Capítulo 48

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Scarlett

El auto se detuvo y Lena apuntó dispuesta a acabar con la vida de quién se encontrara dentro y para mi sorpresa, yo también compartía ese mismo sentimiento que ella. Ya no importaba nada, mi vida estaba en juego y la defendería a toda costa sin importarme matar una vez más.

¿Qué me había pasado?

¿Dónde quedó aquella niña que deseaba encontrar su libertad?

Esa niña murió aquella noche que Iván me encontró, esa niña ingenua y débil ha quedado en el olvido. Ahora solo queda la mujer que ha resurgido del fango con el único afán de ver a aquellos que hicieron su vida miserable, revolcarse en el infierno. La venganza es mi motor para mantenerme en pie, la venganza es mi fuerza para sostener apretar el gatillo.

Mis manos estaban teñidas de sangre, pero no de la sangre de quién deseaba.

—¡Baja el arma Lena! —Volví en sí cuando escuché vos voz de Luther.

—¿Acaso están locos? ¡Pude haberlos matado! —Mi corazón dio un vuelco. Lena había hablado en plural.

Salí de mi escondite y aún con el arma en mano me acerqué, un sentimiento de alivio invadió todo mi sistema cuando vi frente a mí a Aron. Su ropa estaba manchada con algunos restos de sangre seca, pero él estaba ahí.

Vivo.

—Aron —su nombre salió de mi boca como una melodía.

—¡Scarlett! —Empujé a Lena levemente y corrí hacia él. Aferré mi cuerpo al de él como si mi vida dependiera de ello; oculté mi rostro en su cuello y dejé que las lágrimas bañaran mi rostro.

—Estás vivo.

—Lo estoy —sus pulgares limpiaron con delicadeza las lágrimas que había corrido el maquillaje de mis ojos. Estaba consciente de mi patético aspecto; sin embargo, no me importó, Aron juntó nuestras frentes y besó mis labios con pasión como aquella vez en el bar. ¡Dios! Él era el aliento que necesitaba para respirar —. No vuelvas a hacer eso —suplicó —no vuelvas a hacer una locura solo para matar a una rata como Carlo; creí que iba a enloquecer cuando supe dónde te encontrabas.

—Lo prometo.

—Sin embargo, estoy orgulloso de ti Scarlett —sus ojos amielados no se despegaban de mi rostro —. Pero creo que es momento de que regreses a casa, nosotros nos encargaremos del resto.

—No puedo hacerlo —Aron me miró inexpresivo —. Necesito acabar yo misma con Iván.

—Scarlett ¿estás segura de querer manchar tus manos nuevamente?

—Lo estoy —aseguré —. No le estoy quitando la vida un inocente Aron, quiero que ese desgraciado pague por todo lo que ha hecho. No podré estar en paz conmigo mismas hasta que él muera bajo mis manos.

—Entonces te daré el privilegio de matarlo.

Había el momento que tanto había esperado. Era el momento de llevar a cabo mi venganza y la convertiría en una Venganza Escarlata.

[...]

Nos detuvimos en la plaza Luxembourg; Aron había recibido una llamada de su madre, el desgraciado de Iván había escapado y al parecer tenía planes de huir del país, después de todo el árabe y nosotros buscábamos meterle una bala por el culo.

Señor, el objetivo ingresó al estacionamiento hace diez minutos —habló uno de los hombres de Aron.

—Entendido, vamos a entrar —Aron recargó su arma y me entregó una a mí —. Nosotros lo detendremos, pero de ti depende el gran final. Es todo tuyo preciosa.

Venganza Escarlata © [J.D.L.M #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora