Capítulo 11

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Scarlett

Estaba acostumbrada a vivir con temor y bajo la sombra de Iván, él controlaba mi vida, mis acciones y sentimientos, ni si quiera en mi mente estaba a salvo de él, ya que, cada vez que cerraba los ojos, su imagen aparecía para atormentarme. Pero esta noche cuando mi motocicleta voló por los aires y la adrenalina se apoderó de mí, me sentí viva de nuevo, ya no era esa simple muñeca que Iván se había encargado de romper, me sentí como la antigua Scarlett que amaba recorrer las calles nocturnas de Praga a toda velocidad.

Y aunque fuera por un simple pago, Aron me había devuelto a la vida cuando me permitió correr esta noche así que no dudé en pedirle que me dejara trabajar para él, no me importaba que las ganancias fueran a parar a sus bolsillos, solo quería sentirme libre de nuevo.

—Debe ser una broma —Aron limpia una pequeña lágrima de su ojo ya que no había parado de reír cuando escuchó mi propuesta.

Saliendo de la arena regresamos a mi departamento y en cuanto llegamos los gorilas de Iván estuvieron a punto de avisarle que me había escapado, de no haber sido por Aron ya estuviera diez metros bajo tierra, él se encargó de amenazarlos para que no abrieran la boca acerca de mi pequeña salida nocturna porque de lo contrario estarían muertos.

—No lo es —digo con seguridad.

—Te haré un favor, fingiré que no escuché tu absurda propuesta y seguiré mi camino.

—Sé que tienes interés en ganar dinero y supongo que hoy te demostré que puedo hacerte ganar más del doble en una noche —aseguro.

—Pero que ego te cargas —sonrío —te daré una mala noticia, yo obtengo una generosa cantidad de dinero cada noche gane o pierda ¿qué te hace pensar que te necesito?

—Déjame correr eso es lo único que pido — suplico otra vez.

—¿Acaso eres masoquista? Sabes mejor que nadie que Iván te matará si se entera que trabajarás conmigo, al parecer él tiene una clase de enferma obsesión contigo, además no es el único, ya que el imbécil de Carlo también mostró interés en ti.

¿Iván? ¿Una obsesión conmigo? Por favor, a menos que se trate de la obsesión de humillarme cada vez que se le antoje.

—Esos dos me importan una mierda, solo quiero por un momento ser libre — confieso finalmente —quiero demostrarle por un momento a Iván que él no es mi dueño y que no puede controlar mi vida.

—Aun así no pienso ser niñera tuya, así que, olvida lo que pasó esta noche y volveremos a ser lo que éramos antes, unos completos desconocidos —entre abro mis labios para decir algo, pero no pude articular ni una sola palabra, fue entonces cuando Aron abre la puerta de mi departamento y hace una seña con la cabeza para que entre —sigue mis consejos y aléjate de mí y de la mafia.

[...]

Aron

No sé qué tenía esa chica en la cabeza para proponerme semejante estupidez, el hecho de que la hubiera utilizado con el fin de satisfacer mis intereses no la convertía en alguien cercana a mí. ¿Qué le hace pensar que la quería cerca? Es más, esa chica no era más que una pieza más para conseguir lo que quiero. Es bonita, no lo niego, pero no llamaba mi atención así que no veo que otro beneficio podría sacar de ella. Las ganancias de las carreras podrían ser una opción, pero el simple hecho de pensar que Iván podría matarla me hace retractarme de esa idea de inmediato, no por el hecho de que me importe sino porque como le dije antes, lastimar a inocentes no es mi estilo.

Desconozco la historia del porqué Scarlett terminó en las manos de Iván, ni tampoco sé qué clase de trato hizo con él, lo único de lo que estoy seguro es de que cometió un grave error al jugar con la mafia, así que le hice un favor al rechazar su tonta oferta.

Siento mi celular vibrar en el bolsillo de mi chaqueta sacándome de mi diálogo interno, la pantalla se iluminó con el nombre de Luther.

—¿Dónde te has metido perro del demonio? —Pregunta en cuanto tomo la llamada.

—En la arena —respondo sin dar explicaciones.

—Bien, no estás lejos —¿qué querrá? —Surgió un trabajito esta noche y pensé que querrías verlo antes de mandarlo al otro mundo.

—¿A sí? ¿Y quién es tu víctima? —Pregunto con interés.

—El bastardo que creyó que podía vender información.

—¿Dónde? —Escucho a Luther reír del otro lado de la línea.

—En la iglesia abandonada.

—Voy para allá.

Una sonrisa se formó en mi rostro, no podía esperar menos de Luther después de todo era el mejor asesino de Praga y para mi suerte lo tenía de mi lado, gracias a sus trabajos limpios nunca tuvimos dificultades para deshacernos de los estorbos. Llego a las afueras de la ciudad donde el olor a orines y humedad golpea mis fosas nasales, a lo lejos logro vislumbrar una enorme iglesia que apenas lograba ponerse de pie debido a sus dañados cimientos.

Abro la puerta del lugar el cual estaba totalmente sumido en la penumbra, solo la tenue luz de la luna alumbraba el altar, me acerco intentado buscar a Luther; sin embargo, no había señales de él.

—Vaya lugar que has escogido para este trabajo —menciono sin dejar de mirar el altar.

—Lo sé, pero mira el lado positivo, el bastardo podrá rezar antes de que lo mande al infierno —a pesar de que no lo estaba viendo pude sentir su sonrisa detrás de mí, era típico de Luther, solía torturar a sus víctimas antes de mandarlas al otro mundo.

—¿Dónde está? —Quise saber sin perder más tiempo.

—Sígueme —Luther me lleva detrás del atrio donde un hombre de mediana edad, ropa sucia y descuidada se encontraba atado en una silla, el aroma a orines y sangre impregnaron el aire en cuanto me acerqué a él, su rostro lleno de golpes y heridas reflejó terror en cuanto sus ojos enfocaron los míos.

—Hola Andriy ¿me extrañaste?

Venganza Escarlata © [J.D.L.M #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora