Capítulo 24

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Caos era lo que había dentro del interior de Lena, no sabía qué clase de broma le estaban jugando, ver a Kara aparecer y tomar el lugar de Jack para levantar la maldición del vampiro fue algo que no esperaba.

Ver a Kara extender sus alas grises fue la cosa más bella que sus ojos hubiesen visto jamás, pero aún estaba la ira del engaño, cuando todos habían desaparecido y solo ellas habían quedado creyó que ella hablaría pero no se movió, fue cuando Lena tomó la decisión de ir hacia ella por respuestas.

-¿Por qué? – Preguntó Lena - ¿Por qué? – Gritó Lena.

-No era el plan – Contestó Kara.

-No era el plan ¿Eso es todo lo que tienes para decir en este preciso momento? – Cuestionó de nuevo Lena.

-Mi padre quería que Vladislaus y todos aquellos que eran como él fueran desterrados, desvanecidos sin derecho a renacer y sin derecho a ser uno con el todo – Habló Kara dejando a la morena sin palabras – Yo había cometido la imprudencia de atender al llamado que hacían a mi madre y contesté por ella, les di mi sangre para que Vlad viviera una vez que estuviese muerto –

-¿Cómo entro yo en esta historia? – Cuestionó Lena.

-¿Recuerdas nuestra charla en la galería sobre cierto cuadro que me llamó la atención? – Cuestionó de vuelta Kara.

Lena no dijo nada tratando de recordar lo que habían hablado durante el día anterior y Lena lo supo ahora tenía sentido lo dicho por la rubia. Pero aún no entendía el porqué de la mentira hacia su persona.

-¿Por qué no dijiste nada? – Cuestionó Lena – Sobre quien eras en realidad –

-Porque no lo recordaba – Contestó Kara con simpleza.

-Se más clara – Pidió Lena.

-Desde que te vi aparecer en este mundo fue inefable para mí, no sabía que iba a ser de ti hasta que tomaste cuerpo, te he visto cada segundo desde entonces no es que descuide deberes, no los tengo, soy una maldita paria para los ángeles porque no soy totalmente buena y soy solo un peón para los demonios porque dentro de mi hay bondad – Ante eso último la rubia rio sin gracia – Cuando Vlad te hizo lo que hizo no estaba cerca, cuando me enteré del daño que te había hecho descubrí algo que me hubiese gustado saber milenios antes para defenderme de todos los que me atacaron, maté a Mina sin pensarlo dos veces –

Dolor era lo que Lena percibía de la rubia era cierto lo que le había comentado en la galería, pero entonces porque no decirle quien era en realidad porqué la mentira, esa pregunta aun revoloteaba en su cabeza, además de que acaba de confesar que había arrancado la vida de Mina por venganza.

-¿Sabías que Mina reencarnaría? – Cuestionó la morena a lo que la rubia asintió.

-Mina no hizo nada malo, cuando me decidí abogar por Vlad ante el consejo de la muerte que es dónde finalmente me enviaron a pesar que ambos bandos en sus supuestos entrenamientos me apaleaban; me encargue de que buscara redención por así decirlo, tu perdón para mí era primordial, si tú le perdonabas alcanzabas tu redención – Contestó Kara.

-¿Por qué no confiaste en mí? – Cuestionó Lena al fin.

-Cuando arme todo el plan este, pensé en verte de cerca y ser tu amiga, el plan era que mi hermano me ayudara, al igual que Alex – Kara hizo una pausa suspiró antes de continuar – Jack se encargó de que perdiera los recuerdos, sin ellos no hay poderes pero no evitaba que fuese reconocida y en los últimos siglos me hice de muy mala fama y él se encargaba de protegerme de todo lo que fuese una amenaza, tu incluida –

-¿Cómo yo sería una amenaza? – Cuestionó Lena confundida.

-Sabía que lo único que buscaba era tu felicidad, no importaba si era a mi lado o no y él trataba de alejarte de mí porque yo no poseía mis poderes y solo estabas viendo mi parte angelical por así decirlo – Contestó Kara.

Lena observó al ser alado tratando de socavar en su mirada algún rastro de mentiras pero no encontró ninguno, la rubia le estaba diciendo la verdad, no había maldad alguna en sus actos. Solo le estaba protegiendo, buscando su seguridad ante todo y eso no era un delito incluyendo el hecho de que aún seguía siendo Kara, su Kara.

-Ya no soy inmortal – Anunció Lena haciendo que Kara le viera con confusión.

Y Lena casi sonriera al encontrar pruebas de su anterior afirmación, seguía siendo la mujer de la cual se había enamorado perdidamente.

-Eso es correcto y tus recuerdos desaparecerán después que duermas – Prometió la rubia.

Eso era algo que definitivamente no quería, amaba a Kara sin importarle quien realmente era porque si procesaba bien no era un engaño en su totalidad. La rubia no recordaba su pasado y no había manera que le hubiese contado sus orígenes aunque preguntar no estaba de más.

-¿Me hubieses contado quien eras si no hubieses perdido tus recuerdos y de igual manera me hubiese enamorado de ti? – Cuestionó la morena.

-Sí – Contestó Kara – Suelo ser bastante torpe cuando se trata de ti – Contestó la rubia apenada y con un tinte carmín en sus mejillas.

-Eso explica porque nadie te hace sonrojar y tartamudear a parte de mí – Afirmó Lena pero Kara de igual manera asintió.

La morena se debatía entre seguir molesta y plantarle un beso a la rubia, aunque las señales de agotamiento de su cuerpo eran bastante evidentes ahora que volvía a ser humana y el bostezo era una de ellas.

-Estaré siempre contigo Lena – Prometió la rubia.

-Más te vale – Amenazó la morena entre otro bostezo – Porque dónde Sam recuerde y yo no me encargaré de asesinarte – Dijo la morena dejando confusa a Kara - ¿Me llevas a casa? – Pidió Lena, sus ojos cada vez más pesados – Realmente no quisiera volver en el auto –

La morena había despertado cerca de media tarde y sentía plenamente descansada y sorpresivamente hambrienta, cuando se giró observó en la mesa de noche una bandeja de comida, luego buscó por toda la habitación a la rubia pero no había rastros de ella.

-Kara – Llamó la morena aunque recordaba no significaba que ella se hubiese quedado.

Estaba a punto de echarse a llorar cuando la rubia apareció sonriente con una dona glaseada en mano y la morena corrió a ella y golpearla. La rubia del susto había dejado caer su alimento para tratar de detener los golpes de la mujer.

-¿Se puede saber qué te pasa? – Cuestionó Kara.

-¿Se puede saber dónde estabas? – Cuestionó Lena de manera retadora.

-Con Jack, me estaba curando la herida de la daga con la que Win me asesinó – Contestó la rubia.

Lo próximo que Lena sintió fueron sus labios contra los de la rubia, había estado a nada de perderla y no quería eso, lo había decido la quería con ella no importaba nada más.

Juste un baiserDonde viven las historias. Descúbrelo ahora