Capítulo 28

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Scarlett

Siento como si mi cuerpo estuviera flotando en una suave nube, podía sentir como me balanceaba de un lado a otro sin sentir ningún dolor, debía admitir que Fujimoto tenía razón, la sensación que producía esta droga era placentera o eso pensaba hasta que un agudo dolor comenzó a recorrer todo mi cuerpo provocando una parálisis.

Mierda.

Trato de abrir los ojos, pero por más que lo intento mi cuerpo no reaccionaba y el dolor que sentía quemaba mi interior. ¿Este sería mi fin?

—¡Scarlett! —escucho a alguien llamar mi nombre a lo lejos —¡Scarlett! ¡Maldita sea, abre la puerta!

Esa voz le pertenecía a Aron.

Quería decir su nombre, pero por más que trataba, de mi garganta no salía más que gemidos de dolor, de pronto escucho como la puerta era abierta de un solo golpe para después sentir los brazos de Aron sobre mi adormecido cuerpo.

—¡Abre los ojos, por favor! —la voz de Aron se escuchaba alterada ¿acaso estaba preocupado por mí? —resiste —esas fueron las últimas palabras que escuché antes de sumirme en la inconciencia.

[...]

Aron

Bajé la guardia.

Soy un estúpido, de eso era consciente y ahora gracias a mi estupidez la vida de Scarlett corre peligro, no perdonaría si algo le llagaba a suceder. Camino de un lado otro esperando tener noticias de ella, ya habían pasado cerca de cuatro horas desde que la traje al maldito hospital y nadie me da razón de ella.

—Familiares de la señorita Voitovych —en cuanto escucho su nombre me acerco a la enfermera.

—¿Cómo está ella? —pregunto de inmediato.

—¿Qué es usted de la señorita? —no pude evitar tensar la mandíbula ante su estúpida pregunta, la vida de Scarlett se encontraba en peligro y esta mujer se empeñaba en averiguar mi relación con ella.

Llevo mis dedos al puente de mi nariz y comencé a masajearlo intentando controlarme.

—Soy su novio —respondo, la enfermera me miró de arriba abajo mientras me lanzaba una mirada de desaprobación.

¿Qué le pasaba a esta bruja? Ignoré su mirada de desprecio, lo único que quería era saber que ella estuviera bien.

—Tuvo suerte esta vez, pudimos eliminar toda la droga de su organismo —informa —si lo desea puede pasar a verla. Debe tener cuidado porque tal vez no haya una próxima vez. 

No lo pensé dos veces porque en cuanto la enfermera me dio el pase hacia su habitación, corro a verla, ella se encontraba sobre una cama mientras que de su brazo desprendía una pequeña manguera que estaba conectado al suero. Me acerco a ella y con cuidado acaricio su rostro definiendo cada facción hasta que mis dedos se detuvieron en sus labios.

Aquellos pálidos labios rosas que había tenido la fortuna de probar, con cuidado me acerqué a ella y posé mi boca sobre la suya dejando un casto beso, saboreé nuevamente sus labios deseando devorarlos con mayor intensidad, pero me detuve ante esos pensamientos, ella se encontraba en este estado por mi culpa.

Me aparto de inmediato esperando a que despertara, para mi fortuna no pasó más de media hora cuando sus pestañas comenzaron a moverse con rapidez, ella estaba despertando.

—Hola —saluda con voz ronca en cuanto me vio.

Una inmensa alegría se expande sobre mí cuando sus hermosos ojos verdes encontraron los míos, no pude evitar sonreír al darme cuenta de que ella estaba bien.

Venganza Escarlata © [J.D.L.M #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora