Capítulo 14

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Scarlett

Maldición.

Si Carlo Inavov descubría que soy la acompañante de Iván corro el riesgo de que me delate cuando estuve en la carrera con Aron, mis manos sudaban y mi respiración se había vuelto más acelerada, estaba perdida y lo peor de todo es que no podía separarme del lado de Iván sino me iría mal.

—¿Y quién es esta hermosa señorita? —Carlo se acerca a mí de manera seductora olvidando por completo a la rubia que estaba a su lado.

—Scarlett —respondo al mismo tiempo que él deposita un beso en el dorso de mi mano.

—Scarlett —repite mientras pasa su lengua por sus labios como si saboreara cada letra de mi nombre —rojo escarlata, nombre que solo llevan las mujeres destinadas al éxito —murmura —¿sabes? El color escarlata es mi favorito —entreabrí mis labios para decir algo, pero Iván se adelantó.

—Un nombre hermoso, cierto —Iván pasa su mano por mi cintura atrayéndome hacia él —el nombre de mi novia —dice haciendo énfasis en la última palabra ¿desde cuándo era la novia de Iván Kozel? Ni yo lo sabía, pero de lo que sí estaba segura era de que Iván era muy posesivo, no era nada más que un crío que temía que le arrebataran su juguete favorito.

—Déjame felicitarte entonces —Carlo muestra una sonrisa socarrona —eres afortunado por tener semejante belleza.

Los cuatro tomamos asiento cerca de la barra, la rubia se sienta sobre las piernas de Carlo mientras que yo permanezco cerca de Iván, él no despega su mano de mi cintura en ningún momento, tal parece que no pasaba desapercibida las miradas lascivas que Carlo me mandaba de vez en cuando.

—Quiero presentarte Lieke, es holandesa —dice refiriéndose a la rubia quién solo se limitó a mostrar una tímida sonrisa —mi nueva inversión.

Mi corazón se detiene al escuchar su declaración y no pude evitar sentir pena por ella, lo que esos dos hacían no tenía perdón, ni siquiera eran dignos de llamarse seres humanos, hace unos meses Iván solo prostituía a chicas pertenecientes a la República Checa, pero desde que se asoció con Carlo Ivanov ambos traficaban mujeres de distintos países, un trabajo más <<internacional>> así lo había llamado Carlo, atraían a distintas chicas a la agencia y les hacían firmar un contrato falso, salían en las portadas de las revistas por un tiempo y luego las mandaban a los prostíbulos, las que eran vírgenes eran subastadas a cerdos millonarios de diversos países en el club Oasis el cual es propiedad de Carlo.

Las que tenían suerte eran compradas por socios de Iván y permanecían en Praga con una vida llena de lujos, como en caso mío, solo las que éramos propiedad de la mafia República Checa salíamos en las revistas de moda, truco para despistar la verdadera cara de Elite, las demás chicas eran exhibidas en una página web clandestina especialmente para el tráfico de personas.

Miro con pena nuevamente a Leike quien parecía estar viviendo el mismo martirio que yo, pero por desgracia ese no es mi problema, solo debo concentrarme en mí y en mi supervivencia porque eso es lo que hago cada día al lado de Iván sobrevivir.

—Ella es de confianza —Carlo posa su mirada en mí.

—Lo es —asegura mientras hundía su rostro en mi cabello —ella no se atrevería a traicionarme porque antes mataría a su familia ¿verdad cariño?

—Sí Iván —asiento.

—Así me gusta —me acerco a él y planto un rápido beso en sus labios, pero antes de que me apartara Iván pasó su mano por mi nuca atrayéndome hacia él para profundizar el beso.

Venganza Escarlata © [J.D.L.M #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora