Capítulo 9

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Los colores abundaban en la estancia, la mesa en la que se encontraba Kara con sus amigas era la de siempre que iban a cenar a ese restaurante de comida China, una de las pocas maneras que tenían las amigas de la rubia para sobornarla.

Ella no estaba de ánimos de encontrar en ese lugar en particular pero ahí se encontraba junto a sus amigas poniendo su mejor cara. Sus pensamientos en mayoría iban a parar a la vampiresa.

-¿Kara? – Le había llamado Nía por lo bajo.

-¿Qué pasa Nía? – Cuestionó la rubia volviendo a la realidad.

-Te has quedado ida – Contestó joven haciendo sonrojar a Kara.

-Perdona he estado un poco abrumada por la Srita. Luthor – Hizo saber la rubia suspirando antes de tomar la copa de agua que se encontraba frente a ella.

-Es una pasada que no nos dejen tomar – Confesó Nía con fastidio.

-Vamos Nía así es más divertido ver a Sam y a Imra decir puras tonterías – Se burló la joven ojos azules como océano.

Pero su conversación privada había quedado en el olvido cuando una de sus otras acompañantes que al verlas susurrar habían dejado su conflicto para prestarles atención.

-¿Le cuentas a Nía sobre los detalles de tu cita con Luthor? – Cuestionó Imra haciendo que Kara girara tan rápido la cabeza en su dirección que les pareció haber escuchado un pequeño crujir.

-¿De...de qué hablas? – Cuestionó Kara.

-Si ¿De qué hablas? – Se interesó Sam.

-La Srita. Zor-El aquí presente fue invitada a comer por nada más y nada menos que Lena Luthor – Contestó Imra ganándose una mirada de asombro de parte de la mesa incluida Kara que no se esperaba que amiga lo contara como si se tratara de un affair.

-¿Con la jefa? – Cuestionó Sam incrédula – Apuntas alto Kar –

-No...no es lo que piensan – Tartamudeó Kara, a lo que Sam le observó con una ceja alzada – Mi abuelo le conoce, es todo – Completó la rubia.

-Para ser solo alguien te has alterado – Puntuó Sam.

-No es nada, solo...solo olvídenlo – Pidió Kara rendida.

La rubia sabía que Sam ya estaba al tanto de su plática con Imra de esa mañana, pero sus amigas no estaban por labor de hacerle la vida fácil. La cena terminó justo en el tiempo que Kara había limitado a Imra.

En días como ese en particular que las cosas no habían salido para nada como esperaba, a la rubia le encantaba llegar a casa y dejar todo para salir al tejado a observar las estrellas, disfrutar de la vista de tan hermoso paisaje.

Amaba la vida que llevaba, no iba a negar que si añades vampiros a la ecuación todo se vuelve mucho más excitante y bizarro, pero esa era su realidad y había sabido manejarla hasta que conoció a Lena Luthor o Lucy Westenra, una mujer hermosa pero peligrosa, la rubia había notado que encaminaba las conversaciones que tenían hacía temas vagos nada profundos.

Notó también sus ojos faltos de vida, era un vampiro y no la tenía, pero Kara notaba la falta de esperanza como la llamaba su abuelo y su padre, aunque alguien como la vampiresa era alguien que había sido convertida en contra de su voluntad; además de los misterios de la orden de los anales de Drácula, estaba segura que ella no sabía ni la mitad de lo que realmente pasaba por ese lugar o los archivos que guardaba.

Mientras Kara se perdía en el cielo su peludo amigo llegaba a hacerle compañía, al verlo la rubia sonrió y le tomó en brazos el pequeño se acomodaba en su regazo cuando la joven inició a hacerle mimos.

-Sabes Jack – Inició un monologo la oji azul – Creo que me gusta alguien, pero no estoy segura de dar un veredicto y si vamos a ser sinceros, es un ella, un ella muy hermosa. Pero ¿Sabes qué es lo más triste? Ella no solo es hermosa, es inteligente, agradable, astuta y muy talentosa, más sin embargo te preguntaras el por qué decir que eso es triste la respuesta es tan simple – Dijo Kara quedamente, y sonriendo un poco ante el maullido de su peludo amigo – Ella es inalcanzable para mí en todos los sentidos, porque ella jamás se fijará en mi como yo quiero que lo haga –

La semana que Kara sentía eterna pronto se convirtió en un lunes y ella devuelta en la facultad de ciencias de la NCU (National City University). Era solo medio día y ella debía entregar uno de sus últimos reportes sobre sus prácticas de ese día; una vez se encontró frente a la oficina de la profesora estaba a punto de entrar cuando la puerta se abrió, dejando ver a un hombre joven que se quedó impresionado al ver a la joven.

-Disculpa – Inició a hablar el hombre - ¿Buscas a la profesora Prince? – Cuestionó el hombre a lo que Kara asintió – Soy Mike Mathews – Se presentó el castaño con una sonrisa.

Kara le observaba perpleja en ese momento se encontraba frente al mismísimo Drácula, el cual debía tener unos cuantos siglos, pero a Kara le pareció de alguna manera familiar.

-Soy Kara Zor-El – Se presentó la rubia, aun un poco impresionada.

-Pasa – Dijo el castaño despejando el camino para que la rubia entrara a la estancia que él se disponía a abandonar – Ha sido un placer conocerle Srita. Zor-El – Terminó el hombre con una leve inclinación.

Kara no tuvo tiempo de reaccionar porque el vampiro ya se había mezclado con el jolgorio de estudiantes que pasaban por el pasillo rumbo a alguna clase o actividad.

-Kara ¿Has terminado todo? – Cuestionó su profesora.

-Así es profesora Prince – Contestó la rubia al tiempo que sacaba de su bolso el reporte que debía entregar.

Mientras la rubia observaba a su profesora Diana Prince revisar su trabajo, ella mantenía su cabeza en la persona que se había encontrado en la puerta, había sentido la misma familiaridad que con la rubia vampiresa.

Juste un baiserDonde viven las historias. Descúbrelo ahora