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—Padre nuestro que estás en el cielo —decimos todos en la iglesia, mientras el sacerdote nos acompaña la oración.
A veces me pregunto si realmente existe un Dios, cualquier clase de Dios, no solamente el de mi religión, catolicismo. Todas las personas creemos que el futuro está en manos de ese ser majestuoso y superior. Debo admitir que nunca he leído con pasión un pedazo de la biblia, solo creo que sí, tal vez existe un Dios, tal vez no exactamente en el cielo, pero, de que hay alguien superior a nosotros, lo hay... o tal vez no.
Eres decepcionante, mejor concéntrate en la oración.
—No nos dejes caer en la tentación y líbranos de todo mal —respiro profundo—, amén —termino la oración.
—Pueden ir en paz, mis queridos hermanos —agrega el sacerdote.
Todas las personas comienzan a desalojar la iglesia, todas, excepto mi familia; la cual es pequeña, al menos cuando venimos a la iglesia. Mi abuela siempre nos acompaña, mi hermano nunca le suelta la mano, es tan tierno, mientras que mi padre hace lo mismo con mi madre, y yo, pues... yo tengo salud y bienestar propio.
Mi madre se dirige hasta donde se encuentra el sacerdote, todos la acompañamos, siempre lo hacemos, bueno, no por gusto, ella dice que si todos no lo hacemos, es un acto de mal gusto hacia nuestro Señor Jesucristo. Sinceramente no le veo el sentido, solo vamos a saludar a un sacerdote, nada más, no creo que no hacerlo sea un acto de mal gusto hacia nuestra religión. En fin, mi madre saluda al sacerdote, todos los maravillosos integrantes de mi familia hacen lo mismo y, por último, nos retiramos.
«Dios te bendiga, muchacho. Qué grande estás, ya has de tener a una linda joven a tu lado», recuerdo las palabras que dijo el sacerdote cuando lo saludé.
Cuánto quisiera decirle que sí la tengo, pero, por desgracia, mi poca sociabilidad no ayuda, además de que, bueno, yo...
Das vergüenza, cobarde.
Es solo que he intentado acercarme a chicas desde que tengo memoria, pero, a ninguna de ellas le agrado. Excepto a una, a quien no veo de esa forma, es mi mejor amiga.
[...]
—¿En serio te gusta ir a esa iglesia? —pregunta la rubia que más amo en mi vida, mientras come unas palomitas de maíz.
—Danna, sabes que la religión es importante para mí y...
—No —me fulmina con la mirada—, es importante para tu madre, ya déjate de mentiras.
—Pero...
—Shhh —interrumpe juntado su pulgar con el resto de sus dedos frente a mí—. No es necesario estar todos los días dentro de una iglesia para demostrar tu creencia. —Se sienta a mi lado—. Eros, la creencia se lleva en la sangre, en el corazón.
—Lo sé...
—Bueno, si sabes tanto, ¿por qué insiste en que te gusta? Me has contado sobre tus metas, y si me dices que ir a la iglesia te agobia porque te recuerda que aún no has hecho muchas cosas, entonces, claramente no es bueno para ti que estés yendo todo el tiempo.
No sé cómo justificarme más, de cierto modo, creo que Danna tiene razón, sin embargo, creo que es algo muy complicado, no puedo dejar de ir a la iglesia solo porque sí, mi madre sospechará y quizás pensará que lo he hecho por otra cosa. Mi creencia en Dios es infinita, pero, también opino que muchísimas cosas que dice la biblia son un poco... tal vez muy... ¿crueles?
Me he salido del tema.
Creo que podría hablar con mi padre, él es más compresivo, además, soy un adulto, sí, tengo diecinueve años de edad, ya estoy grande para tomar mis propias decisiones, enfrentaré a mis padres y...
[...]
—No —impone mi madre, quien estaba sentada en el sofá de la sala de estar junto a mi padre.
Me quedo en silencio, le había comentado a mi madre que me gustaría comenzar a tener libres los domingos para estudiar alguna clase extracurricular, que no vendría nada mal, esas clases son los fines de semana; los cuales me la paso aburrido, a excepción de la iglesia, me relaja el alma, pero, creo que podría aprovechar ese tiempo en algo para mi desempeño escolar.
Oh, por Dios.
Hablando de escolar, mañana es el examen de geometría y no he estudiado absolutamente nada.
—¿Eros? —pregunta mi padre confundido, yo reacciono algo desorientado, mientras lo miro—. ¿Estás seguro de que quieres eso?
—Pues...
—Sigo sin estar de acuerdo —interrumpe mi madre.
¡Dios mío santo! ¿Cuándo será el día que esta mujer no se oponga?
—Quiero aplicar para una clase de filosofía, puedo costearlo si comienzo a trabajar.
—¡Ja! —expresa mi madre con burla, luego suelta unas carcajadas—. ¿En serio piensas trabajar? Aún eres un niño, mírate, Eros, cariño.
—Marta... —dice mi padre—. Tal vez deberíamos dejarlo, al final, solo quiere estudiar, no es algo malo, ¿o sí?
¿Dejarte? Eros, tienes diecinueve años, tonto.
—Gracias por su comprensión —les sonrío a mis padres—, iré a inscribirme mañana mismo, los quiero —agrego y me marcho hacia mi dormitorio.
Me van a matar, me van a matar.
No importa, has hecho lo que debías hacer, enfrentaste a tu familia, le dijiste lo que sientes, lo que te gustaría hacer.
Estoy sentado en la ventana de mi dormitorio, apreciando parte del pueblo desde allí, pensando en tantas cosas que regresan a mi mente, cosas que me gustaría olvidar, una de ellas es el día en que regresé de mis vacaciones. No es específicamente el hecho de regresar a casa, no, lo que realmente quiero olvidar es que lo vi otra vez. No puedo olvidarme de él tan fácilmente, fuimos amigos por años, trece años de una gran amistad, una de las mejores; actualmente la mejor que tengo es la de Danna, mi mejor amiga.
Mi mente queda en blanco cuando recuerdo a Troy, no sé por qué de un día para otro me dejó de hablar, me eliminó y borró todas nuestras fotografías de sus redes sociales. A veces extraño ir a verlo jugar hockey, pasar horas charlando con él en «Heaven's».
Joder, ¿qué he hecho mal?
Nota de autor:
Estuvo intenso el capítulo... 👀
¡Hola, guapos lectores y guapas lectoras!
Espero todos estén muy bien.
Comenta un corazón ❤︎ si apoyas a Eros en lo que se propuso
Sonríe si ya quieres que su destino choque con Troy
Y vota si te gusto el capítulo, jaja
Les manda un bonito abrazo,
Daniel Fernández
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Fugaz revelación | Libro I
Roman d'amour[Fugaz y Eterno I] Un jugador estrella de hockey que sufre por cocinar panecillos casi a diario. Un religioso con alma de filósofo y poeta que busca un lugar en el mundo. Una combinación extraña, que con el tiempo se irá cociendo. - Troy y Eros fuer...