"CONTRA LAS REGLAS" (GIYUUTAN)

Capitulo 16: Pesadilla

Hubo un día, hacia cientos de años, en que los dioses, después de ver y soportar todas las maldades que habitaban en el mundo, de notar cuanto sufrimiento y oscuridad se enraizaba dentro de los corazones tanto frágiles como fuertes de los hombres, y de presenciar como los horrores hacían que las personas olvidasen la verdadera felicidad, decidieron que valía la pena crear algo especial y único, algo tan lleno de amor y pureza que le haría a las personas recuperar la esperanza, recuperar sus sueños y recordar el verdadero significado de la vida.

Decidieron crear algo tan especial que hiciera que todos los males y oscuridades que los humanos cargaban en su interior fueran borrados y olvidados al admirar aquella bella creación llena de luz divina y vida.

Los dioses entonces concordaron que lo mejor para contrarrestar los horrores de la humanidad era precisamente una pareja, una pareja tan sincera, amable, amorosa y comprometida con el contrario que provocara que los corazones de las personas que los conocieran fueran invadidos por la ternura y la esperanza, que fueran invadidos por el instinto para buscar la felicidad propia, que les hiciera recordar que las cosas buenas existían y solo hacia falta extender la mano y tomarlas, que les hicieran ver que tenían la oportunidad de obtener una calidez similar a las que radiaban aquellos dos individuos y así olvidar sus pesares.

Fue por ello que crearon lo que se le conoce como "almas gemelas".

Un par de seres destinados a estar juntos, que pudieran demostrar que el amor y la felicidad podía florecer aun con las adversidades más injustas que les lanzaran, que pudieran caer en el amor sin que los otros les impusieran sus ideales o reglas, que demostraran que a pesar del genero, color de piel, religión o nacionalidad, siempre había lugar para amar.

Los conocidos como Kamado Tanjirou y Tomioka Giyuu eran parte de este grupo de hermosas creaciones, ambos eran almas gemelas destinadas a encontrarse, y la prueba viviente de que el amor existía en este, a veces cruel y a veces justo, mundo.

A los dioses no les importó que ambos fueran hombres, de hecho esa pareja fue una de sus favoritas porque podría motivar a que las personas que amaban a los de su mismo genero se animaran a vivir su vida, a cambiar, a transformarse para bien y ser honestos consigo mismos en lugar de reprimirse y encerrarse en su fría soledad aparentando ser alguien más por la aceptación social.

Ambos diferentes, complementándose el uno al otro como piezas de un rompecabezas, como si fueran en realidad una sola alma que fue separada al nacer. Uno de naturaleza amable y carismática, extremadamente expresivo y también detallista pero tan vivaz como el fuego, el otro de comportamiento más tímido y cerrado con las personas, pero al mismo tiempo considerado y romántico tras su comportamiento algo distante y tranquilo como el agua de un lago. Como polos opuestos que se atraen, que conocen más del contrario con cada charla, mirada y tiempo transcurrido...como dos imanes que siempre buscan estar juntos sin importar que.

Y así los dioses lanzaron aquellas dos hermosas y brillantes almas al mundo para iluminar el dañado corazón de las personas, solo que no esperaron que las adversidades incrementaran, impidiéndoles por muchos años...

...Impidiéndoles por muchas vidas reunirse y tener una vida feliz y tranquila repleta de estabilidad.

Los dioses no esperaron que tantos males los rodearan, que tantas crueles personas, con el interior corrompido por la malicia y la oscuridad, no les dejaran estar juntos. No esperaron que las dos almas tan puras y preciosas fueran separadas una y otra vez por las acciones del ser humano al que tanto habían intentado ayudar a recordarles la felicidad, los dioses nunca esperaron el sufrimientos por el que les harían pasar a los dos jóvenes que se amaban con sinceridad, con tanta intensidad, que lo único que querían era seguir esos hilos que los guiaban hacia su destinado.