Capitulo 23: Los Kamado (Parte 2)

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El fresco aroma de lluvia llegó a sus fosas nasales a pesar del perfume de lavanda dentro de la habitación para invitados que estaba limpiando, preparándolo para que estuviera listo el cuarto para los Kamado.

Colocó el trapeador en la cubeta, dándole vueltas dentro del agua con productos de limpieza para eliminar el polvo y suciedad de la tela, luego lo puso en el exprimidor para quitarle el exceso de agua al presionar y girar y así poder darle otra pasada mientras una corriente de aire entraba por las ventanas abiertas de la casa, seguramente moviendo el pelaje de Runaan pues al minino le gustaba ver las gotas caer por la ventana y escuchar el sonido del agua estrellándose contra el asfalto y la tierra cubierta de pasto. 

No las había cerrado por completo, sus ventanas eran dobles por así decirlo ya que además del vidrio que separaba el exterior del interior de la casa, también tenia una mosquitera, ambas partes tenían seguro desde dentro, así, en los días calurosos, podía abrir la ventana (la parte que tenia vidrio) para dejar entrar el aire, pero también dejar la mosquitera puesta para que los zancudos e insectos no entrasen. Todas sus ventanas, incluyendo la de los baños y la grande en la sala, eran de este tipo, perfecto para dejar que el aire fresco de la lluvia invadiera la casa.

Trapeó el suelo por segunda vez, ya habiendo terminado con los otros cuartos y el resto de la casa, había barrido el primer y segundo piso, había limpiado el arenero del gato, liberado espacio en el refrigerador para que los Kamado pudieran poder sus cosas allí, había desempolvado afuera su futón, sacudió lo más que pudo de las habitaciones para luego trapear, también se aseguró de que los aires acondicionados funcionaran bien a pesar que que estuviera fresco el ambiente, (fue un poco estresante revisar que los filtros estuvieran limpios y que el aparato no requiriera mantenimiento. También había sacado otras 2 mesas y mas sillas para hacer el comedor más grande, pasando de un lugar para 4 personas a uno de 8.

Solo le quedaba sacar la ropa que usaría en la noche (si el lugar enfriaba más) y para el día siguiente, pues dejaría su cuarto a disposición de la familia y sabia que seria incomodo que él tuviera que entrar a buscar ropa cada que lo necesitara, así que prefería tenerla de una vez para ahorrarse esa incomodidad, podría cambiarse en el cuarto de lavado, en el baño, o en la pequeña bodega.

Soltó un suspiro aliviado al terminar, colocó el trapeador en la cubeta y salió del cuarto. Antes de arreglar la sala en donde se quedaría tenia que tirar el agua sucia, por lo cual bajó las escaleras, cargando el recipiente de plástico, y cuidando de que Runaan no estuviera cerca, abrió la puerta trasera de su casa y rápidamente vació la cubeta para volver a entrar.

Fue allí que escuchó un sonido ya familiar y normal para él pero que en definitiva seria muy incomodo de descubrir el origen por la familia de Tanjirou.

Si, en definitiva debía de quitarle a Runaan todos los frascos de lubricantes con los cuales jugaba él y ocultarlos antes de ir por los Kamado.

Revisó la hora en su reloj negro de muñeca, un regalo de su ex maestro Urokodaki Sakonji que se lo había dado al graduarse de universidad, en ese tiempo el hombre de avanzada edad no había tenido mucho dinero a la mano pero Giyuu apreciaba en serio el objeto y estaba feliz con él.

Estaba a tiempo para poder terminar de hacerlo todo, no debería de tardar Tanjirou para avisarle que estaban listos, pues habían quedado en que él le avisaría cuando toda su familia tuviera sus cosas ya listas a pesar de que ya estaban por cumplirse las dos horas.

Entró al cuarto de lavado y dejó allí la cubeta y el trapeador, no quería dejarlo en alguno de los baños y que solo estorbara ocupando espacio, luego subió las escaleras siempre mirando sus pies por si de repente se le atravesaba su gato, llegó al segundo piso y al recorrer el pasillo entró a su cuarto para tomar sus cosas. Ese día había usado su conjunto deportivo azul, así que sacó de sus cajones el blanco, agarró una playera gris al igual que sus tenis y un par de calcetines, rebuscó en los cajones y lugares en donde guardaba las botellas de lubricante y los sacó de allí, incluyendo el paquete/regalo que los abuelos de Tanjirou le habían dado a su novio por su cumpleaños. También buscó en el cuarto su cargador de celular y su laptop, pero al recordar que esas cosas la tenia en su mochila situada en el mueble de la sala junto a su futón, todavía enrollado, pero ya libre de polvo desde hacia unos momentos, entonces salió del cuarto.

"CONTRA LAS REGLAS" (GIYUUTAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora