Venganza Escarlata © [J.D.L.M #1]

Capítulo 6

Scarlett

No sé en que estaba pensando cuando me interpuse entre mi madre y la bala que iba dirigida a ella, solo sé que llegué a tiempo para mover el brazo de Iván logrando que la bala impactara en un ostentoso jarrón hindú que decoraba la sala principal.

—Perra —escupe molesto al haber sido yo la causante del fallo de puntería.

—Por favor Iván, te lo suplico déjalas ir, ellas no tienen nada que ver en esto —mis ojos picaban por las lágrimas que no habían dejado de salir y el maquillaje que seguramente estaba escurrido en este momento.

—Me gusta que supliques, eso afirma lo patética que eres —se burla —pero vamos linda, sé que puedes hacerlo mejor —¿podía hacerlo mejor? —Vamos anda, que me estoy comenzando a aburrir.

Cierro los ojos con fuerza tratando de no ver lo que estaba a punto de hacer, con cuidado fui descendiendo hacia el suelo colocando mis rodillas sobre la seda color verde de mi vestido, me estaba arrodillándose frente al ser más vil que conozco pidiéndole clemencia para mi madre y mi hermana.

—Iván.

—¿Sí, Scarlett? —Él me miraba desde arriba como siempre solía hacerlo, con superioridad.

Me odiaba por ser tan estúpida, odiaba que él me tuviera bajo su control, me odiaba por no poder decir ¡ya basta!

—Por favor Iván déjalas ir —suplico.

—¿A cambio de qué?

—Haré lo que sea.

—No, Scarlett —dice mi madre al borde del llanto.

—¡Callen a esa perra! —Ordena para que uno de sus hombres cubriera la boca de mi madre.

—Si estás dispuesta a salvar la vida de tu madre y hermana tendrás que hacer algo —una siniestra sonrisa se forma en su sádico rostro.

—Lo haré.

—Sabes, mis zapatos están algo sucios —sugiere con un tono burlón —límpialos, pero con tu lengua.

Él era un monstruo. ¿Cómo se atrevía a humillarme de esta manera?

Mis lágrimas rodaban sin parar y caían sobre la piel del calzado italiano de Iván conforme me acercaba a ellos, acerco mi boca y con cuidado pasé con mi lengua sobre cada uno de sus zapatos, me sentía humillada hasta podía sentir la sonrisa sádica de Iván quien seguramente estaba disfrutando verme en esta situación.

—Que obediente —dice con sorna, Iván me toma del codo levantándome del suelo —llévenselas —sus hombres sacan a mi madre y a mi hermana de la sala de estar.

—¿A dónde las llevan? —Pregunto alarmada.

—Cállate —la mano de Iván toma mi rostro mientras apretaba mis mejillas con fuerza —. Ellas se irán, pero tú tomarás su lugar.

Mi corazón se detiene en seco al escuchar esas palabras salir de su boca, ¿este sería mi fin?

[...]

Aprieto los dientes con fuerza al sentir como esa corriente eléctrica recorría cada célula de mi cuerpo, sentía como si me estuvieran arrancando el alma con cada descarga.

—Te lo preguntaré una vez más ¿de qué hablabas con Aron?

—Ya te dije que él se acercó a mí para desquitarse por lo de esta mañana —respondo por enésima vez.

Una vez que se llevaron a mi madre y hermana, Iván me condujo al sótano de la mansión, esta era su habitación favorita ya que aquí tenía todos sus juguetes para torturar a sus víctimas.

—Respuesta incorrecta cariño —Iván hizo una seña para que me arrojaran un balde de agua helada y posteriormente darme descargas eléctricas.

Algunos hematomas comenzaban a asomarse por mi pálida piel debido a los constante shocks que mi cuerpo había estado recibiendo, debería estar muerta pero el desgraciado de Iván sabía lo que hacía ya que se aseguró que las descargas no pararan mi corazón.

—Si lo repites tantas veces tal vez sea verdad, siguiente pregunta ¿te besó? Dime Scarlett ese imbécil ¿te besó?

¿De dónde sacaba esas ideas? ¿Besarme? Si apenas nos conocíamos y las veces que hemos hablado fueron para amenazarme.

—No —respondo con debilidad.

—¿Te gusta ese imbécil?

—No —Iván hizo una seña con su barbilla e inmediatamente me soltaron.

—Más te vale que sea cierto porque no toleraré una traición por parte tuya Scarlett —Iván me toma de mi cabello haciendo que lo mirara a los ojos —recuerda que eres mía.

Quería responderle acerca de que lo pensaba de su asquerosa persona, él era un ser vil que no podía considerarse como ser humano pero lo único que salió de mi boca fue sangre.

—Nunca podrás estar con otro hombre que no sea yo ¿queda claro? —Asiento —y mucho menos con Aron porque si no tendría que matarte —su mano acarició mi cabello.

Mis ojos comenzaban a pesarme hasta que finalmente se cerraron sumiéndome en una profunda oscuridad.

Cuando desperté la aurora comenzaba a teñir el cielo con colores rosados mezclados con azul, quería levantarme para admirar el amanecer, pero el cuerpo me dolía como si un camión hubiera pasado sobre mí. Como pude me incorporé, miré mi dañada piel la cual estaba cubierta de hematomas causados por los choques eléctricos.

—Buen día preciosa —saludó el imbécil de Iván.

—¿Qué hago aquí? ¿Dónde están mi madre y mi hermana?

—Ellas están bien, yo mismo me encargué de que llegaran a casa sanas y salvas —suelto un suspiro de alivio al escucharlo —espero que con el castigo de ayer aprendas a no engañarme.

—No te mentí —sabía que absurdo hacer que él entendiera ya que él siempre tenía que tener la razón.

—Eso lo sé, pero además quiero que aprendas que no debes acercarte a Aron —Iván toma asiento en la cama quedando frente a mí —ya sabes lo que pasa si alguien se atreve a mirar lo que es mío.

—En ese caso fue culpa del maldito de Aron, fue él quien se acercó a mí —por culpa de Aron Izavok mi vida y la vida de los que amo corrieron peligro.

—Tal vez, pero sabes, no puedo desquitarme con él así que cada vez que Aron se acerqué a ti —su voz adquiere un tono más amenazante —tú pagarás las consecuencias.

—Entiendo.

—Así me gusta —Iván besa la coronilla de mi cabeza —sabes creo que ya es momento de que marque mi territorio —una sonrisa burlona apareció en sus labios —solo hasta que me aburra de ti.

Alcé la cabeza para mirarlo a los ojos.

¿A qué se refería?

—A partir de mañana le dejaré en claro a ese idiota que tú eres mía.