Sentimientos Ocultos

Capítulo 32

Me encuentro recostada observando el cielo raso de la habitación, observo el reloj que se encuentra en la mesita de noche marca la una de la mañana. Después de ducharme decidí recostarme por un momento a pensar lo maravilloso del encuentro con William, mi amado William!.
Hasta que el sueño me venció y no me di cuenta de sí Gianina llegó al apartamento, he estado pensando en mi decisión necesito irme de Milán lo antes posible, entre más lejos mejor.. Me pongo de pie y camino descalza a la cocina, he decidido beber un poco de agua ya que siento la garganta reseca, salgo de la habitación y para mi sorpresa Gianina se encuentra sentada al lado de Kian en el sofá muy juntos y entretenidos observando no sé que programa del televisor, los dos voltean como si estuvieran sincronizados y me observan con asombro.

─¡Ginebra al fin despiertas! ¿Te encuentras bien? He estado preocupada toda la tarde. Siento mucho no haberte llamado antes para avisar que saldría, ya que Kian me invito al cine y se nos fue el tiempo, ¡soy una mala amiga!. ─se disculpa Gianina levantándose muy aprisa del sofá y enrollando mi cuerpo en sus brazos.

─Tranquila Gianina puedes tomar aire, no pasa nada estoy bien ¿y como les fue en el cine?. ─pregunto volviendo mi cabeza hacia Kian este sólo se le escapa una sonrisa picarona.

─Nos fue de maravilla Gin, con decir que ni atención le pusimos a la película, sólo al final ya que nos ordenaron los demás espectadores que guardáramos silencio. ─Kian sonríe recordando su aventura.

─¡Eras tú Kian, quien no paraba de acosarme! Y por tu culpa perdí la película entera. ─le reprocha Gianina sonriendo, Kian posa sus manos en su pecho del lado del corazón y exclama.

─¡Oh amada mía usted me a ofendido en demasía, usted me culpa de interrumpir su tranquilidad y su película merezco morir por eso!. ─ afirma dramático. ─¡Me declaro culpable!. ─ ¿Me perdona?. ─suplica sonriendo y poniéndose sobre su rodilla y estirando su mano hasta Gianina, pretendiendo tomar su mano y besarle como si cuál caballero fuese.

─¡Oh vamos Kian! no pensé que fueras tan dramático pero sabes te ha salido a la perfección ganarás el Oscar por mejor actor de drama del año. ─lo felicito sonriendo, este par son tal para cuál formarían la mejor pareja, Gianina sólo lo observa con ojos de admiración, ¿o tal vez de amor?.

─Sé que me aman Ginebra se morirían sin mi presencia, este bombón es indispensable en su vidas tan aburridas. ─ toma de la mano a Gianina y deposita un beso, se pone de pie y arrastra a la castaña junto a él a tomar asiento nuevamente en el sofá de dos plazas, se nota que ya han formado un buen vínculo ambos, me dirijo al otro pequeño sofá de una sola plaza y me quedo en silencio.

─¿Te pasa algo Ginebra? sabes que nos puedes contar lo que sea. ─sugiere Gianina con seriedad, noto la preocupación en su rostro sabe que algo me pasa, me conoce a la perfección.

─Me quiero ir de Milán cuanto antes. ─hablo sin rodeos. ─No sé lo que haré de mi vida, estoy embarazada, para colmo el padre de mi hijo está casado con otra no me quiero quedar aquí y coincidir con él, en la plaza o tal vez en el hospital o en cualquier lugar. Ya es bastante daño el que he sufrido, quiero un nuevo comienzo, una nueva vida lejos de todo los recuerdos que me hacen daño.

─Si es lo que deseas Ginebra tengo una casa en Irlanda, para ser más específico en Dublín, si gustas puedes usarla, es contemporánea de cuatro recámaras, el recibidor es muy bello, una amplia sala de estar la cocina esta recién remodelada te encantará, será el lugar perfecto para ti, en donde podrás criar a mi sobrino. ─sugiere Kian. —Porque te advierto ese fruto que crece en tu vientre ya es mío.

─Es donde viví cuando me pasó la peor experiencia de mi vida, pasé dos años recluido en ese lugar, el jardín es inmenso y mágico ayudó a sanar mi alma, adoro a la naturaleza. ─la propuesta es muy tentadora pero no quiero abusar de su hospitalidad, pero no tengo más opción que aceptar.