Los grandes detalles de amor eran algo que los enamorados hacían todo el tiempo, sino no lo sabía Lena de primera mano, su cita con Kara había sido esplendida desde que llegaron a la galería y la exposición desde el primer hasta el último cuadro había sido sublime. Su aventura con el picnic y la lluvia después había quedado en su memoria era algo que quería recordar.
Pero lo que si no podía sacarse de la cabeza era el momento íntimo que pasaron en la cocina ella debía de comportarse porque aunque Kara fuese bastante madura para su edad seguía siendo una joven.
En ese momento se encontraban con una Imra completamente sofocada debido a una especie de encuentro con el alma de Ilona durante el día, la mujer había estado teniendo estos sueños desde hacía un par de meses y hasta hace poco se lo había hecho saber a su mejor amiga.
-Realmente debería decirle – Dijo Kara una vez que la castaña se encontraba dormida.
-¿Esperas que crea todo a la primera? – Cuestionó Lena devuelta.
-No puedo seguir viéndola así – Habló la rubia un poco desesperada.
Lena se acercó hasta ella y le abrazó, la rubia devolvió el abrazo escondiendo su cara en el cuello de la morena. Las preocupaciones de Kara eran las mismas que la de la vampira, debían hacer algo al respecto o Imra perdería la razón.
Alguien en la puerta fue la que les hizo separarse y que la rubia recibiera a las personas que había llamado, no se sorprendió al ver a Alex junto a Sam y Nía con Brainy además de James y Cat sus refuerzos.
-¿Tan desastrosas están las cosas? – Cuestionó Cat.
-Lo suficiente como para que John haya decido quedarse a cuidar a Mike – Anunció Brainy.
La vampira solo podía pensar en cómo hacerle entrar en razón al hombre que alguna vez creyó debía odiar por todo el infierno que le había hecho pasar más sin embargo hoy en día no estaba tan segura si le había hecho un mal.
-¿Qué está pasando? – Cuestionó una voz a las espaldas de todos.
Lena se al igual que Kara se giraron para ver entrar a Imra a la estancia donde todos se encontraban reunidos, la mujer observó a cada uno de ellos deteniendo su mirar en Kara y Lena.
-Debes sentarte – Pidió Kara acercándose a ella y la castaña obedeció.
Tensión era lo que se respiraba en el ambiente a la espera que la mujer aceptase el hecho de la existencia de vampiros, demonios y almas reencarnadas.
-Tus sueños tienen el mayor de los sentidos – Inició a hablar Lena – La mujer con la que sueñas tiene un nombre, le fue dado la primera vez que pisó este mundo –
-¿Me estás hablando de reencarnación? – Cuestionó Imra a lo que Lena asintió – Eso imposible –
-No lo es – Dijeron Nía y Kara a la vez.
-El hombre al que amaba esta mujer fue condenado hace años y por desgracia este hombre era la otra mitad de ella – Explicó Lena – Fue condenado a la muerte en vida –
Imra se levantó de su asiento para observar a todos los presentes, todos ellos se encontraban bastante serios. La morena trató de transmitir tranquilidad y le indicó a Imra que volviera a su lugar.
-Me estás hablando de fantasías Lena – Dijo Imra.
-Si realmente lo hago dime por favor ¿A qué historia te suena? – Cuestionó Lena.
La mujer pareció pensarlo un poco antes de responder y la vampira cruzó miradas con su novia la cual asintió con seguridad, sabían que la siguiente reacción era la más peligrosa.
-El conde Drácula – Contestó Imra con asombro pero reconociendo quien era ella en esa obra.
Las lágrimas iniciaron a caer del rostro de la mujer pero no era recriminación ante los presentes sino aceptación de lo que estaba pasando. Lena se acercó a ella permitiéndose abrazarla y la castaña le devolvió el abrazo llorando desconsoladamente, varios de los presentes trataron de no verse afectados pero ahí estaban viendo como estaban tan cerca de su libertad.
-Lucy – Susurró la mujer – Oh Lucy – Anunció de nuevo la mujer para luego separarse de la morena y verla a los ojos - ¿Qué les ha hecho a tu cabello? – Cuestionó la mujer.
-Solo un pequeño truco de una nueva era – Contestó Lena entre lágrimas.
Un estruendo en la puerta principal hizo que todos protegieran a la mujer pero no era necesario quien estaba frente a ellos era el mismísimo Drácula. Irradiaba ira en todo su esplendor y su única meta era asesinar a cada una de las personas dentro del lugar porque las consideraba unas traidoras.
-Vlad – Llamó Ilona en el cuerpo de Imra.
Lo siguiente que vieron fue a Mike caer de rodillas y llorar cual niño perdido cuando Imra salió a su encuentro, sus acusaciones estaban mal infundadas, ahí estaba de nuevo su amor, su otra mitad, ya no importaba nada.
La morena hizo lo propio acercándose y estrechar entre sus brazos a su amada, ella también lloraba porque ella también había encontrado a su otra mitad y no podía seguir odiando a Mike.
-No puedo odiarle – Susurró Lena al oído de Kara- No si me llevó hasta ti –
A pesar de que esperaron a que Jack apareciera durante el resto de la tarde y que todos preguntaran a Alex por él, no pudieron contactarle. Ahora solo debían esperar para asegurarse de que el pacto había sido cumplido y que ellos podían recuperar sus almas y no estar condenados a ser muertos en vida.
La morena se encontró esa noche siendo abrazada por Kara mientras observaban las estrellas desde el tejado de la casa de la rubia, se sentía en paz como en mucho tiempo no lo había estado.
-¿Odias a Jack? – Cuestionó Kara.
-No le odio – Contestó la morena.
-¿Si él se hubiese hecho pasar por humano y no por mi gato te habrías enamorado de él? – Cuestionó Kara.
-Eso es algo que no sabremos Kara – Contestó la morena sincera.
-¿Y si te hubieses enamorado de él? – Cuestionó Kara de nuevo.
-Deberías de dejar de preguntar tanto y regalarme un beso – Pidió la morena.
La rubia le sonrió y Lena atrapó sus labios antes de girarse completamente y llevarlas dentro, le preocupaba la salud de su amada y la noche se había vuelto un poco más helada, a pesar de que las estrellas ya se encontraban en su punto más alto.
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Juste un baiser
FanfictionSer la historiadora de una vampira hace que la vida de Kara y la de sus amigas se vuelva una aventura. Disclaimer: Los personajes no me pertenecen. Todo les pertenece a sus magnifico creadores. Yo solo dejé que mi trastornada imaginación le diera u...