"CONTRA LAS REGLAS" (GIYUUTAN)

Capitulo 6: Ups

Si le pidieras a Nezuko que usara una palabra para describir a su hermano mayor ella diría amable.

Si le preguntaras lo mismo a Zenitsu te respondería con la palabra gentil.

Si le dijeras a Inosuke te contestaría con considerado y ocasionalmente fuerte.

Pero si le pidieras a Giyuu que describiera a Tanjirou él simplemente no podría decidirse, usaría palabras como: su mundo, apasionado, gentil, dulce, cariñoso y...obviamente lujurioso.

Nunca se le había pasado por la cabeza al azabache que el alegre e "inocente" chico fuera así de lujurioso y apasionado como el mismo Giyuu, pero esta parte de su pareja estaba lejos de molestarlo, lo aceptaba completamente y lo amaba con todo su ser, esa parte pervertida e intensa de Kamado definitivamente lo había sorprendido un poco al principio, ¿Pero realmente quien decía que un buen y educado alumno no tenia permitido sentir deseos carnales?

¿En que parte estaba establecido que no podía disfrutar de ese tipo de placer?

¿Quien había decretado que Tanjirou no podía tener sexo como las demás personas?

¿Por que se le tenia que negar permitirse ser feliz y disfrutar con su pareja sus momentos íntimos y llenos de pasión?

Nada ni nadie tenia permitido decidir lo que el adolescente debía de hacer y sentir, después de todo, era extremadamente responsable, al igual que considerado y amable con los demás. Si alguien tenia el derecho de tener intimidad con la persona que amaba era Kamado Tanjirou, su forma de ser y el como trataba a los demás le habían otorgado ese permiso de forma directa e inmediata.

Ambos disfrutaban del sexo como cualquier persona normal, pero el que era más atrevido de los dos no era Tomioka, aunque el maestro algunas veces se dejaba llevar no era el más intenso, y eso solo lo confirmo cuando, un par de meses atrás, Tanjirou lo acorralo con una expresión deseosa en un corredor vació de la escuela y lo metió en una pequeña bodega de mantenimiento. El pelirrojo lo había convencido de tener sexo ahí porque no lo iba a visitar en un par de días debido a los proyectos que tenia que hacer con su equipo, y también porque se había despertado debido a un candente sueño que había tenido en la noche (de forma inesperada y justo en los días en los que no podría visitar a su atractivo novio, típico de su mala suerte), y debido al sueño no lograba concentrarse en clases por lo lujurioso que se sentía su cuerpo, así que, como una buena pareja,Tomioka le ayudo a su novio en ese sentido para desahogarse un poco y que el chico pudiera enfocarse en otra cosa que no fueran sus ganas de tener relaciones.

Aunque a decir verdad, el hacerlo en la escuela realmente había excitado al azabache, y el que fueran alumno y profesor también había logrado alimentar el morbo que sentía por la situación. Era como un juego prohibido que ambos estaban jugando en secreto y que los ponía en peligro de ser descubiertos. Tomioka sabia que la lujuria de ambos les podría causar problemas en el futuro, pero de nuevo, ¿Que era la vida sin un poco de adrenalina?

Después de esa primera ocasión, el acontecimiento había pasado un par de veces más antes de que salieran a vacaciones en diciembre. Tampoco eran unos maníacos o hambrientos sexuales que tenían relaciones cada vez que se veían, no lo eran, durante el semestre habían tenido alrededor de cinco encuentros sexuales descontando el de la primera vez en aquella tormentosa tarde, era incluso gracioso que aun teniendo una casa para los dos solos, en donde podían hacer cuanto quisieran, el lugar en donde habían tenido más "encuentros" había sido en la escuela.

En las vacaciones, a decir verdad, no habían pasado mucho tiempo juntos como se esperaría, si, en las dos primeras semanas Tanjirou había ido a la casa del mayor y pasado una mayor cantidad de horas a las que usualmente compartía con su guapo novio, pero también habían pasado otras dos semanas sin verse, simplemente se habían llamado y mandado mensajes como acostumbraban a hacerlo normalmente, pero prácticamente no habían tenido ni un solo contacto piel con piel durante esos largos y agotadores días en los que Kamado había trabajado como loco. Y sinceramente Tomioka lo odiaba.