Capítulo 16

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Scarlett

No había visto a Iván desde que salió hecho una furia del despacho de Aron, Leike tenía razón, Izavok rechazó su oferta.

Camino entre la multitud tratando de encontrar a Iván; sin embargo, no tuve ningún éxito, solo dios sabía dónde se había metido, mientras continuaba mi búsqueda sentí una fría mirada sobre mí, me giro tratando de averiguar de quien se trataba hasta que sus cálidos ojos se encontraron con los míos.

Él traía puesta una máscara que cubría solo la mitad de su rostro y con paso decidido se apresuró a llegar hasta mí.

—¿Bailas? —Él hace una seña con su rostro señalando la pista de baile donde inició una balada lenta.

Tango.

—¿Qué pretendes Izavok? —Él solo sonrió como respuesta y me arrastra hacia la pista.

La mano de Aron rodea mi cintura mientras que con su mano libre toma la mía, al tenerlo tan cerca pude percibir el aroma de su colonia, un aroma que se estaba volviendo mi adicción cada vez que lo tenía cerca de mí, sus pasos eran lentos y sensuales tal y como lo era él, sigiloso y con elegancia. Con cada paso, con cada nota me sentí aturdida, no me importaba si Iván me veía con Aron, lo único que importaba era lo que estaba comenzando a sentir, la atracción hacia Aron Izavok estaba creciendo inevitablemente cada día más.

—Scarlett —susurra con voz ronca cuando su brazo rodea mi vientre y mientras mis caderas se balanceaban suavemente al compás de las sensuales notas —acepto tu trato.

Abro los ojos con sorpresa y me giro para mirarlo de frente, él me miró a través de aquella máscara con su típica sonrisa ladina.

—¿Qué? —Pregunto incrédula.

—Dije que acepto que trabajes para mí —responde —bienvenida a las carreras ilegales.

No lo podía creer, Aron aceptaba que yo corriera para él, pero había algo que no me gustaba ¿qué le había hecho cambiar de opinión? Fue entonces cuando puse en alerta todos mis sentidos.

—Creí que habías dicho que no me necesitabas —lo enfrento —¿qué te hizo cambiar de opinión?

—Tú —siento como la sangre sube a mi rostro al escuchar su respuesta —tenías razón, me gusta el dinero así que aceptaré tu oferta, solo espero que no me defraudes.

Una ola de decepción llenó mi corazón, fui tan tonta al pensar que Aron me aceptaría en su arena con tal de estar a mi lado.

Patético ¿no?

—¿Y bien?

—Acepto.

[....]

Iván

Maldito hijo de perra.

Ese maldito se atrevió a amenazarme, pero la ventaja de todo esto es que por fin tendré una excusa para acabar con él de una vez por todas.

Saco mi móvil y rápidamente tecleo un número, el tono del inicio de la llamada inundó mis oídos mientras esperaba a que atendieran la llamada.

—Diga

—La alianza con los Izavok se ha roto —suelto sin rodeos.

—Ya veo —pude sentir como una sonrisa se formaba del otro lado de la línea —ambos sabíamos que tarde o temprano eso sucedería, desde ahora tendremos que estar preparados porque muy pronto acabaré con esa maldita y el bastardo de su hijo.

—Seguro —sonrío cuando la imagen de cierta castaña apareció en mi campo de visión bailando con el estúpido de mi primo —tengo el plan perfecto.

—Eso espero.

Colgó.

Me acerqué con cautela hacia la dirección en la que se encontraba Scarlett, pero cuando estuve lo suficientemente cerca la ira me invadió; sin embargo, me contuve. Esperé a que la pieza concluyera, Aron sonrió y después se alejó sin mirarla, esto va a ser bastante interesante.

—Scarlett —la llamé, ella da un respingo, la había asustado.

—Iván —pude ver el miedo que reflejaban sus ojos a través de la máscara, me agradaba ser yo el causante de su miedo.

—Vámonos —ordeno.

Ella asiente y toma mi brazo, estaba nerviosa lo podía ver en sus ojos, en su cuerpo, podía leer cada gesto de ella con un solo vistazo, ella era un libro abierto para mí, seguramente temía que descubriera que ella había bailado con Aron. Pero para llevar a cabo mi plan sería mejor fingir que no había visto nada, así que regulé mi respiración y traté de despejar mis pensamientos mirando a través de la ventana, pero la imagen de ese imbécil pasando sus manos por el cuerpo de ella me asqueaba.

Respira, respira.

Me ordeno mentalmente.

—Scarlett —llamo en cuanto nos detuvimos frente a la mansión.

—¿Si?

—Pasa esta noche conmigo —pido con calma.

Ella abre los ojos sorprendida, seguramente no se espera una petición como esa y menos viniendo de mi parte.

—Está bien —dice algo dudosa, ella no quería estar aquí, lo sabía, pero por su bien y por el de su familia sería mejor que no me contradijera.

Me acerco a ella y coloco un mechón de su cabello detrás de su oreja, su cuerpo tiembla bajo mi contacto, así que, cierra los ojos tratando de soportar mi tacto, ella me odiaba eso lo sabía, pero su opinión me importaba una mierda. Aproveché que sus ojos estaban cerrados para besarla de una manera feroz y salvaje, con torpeza ella siguió los movimientos de mis labios hasta que adentré mi lengua en su boca, llevé sus manos a mi cuello y la tomé en brazos para subirla a mi habitación.

—Por favor Iván —susurra en cuanto se percató en donde se encontraba.

—Shhhh

Volví a devorar sus labios mientras comenzaba a acariciar su blanca piel, era tan suave, tan delicada como la seda.

—Iván detente —vuelve a pedir —no quiero —las lágrimas comenzaban a asomarse en sus hermosos ojos verdes.

Suelto un bufido, me irritaba tanto verla llorar, me hacía recordar a mi madre. Era tan difícil complacer a esta mujer.

—En verdad que eres imposible —el enojo era evidente en mi voz —te estoy tratando de la mejor manera antes de tener sexo y te estás quejando ¿qué quieres? —Tomo un puñado de sus cabellos provocando un chillido de dolor de su parte —¿esto es lo que quieres?

—Lo que quiero es que me dejes en paz —dice apretando los dientes —¿no entiendes que te odio? Me da asco que me toques —suelto con rabia.

No lo soporté más y la golpeé.

—Escúchame bien zorra —coloco sus manos arriba de su cabeza impidiéndole que se moviera —tú eres mía y tú solo me complacerás a mí.

Venganza Escarlata © [J.D.L.M #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora