Lentamente voy abriendo los ojos aún me encuentro en la inconsciencia, desubicada, poco a poco se me viene a la mente la noticia de que el amor de mi vida se está debatiendo entre la vida y la muerte. Es algo impactante, es donde no sabes ni que hacer y te culpas de todo lo que está pasando, es ahora cuando me auto recrimino el haberlo abandonado me doy cuenta de cuanta falta me hace, de que lo amo. Este sentimiento jamás desapareció siempre estuvo presente como la llama de una hoguera, William Rusell se grabó en mi corazón.
Me recompongo a mi lado está Gianina observando con preocupación, se que me he desmayado por la noticia y no es algo que me agrade, vengo sentada con el cinturón puesto, observo por la ventanilla no digo palabra alguna no me apetece, sólo quiero mi silencio para asimilar todo lo que está pasando. Las nubes blancas adornan el cielo azul recuerdos se vienen a mi mente de cuando William y Melina decían que el color de mis ojos eran como el azul del cielo.
─Ginebra ¿estás bien? te hemos traído al jet de Kian ya estamos de camino a Milán, no hay tiempo que perder. ─murmura por lo bajo.
─Gracias amiga por ser mi enfermera personal, ¿y mis niños?. ─
─En la habitación con Kian, van durmiendo llevamos dos horas de viaje. He venido checando tus latidos, son normales y la presión arterial por igual sólo fue un desmayo por la impresión de la noticia. ─
─¿Por que él? ¿y si no sobrevive?. ─ suelto derramando lágrimas amargas.
─Él se pondrá bien Ginebra confía en Dios, William es un hombre muy fuerte ya lo verás amiga. ─trata de tranquilizarme con palabras de aliento.
─¿Y si no es así? Me moriría sin él Gianina, él es mi mundo al igual que los gemelos, tú más que nadie sabes cuanto lo he extrañado todo este tiempo. Ustedes son testigos de las noches en vela que pasaba llorando por su ausencia, que este amor no se ha terminado a pesar del tiempo y la distancia.─
─Lo sé amiga, no debes de pensar así de esta manera ya lo verás, ten fe. ─me envuelve en sus brazos.
─Llora todo lo que quieras Ginebra, saca todo eso que te hace mal que opaca tu linda alma, tienes que ser muy fuerte. Kian ya se a encargado de todo aún faltan diez horas para llegar trata de descansar, los gemelos te necesitan al igual que William. ─dice mi cabeza.
─No se que haría sin ustedes, gracias por estar a mi lado me levanto del asiento y me encaminó hasta la habitación que se encuentra en el jet. Mis gemelos se encuentran plácidamente dormidos, me acuesto al lado opuesto de Kian, abrazo a ambos bebés beso la pequeña cabecita de Liam. Mi pequeño se encuentra al lado mío durmiendo, las extensas pestañas negras adornan sus lindos ojitos es tan parecido a su padre, siento como poco a poco se me van cerrando los ojos y me dejo llevar por la inconsciencia, presa del cansancio..
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Nos encontramos llegando a la pista privada de las empresas Rusell, Kian nos ha dicho que a William lo tienen en la clínica San Lourdes. Nos han mandado un coche para que nos lleve directo, bajamos del jet aprisa yo sostengo en mis brazos a Liam, mi amiga trae a Milena consigo y Kian ordena que el equipaje lo lleven hasta su casa, nos subimos al Bentley color negro, el auto se pone en marcha yo sólo quiero llegar.
Pasados diez minutos estamos a las afueras de la clínica, Gianina se llevará a los gemelos ya que no pueden pasar por la cuestión de las enfermedades ya que ellos son muy pequeños aún y pueden atraer fácilmente algún virus.
─Ginebra quédate tranquila los gemelos estarán bien conmigo, me quedaré en el apartamento de Kian. ─habla mi amiga yo me encuentro muy nerviosa y asustada a la misma vez, jamás me he separado de mis hijos, sólo cuando trabajo.
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Sentimientos Ocultos
RomanceElla es Ginebra Bianchi dulce, pura, inocente y hermosa. Enfermera de profesión, chica de piel blanca y tersa con unos ojos azules que son capaz de volver loco a cualquiera, su inocencia la hace diferente a todas. Huérfana de padres, abandonada al n...