momento la hizo dudar de si en realidad la historia nuevamente se repetía, sin embargo, estaba reacia a aceptar que estuvieran refiriéndose de quien pensaba, pero si no era de él de quien hablaban ¿de quién más lo harían?

- No tienes por qué sentirte mal mi May - se atrevió a hablar Fernanda mientras alcanzaba su mano por encima de la mesa dejando al encontrarla una caricia, característica de cuando quería recordarle su apoyo incondicional - lo cierto es que los rumores del divorcio esta vez fueron tan reales, dentro de lo que cabe, que incluso yo pensé por momentos que era cierto - aseguró con sus ojos llenos de compresión sintiendo como luego de algunos segundos de silencio Mayte apretaba su mano, pensó que en busca de apoyo, pero en realidad no - no tienes por qué sentirte culpable por haberlo aceptado...otra vez - susurró.

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