Capítulo 4

1.4K 162 30
                                    

La calma de la noche transmitía paz, una que en su momento el ser que se encontraba dentro de una enorme biblioteca en la comodidad de su casa no se atrevía a disfrutar por miedo a que esta fuese arrebatada.

Era demasiado tiempo buscando el alma de la mujer que amaba o lo que ella creía en ese momento, su némesis de cierta manera había ido abriendo una brecha hacía ella, no le caía del todo bien, seguía molesta, pero no le odiaba como antaño cuando recién le había convertido.

La noche anterior se retiraba de su puesto la persona que se encargaba de darle vida con hermosas palabras a lo que en su día había sido su triste vida. No había mucho que contar, al menos no lo que le gustaría.

En los años que llevaba junto a Seg-El su fiel amigo solo le había hablado de Alastor quien en vida fuera su prometido y de su madre, en ocasiones de Jonathan que si bien no se llevaban bien en su momento llegó a tomarle cariño. Ahora en su lugar estaría Kara Zor-El, la nieta de su anterior historiador.

Según lo que había logrado averiguar junto con Alexander Grayson era el año en el que alma de Mina volvería a este mundo, salvo que no estaban seguros de quien sería exactamente, candidatas hubo una enorme cantidad, pero las más cercanas eran Nia Nail, Samantha Arias, Imra Arden y Kara Zor-El. Dos de ellas se encontraron dentro de las familias de la orden de los anales de Drácula.

Sus divagaciones hubiesen seguido de no ser por el suave toque en su puerta, prueba de que era hora de conocer a Kara Zor-El su nueva historiadora, además de saber si era realmente la reencarnación de Mina.

-Adelante – Habló alto y claro.

La puerta se abría con el crujir de sus goznes, dejando a la vista a una joven vestida de pantalones ajustados color azul oscuro, una blusa color rosa y chaqueta del mismo color, la joven llevaba gafas a pesar de que su vista era perfecta, pero las usaba cuando pasaba demasiado tiempo frente al ordenador.

-Buenas noches – Saludó la joven y levantó la vista para encontrarse con unos penetrantes ojos verdes que le escudriñaban.

-Buenas noches Srita, Zor-El – Devolvió el saludo la vampira un poco divertida ante los gestos de la joven.

Lucy le inspeccionó desde la cabeza hasta los pies cubiertos por unos zapatos bajos, absorbió cada detalle, desde la postura recta señal de tensión, las manos cuyas falanges se contraían constantemente, hasta el pesado tragar de la joven y por supuesto el acelerado corazón que no dejaba de marcar un ritmo impetuoso.

-Yo he venido...mi abuelo era su antiguo historiador y yo ocuparé su lugar – Dijo Kara con un tono de voz un tanto tembloroso.

-Sé quién eres, por favor toma asiento – Pidió Lucy extendiendo su mano señalando el asiento vacío que se encontraba a la par de ella.

-Sí – Susurró Kara antes de hacer lo que le pedían.

-Estas demasiado nerviosa ¿Quieres un trago? – Preguntó Lucy.

-No...yo no...yo aún...no soy mayor de edad todavía – Terminó por decir Kara, llamando la atención de la vampira.

-¿Qué edad tienes? – Cuestionó Lucy.

-17 – Contestó Kara un poco asustada por no saber distinguir el tono de voz que había empleado la vampira.

-Eres demasiado joven – Afirmó Lucy sonriéndole con cariño - ¿Estudias? – Cuestionó esta vez.

-Sí – Contestó Kara de inmediato – Estudio ciencias en la universidad de National City y hago mis pasantías en LCorp –

Esto llamó la atención de Lucy, Mina siempre había sido una persona curiosa por naturaleza, le encantaba la medicina, podía pasarse horas hablando de ello y por medio de los anales de la orden se había enterado que Ilona la esposa de Vlad la primera vez que pisó este mundo había sido igual de curiosa. Pero había un pequeño detalle que no encaja con todo ello y eso era la edad de la joven.

Juste un baiserDonde viven las historias. Descúbrelo ahora