********Años después*******
Una joven corría por las oscuras calles de National City sus padres le habían citado para conocer a la quien ella llevaría el registro de memoria. La joven tal vez se hubiera entretenido leyendo en la comodidad de su habitación sin estar consciente del mundo que le rodeaba.
Minutos después llego a la gran mansión dónde asistía a clases particulares de literatura 3 veces por semana a petición de sus padres, antes de decidirse por estudiar ciencias y ser como su padre, pero eso no había evitado que sus clases aun continuaran.
Tocó la puerta y esta le fue abierta por el mayordomo de la casa, con una leve inclinación de cabeza la joven pasó a su lado y casi corrió para llegar al gran salón. Todas las personas que se encontraban en la estancia giraron hacia ella cuando se adentró en el lugar.
-Buenas noches – Saludó la joven de cabellos rubios como el sol y ojos azules como el océano.
-Srita. Zor-El es un placer que nos honre con su presencia – Dijo un hombre alto, fornido de piel canela.
-El placer es mío Sr. Olsen – Contestó la joven antes de tomar su asiento en el salón, era el único vacío.
-Como sabrán esta noche dos importantes miembros se retiran y los jóvenes tomarán su lugar – Habló el Sr. Olsen – Esta noche quedan oficialmente registrados en los anales del conde Drácula –
Un hombre algo mayor pero simpático y en buena forma que se encontraba a la par de Kara Zor-El, el cual no era otro más que Seg-El su abuelo, el encargado de llevar los registros de una de las vampiresas de las cuales guardaban las memorias.
Los Zor-El eran los que menor tiempo tenían dentro de los anales del conde Drácula, ellos se habían unido un tiempo después de que la orden se formara. Una orden que tenía como propósito relatar de manera poética la vida de cada uno de los vampiros más antiguos los cuales eran solo 8.
Era una asociación que les traía beneficios a ambas partes, los vampiros se beneficiaban de los estudios acerca de poder caminar bajo la luz del sol, investigación que Van Helsing creía haber destruido por completo, además de conservar sus memorias sin revelar realmente lo que eran. Los humanos de poder y dinero sin excepción alguna, cada vampiro tenía asignada una familia en particular.
-Es hora pequeña – Le susurraba Seg-El a su nieta.
Kara se sobresaltó y se levantó de inmediato hacia la mesa que se encontraba en el centro del salón, por estar perdida en sus pensamientos no se había percatado del momento en que la habían llevado. Sobre la mesa se encontraba un enorme libro viejo y una pantalla moderna, un tintero con una pluma además de un lápiz.
La rubia se acercó con su corazón tronando en sus costillas, era una enorme responsabilidad y ella se había preparado toda su vida.
Una vez estuvo frente a la mesa tomó la pluma del tintero primero y escribió su nombre en una perfecta caligrafía que le impartida desde muy pequeña en sus clases de literatura, para luego tomar el lápiz y repetir el procedimiento solo que en la pantalla táctil.
Cuando regresó a su lugar lo primero que vio fue la sonrisa amable de su abuelo que le recibía con un abrazo, luego de eso observó a lo lejos a una chica morena y ojos café que se acercaba a la mesa para realizar exactamente lo mismo que había hecho ella.
-Su nombre es Nia Nail – Le informó Seg – Su familia se encarga del príncipe Vladislaus en persona –
-Eso es asombroso – Comentó Kara, no tenía la menor idea que una de sus amigas era historiadora como ella - ¿De quién escribimos las memorias nosotros? – Cuestionó su nieta.
Era verdad que mantenían cierta información en general de los miembros sobrenaturales de la orden, pero con respecto a sus miembros humanos las limitaciones eran mayores.
-Esa vendría siendo la Srita. Westenra – Contestó su abuelo.
La curiosidad de Kara crecía como la espuma por saber de estos vampiros, se le había negado toda su infancia el conocerlos, porque ella sería la destinada a guardar sus memorias, pero la persona indicada siempre se saltaba una generación, a pesar de que todos los descendientes de la familia estaban obligados a recibir las clases de literatura.
-Es un placer estar con ustedes esta noche, pueden quedarse y disfrutar de la cena, en caso de que no puedan acompañarnos hay autos a su disposición - Tomaba la palabra de nuevo James Olsen.
Kara giro su rostro hacía su abuelo para saber qué era lo que debía hacer, ella lo acompañaría a casa con su abuela o se quedarían a cenar.
-Debemos partir, aún hay detalles que debo compartirte – Informó su abuelo al ver la interrogante en la mirada de su nietama.
La rubia asintió y se marchó con su abuelo rumbo a la casa de este, ese era un día que Kara esperaba que llegara pero a la vez le aterraba, su abuelo le contaba historia y por supuesto había leído los de la vampiresa, sus memorias eran trágicas en parte, pero siempre había tenido una duda sobre una persona en particular de la cual se negaba a hablar.
Cuando Kara llegó a casa fue recibida por su madre Alura que se encontraba con su padre en el porche de la casa a la espera de su hija.
-Hola padre – Saludó Zor-El.
-Hola Zor – Saludó Seg – Hola Alura cada día estas más joven –
-Hola Seg gracias, nos has tenido abandonados – Comentó Alura.
-He estado dejando todo en orden para la pequeña Kara y eso me ha estado llevando tiempo – Contestó el anciano.
-Sigo sin saber por qué Kara y no Kal – Comentó Zor una vez su padre tomó asiento.
-Kal es un joven independiente muy bueno con las letras, pero actualmente sus pensamientos están más que nada en el pequeño miembro de la familia que viene en camino – Afirmó su Seg.
-¿Realmente? – Cuestionó Alura esta vez.
-No – Contestó Seg – La Srita. Westenra así lo quiso y no hay nada que podamos hacer al respecto. Desde que se enteró del nacimiento de Kara dejó categóricamente claro que quería la quería a ella –
-¿Sabes la razón? – Cuestionó Zor-El.
-Desconozco la razón – Contestó Seg-El – Pero puedo decirte que la Srita. Westenra no tiene malas intenciones con la pequeña Kara –
-Tu escribes su vida padre, solo tú puedes saberlo – Aseguró Zor-El.
-Ya que estas aquí quédate a cenar – Pidió Alura.
-Me encantaría pero debo explicarle algunas cosas a Kara antes de regresar a casa – Se negó el hombre mayor, se encontraba cansado, su cuerpo ya no era el de antes.
-Les dejamos solos – Habló Zor-El antes de entrar a casa con su esposa dejando a su hija y a su padre a solas.
Kara observaba el cielo en silencio escuchando la conversación de sus padres y su abuelo, tenía entendido que ella y Nía la otra chica habían sido escogidas por los vampiros, no se había cuestionado la verdadera razón hasta esta noche.
-No es malo créeme – Dijo Seg-El.
-Nunca lo tomé como algo malo – Afirmó Kara – Solo que es un poco extraño que no haya querido a Kal –
-Sus razones debe de tener, ella está en busca de alguien – Comentó su abuelo.
-La mujer de la que se niega a hablar – Combino Kara – Es una mujer bastante atormentada de muchas maneras –
-Lo es – Acepto Seg-El.
Lo que siguió en el dialogo estaba plagado de cada uno de los detalles que la rubia debía saber de la vampira, eran detalles que nada más rondaban en torno a la mujer misteriosa dentro de la vida de la vampira.
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Juste un baiser
FanfictionSer la historiadora de una vampira hace que la vida de Kara y la de sus amigas se vuelva una aventura. Disclaimer: Los personajes no me pertenecen. Todo les pertenece a sus magnifico creadores. Yo solo dejé que mi trastornada imaginación le diera u...