Capítulo 12

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Aron

—¿Creíste que podrías escapar? Andryi Bussier —saludo —padre, amigo, excelente estafador y espía —aprieto los dientes mientras mencionaba esa última palabra.

—Señor —dice con voz temblorosa.

—¿Sabes por qué estás aquí? —Silencio, eso fue lo que único que obtuve por parte de él así que decidí proseguir —¿no lo sabes? Déjame refrescar tu memoria —me acerco a él —hace unos meses llegaste al Carnaval a solicitar un préstamo, a cambio para pagar tu deuda, tú trabajarías con nosotros utilizando tus habilidades para incrementar nuestras ganancias y ¿tú que hiciste?

Era cierto, Adryi había ido al casino que manejaba mi familia para solicitar un préstamo, pero el muy imbécil decidió traicionarme.

—Señor no es lo que parece.

—¡Cállate! —Mi puño impacta en su rostro —. Decidiste vender información de nuestros negocios.

—Por favor señor, soy consciente de que cometí un error —chilla —. Por favor perdóneme.

—Me alegra que sepas que has cometido un error — digo con burla —pero a estas alturas deberías saber que la palabra perdón no está en mi vocabulario —saco el arma de mi chaqueta y le quito el seguro.

—No volverá a ocurrir señor.

—Estoy seguro de que no volverá a ocurrir porque yo mismo me encargaré de mandarte al infierno —él comienza a llorar desesperadamente por su miserable vida, era patético.

—Por favor no, no —comienza a moverse frenéticamente sobre la silla en la que estaba amarrado.

—¡Cállate! —En un movimiento rápido golpeo una de las patas de la silla, el sonido de la cabeza de Andryi impactando el suelo hizo eco en el lugar —si me dices lo que quiero escuchar, tal vez tu muerte no sea tan dolorosa.

—¿A qué se refiere? —Me pongo en cuclillas hasta quedar cerca de él.

—Sé que al bastardo al que le diste la información no es el autor intelectual que quiere joderme—él aprieta los ojos en cuanto acerco mi arma a su rostro —- ¡Mírame! —Él abre los ojos —ese sujeto solo es un peón en el tablero, un mediador, por así decirlo, dime de quien se trata y tal vez te deje ir —un brillo de esperanza ilumina su rostro, sonreí internamente, si tan solo supiera que la labia y la mentira son mi mejor truco para conseguir lo que quiero.

—Yo no sé quién es.

—Respuesta incorrecta —hice un chasquido con los dedos e inmediatamente Luther comienza a golpear al estúpido de Andryi; solo sus gemidos de dolor y lloriqueos eran lo único que se escuchaba.

Pasé mis dedos por el puente de mi nariz masajeando la zona, esto me llevaría más tiempo del que imaginé.

—Te diré lo que sé, te lo diré —Luther me mira y asiento para que se apartara.

—Te escucho —Andryi escupe sangre tratando de formular una frase —date prisa, no querrás que pierda la paciencia ¿o sí? —Silencio, solté un suspiro —Luther.

—No, por favor —Andryi entra en pánico al ver a Luther acercarse a él —ese sujeto me matará si te digo lo que sé — muestro una sonrisa.

—Ya estás muerto de todos modos, pero si cooperas conmigo tal vez considere no acabar con tu miserable vida.

—Él me ofreció seis millones de dólares si lograba ganarme la confianza de la familia Izavok para poder estar al tanto de todos sus negocios y yo les daría esa información para acabar con ustedes —no dudo cuando decido clavar un cuchillo en su pierna izquierda provocando un grito de dolor de su parte.

—¿Qué más? —Andryi llora mientras entierro con fuerza el cuchillo en su carne —¡dime!

—Ellos tienen un plan...quieren acabar con su imperio...

—¿Quién es el hijo de puta que te envió? —Hundo con fuerza el cuchillo sintiendo como la hoja de metal penetra con mayor profundidad su carne.

—Él es...

—¡Abajo! —Grita Luther al momento que me percata que una luz verde apuntaba el cráneo de Andryi, fue entonces cuando se escuchó el disparo y el hombre que nos daría la información que necesitábamos cayó al suelo.

Muerto.

Ellos sabían que tarde o temprano descubriríamos a su espía y por eso mandaron a acabar con su vida antes de que pudiera cantar. ¡Maldición!

—¡Vigilen el perímetro! —Ordena Luther a sus hombres, pero sabía que era en vano, seguramente esos hijos de puta estarían muy lejos, no se arriesgarían a que atrapáramos a otro de sus perros falderos.

—Me aseguré que nadie me siguiera, no entiendo cómo nos encontraron —Luther luce confundido, después de todo él era conocido por ser muy sigiloso y este pequeño error le afectaría a un perfeccionista como él.

—Eso quiere decir que nos tienen vigilados —fijo mi mirada hacia el punto desde el cual nos habían disparado —conocen como trabajamos.

—¿Quién crees que sea?

—No lo sé, pero te juro que los encontraré y patearé su culo — digo con firmeza —nadie se mete con la familia Izavok.

[...]

Llego al edificio Izavok, en el cual se encontraban las oficinas del casino, además de ser el edificio donde vivía, ¿una mansión? Que aburrido, típico estereotipo de la mafia, creo que hay que cambiar un poco la rutina.

—¿Y bien?

—Está muerto —respondo.

—Era de esperarse —ella deja caer las cenizas de su cigarrillo en el cenicero dorado que tiene sobre su escritorio —supe que tuviste unos cuantos problemas.

—Estoy en eso.

—Más te vale, tuvimos suerte está vez pero nadie nos asegura que la tendremos la próxima —da una nueva calada a su cigarrillo —bastantes problemas tuvimos hoy cuando a la policía se presentó con una orden de cateo, por suerte fuimos más ágiles que ellos al disfrazar nuestra información.

Frunzo el ceño, últimamente al estúpido gobierno se le ha ocurrido hacer auditorias al casino y traer órdenes de cateo al edificio, por fortuna somos lo suficientemente listos para ocultar nuestra información y para el colmo teníamos ratas traidoras en nuestros negocios.

—¿Podrás encargarte de eso?

—Dalo por hecho —aseguro —. Tarde o temprano daré con esos bastardos.

—No espero menos de ti, así que no me decepciones hijo.

Venganza Escarlata © [J.D.L.M #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora