El Hijo Del Secuestrador.*Tae Y T/n.

Primer día en casa...

Cap 23
Me desperté temprano a causa de la claridad que salía de mis ventanas. Yo estaba en una esquina de la cama que es realmente cómoda y sentía que alguien me estaba abrazando como si fuera un peluche de carne y hueso. Me asusté muchísimo y me giré hacia el otro lado y al ver su rostro me di cuenta que era Tae que estaba de infiltrado en mi habitación. Aunque se sintiera calentito el lugar no podía permitir que siguiera así.

T/n: Tae, despierta.- decía mientras me lo sacaba de encima.- Tae, despierta.

Tae:-poco a poco abre sus ojos- Que pasa?- se acercó más.

T/n: Eso quiero saber yo... Porqué estas en mi habitación?

Tae: Las noches son frías en mi habitación. Solo necesitaba el calor de tu cuerpo. Te extraño y no puedo evitar estar lejos de ti.

Eso provocó que me sonrojara. El se dio cuenta...

Tae: No te pongas así, te ves muy tierna.

Yo parecía un tomatito de lo colorada que estaba. Él era tan cálido, no necesitaba de una colcha para dormir con él.

Tae: Quieres que me valla?

Aunque traté de no decirlo, realmente estaba cómoda, pero me sentía rara cada vez que dormía con él. Eso es desde siempre. A veces creo que el solo dormir en la misma cama es demasiado para una pareja que aún no se ha casado. Para mí el matrimonio es algo sagrado, la unión de dos almas atraídas entre sí. Aunque no fue un encuentro sexual, para mí esto de dormir uno al lado del otro era un poco demasiado.

T/n: En verdad quieres saber?

Tae: Sí- me hizo puchero.

T/n: Si en esto momento no sales del cuarto, voy a ponerle el seguro a la puerta cada noche. Necesito privacidad, hasta que no estemos casados no quiero que esto vuelva a suceder.

Tae: Si es por eso dime cuando quieres que nos casemos.

T/n: En serio?- Dije emocionada. Me hizo feliz el solo pensar que me podría casar con él. Yo deseaba casarme con mi primer amor, si así resultaba, no podía pedir nada más.

Tae: No...

T/n: Porqué eres así? tonto, tonto, tonto. Sal de mi habitación ahora mismo Kim Tae Hyung.

Tae volvió a hacer puchero, pero resistí la tentación de dejar que se quedara. Después de decir que no ya se me había agotado la última pizca de razonamiento lógico que me quedaba. Él tomó su colcha y salió de la habitación con cara de cachorro sin dueño.

Hice mi rutina diaria, me di una ducha pudiendo disfrutar de mi hermoso cuarto de baño, me maquillé apropiadamente y me puse algo femenino y cálido, en otras palabras, sería esto...

Salí de mi cuarto y venía un delicioso olor proveniente de la cocina. Era tostadas, el olor más delicioso de esa linda mañana. Era Tae preparando el desayuno...

T/n: Hoy que vamos a desayunar? -pregunté, pues estaba hambrienta y miré no que estaba preparando.

Tae: Tostadas con mantequilla de maní, jugo de frutas y algunas fresas acompañadas de unas lascas de piña.

Tae puso todo encima de la mesa, pero en su lado como quisiendome decir que era todo suyo. Cuando traté de tomar una de las tostadas dijo...

Tae: Si tienes hambre, preparate algo, este es mi desayuno. En el refrigerador hay yogurt de piña y algunos melocotones.

T/n: Ahora te estas vengando por lo de esta mañana? No seas tan mimado y dejame probar de las tostadas.- extendí la mano para tomar una y él tomó mi mano antes de poder cogerla.

Tae: No, pero ahora que lo dices, espero te hallas llenado con mis caricias, así no tendrás más hambre. Además, yo me preparé mi propio desayuno como hombre maduro que soy.- eso me sonó a que estaba orgulloso de sí mismo.

T/n: Llamaste a eso caricias, me estabas apachurrando, casi me asfixio, por poco y caigo al suelo.

Él solo puso cara de cachorro malcriado y yo fui a la despensa para tomar alguna fruta para el desayuno.

Hoy era el día en que visitaría el centro de adopción para buscar información de mis padres biológicos. De igual manera, tanto como quería encontrarlos, era mi deseo de que por lo menos me quisieran un poco.

De momento fui a la sala y mi rostro se puso un poco serio. Ese tema de mis padres era un poco desagradable para mí, me hacía sentir desamparada por ambos lados, tanto por mis padres biológicos, como por los adoptivos. Era doloroso...