Capítulo 31

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Siento mis piernas temblar como gelatina, ¿acaso no se había marchado? O por lo menos es lo que pensé al no mirarlo más, no le puedo decir a William lo de mi embarazo ya que sería ponerlo en peligro con la loca de su mujer.. ¿O tal vez estoy siendo un poco paranoica?. O mejor dicho demasiado tengo el temor de que nos quiera hacer daño por despecho. Decido enfrentarlo me giro hasta quedar frente a frente lleva puestas unas gafas estilo aviador, porta un traje echo a la medida de color negro, que lo combina con una camisa de color blanca luce muy imponente con el cabello alborotado como si se hubiese pasado la mano varias veces, para mi siempre será el hombre más guapo que exista sobre la faz de la tierra.

─No me has respondido Ginebra. ─me sostiene por la cintura, su toque causa ya la famosa corriente eléctrica que se dispersa por todo mi cuerpo, mis bellos se erizan sus hermosos ojos color miel me observan con un brillo intenso. Yo sólo me quedo observando sus labios, aprieta su agarré en mis caderas acercándose más a mi, quedando nuestras bocas muy cercas. William me besa, tardó en corresponderle pero al final lo hago vuelvo a sentir ese sabor a gloria extrañaba lo suave que son sus labios envuelvo mis brazos al rededor de su cuello acariciando su cabellos. El beso se intensifica no quiero pensar en nada lo he extrañado tanto que no me importa el mundo en estos instantes, sólo somos él y yo en éste lugar cometiendo el peor de los pecados ante Dios. Lentamente nos separamos mantengo mis ojos cerrados por que sé que si lo miro me arrepentiré de esto y no es lo que exactamente deseo.. No aún.. Con una mano me suelta de su agarre sólo para retirarse los lentes y tirarlos al piso devuelve el agarré y vuelve a juntar sus labios a los míos, por los nervios sonrió.

─¿Que es lo gracioso preciosa?. ─me cuestiona juguetón, le extrañaba tanto.

─Es sólo que no puedo creer lo que estamos haciendo. ─calla mis labios a besos, este se intensifica se torna más hambriento más lleno de deseos y ganas, la temperatura de mi cuerpo cambia lo necesito.. Lentamente retira mi abrigo para colocarlo en un sillón de piel en color blanco que se encuentra dentro del mausoleo menos mal y no lo tiró al piso, va dejando besos húmedos por mi cuello echo mi cabeza hacia atrás indicando que quiero más. La sensación es magnífica, coloca sus manos en el cierre de mi vestido y lo comienza a bajar rozando sus varoniles manos por mi piel sensible causando escalofríos, deja caer el vestido sobre mis pies.

Me encuentro solo en ropa interior tan expuesta para él, William me observa sus ojos se han oscurecido ya no son esos miel que tanto adoro, se pone de pie y va directo hasta la puerta de cristales tintados la cierra y coloca el seguro. Retira su saco para tirarlo en el mismo lugar del mío, viene hasta mi y se posa encima mío tomo el control y comienzo a desabrochar los botones de su camisa retirándola por completo dejando su torso desnudo. Observo su cuerpo bien trabajado perfectamente definido, es tan sexy que muerdo mi labio inferior intentando parecer coqueta, escapa una pequeña risita de mis labios por mis pensamientos tan impuros. William me observa con ímpetu marcando una sonrisa de soslayo.

─Eres preciosa, perdóname Ginebra por reaccionar de esa manera en la funeraria, bien sabes que siempre estás en mi corazón eres e amor de mi vida y nada lo va a cambiar. ─da un pequeño beso en mis labios y sonríe.  

─No mientas te lo ruego, me haces daño al querer confundir mi mente tergiversas las cosas y para mi es muy doloroso William. ─le suplico no quiero salir más dañada de todo esto a fin de cuentas ya tomé una decisión, lo beso y callo sus labios me toma por los glúteos enredo mis piernas por su cintura y bruscamente me recarga contra la pared, me acaricia los muslos subiendo hasta mi espalda para llegar a mi sujetador lo desabrocha y retira, quedan mis senos expuestos al aire listos para ser devorados por mi depredador. Da suaves caricias y toma uno introduciendo a su boca comienza a chupar lento y suave, pasa su lengua por mi pezón lentamente va subiendo sus labios por mi cuello saboreando cada parte de mi. Esto se siente a gloria William aprieta mis muslos con sus dedos lenta y pausadamente va restregando su miembro con mi ya palpitante intimidad estoy deseosa de más.

Sentimientos OcultosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora