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Seis meses después...
—Eros —mascullo, tras levantarme de golpazo.
Mi respiración se estremece, siento como si el corazón se me fuera a salir del pecho. He tenido el peor sueño de mi vida, era tan extraño y perverso, también revuelto. Es esa especie de sueños que no sabes cómo describir o cómo empezar a narrar. Lo que puedo expresar al respecto es que, antes de que me despertara de golpe y viera en mi teléfono que son las cuatro de mañana, soñé que estaba en una pista de patinaje al aire libre, pero, no estaba solo, tenía una compañía de mi lado derecho, una que me besó.
Creo que no llegaré a abarcar todos los puntos aterradores del sueño, ya no recuerdo ni la mitad. Aunque, lo que me despertó no fue exactamente algo que me disgustara, al contrario, fue algo que me impresionó y me dejo sin palabras.
No sé si seguir durmiendo o...
[...]
El cafecito, café, café...
Cafecito con, con lechecita
Leche, leche, cafecito con lechita.¡Yep!
Mi café con leche está listo, después de cantar una canción que inventé, suelo hacerlo cuando estoy aburrido y, ¿quién no estaría aburrido un sábado de marzo por la mañana? Al menos logré conciliar el sueño cuando me levanté a las cuatro de la mañana, qué horror, no sé cómo dudé por un momento sobre seguir durmiendo, dormir es lo mejor del mundo.
Mi padre está en la sala de estar, mientras que yo termino de preparar el desayuno desde la cocina.
¿Dónde más se puede preparar el desayuno?
Agh.
En fin, no tengo planes para este día, es sábado así que lo más probable es que vea series y...
Mi teléfono, que yace sobre los muebles de cocina, comienza a repicar, es una llamada; no espero mucho para tomarlo y contestar.
¿Fred?
—¿Aló? —Me rasco la mejilla, mientras empleo una pequeña caminata por la cocina.
Él cuelga.
FRED: La señal está malísima donde estoy, ¿estás listo?
¿Listo? ¿Listo para...?
¡Oh, mierda!
—¿Qué día... qué día... día es hoy? —susurro, mientras me dirijo al calendario.
Siete.
Oh, no.
Siete de marzo.
TROY: Hola, Fred, yep, estoy casi listo, ¿saldremos a qué hora?
FRED: Te dije que a las tres.
TROY: Lo olvidé, jaja, lo siento.
FRED: Tranquilo, te pasaré buscando a esa hora, ¿sí?
TROY: Sí, claro, perfecto.
FRED: Okey, adiós.
TROY: ¡Bye, boy!
[...]
Me cepillo los dientes frente al espejo del baño, dándome cuenta de lo asquerosa que luce mi cara, he intentado tanto para poder deshacerme del acné; cremas antisépticas, pasta dental, cremas mentoladas, exfoliaciones con azúcar, jabón azul, entre otras.
Mejor...
¡Asco! ¡Asco!
No debí hacer eso, esa espinilla estalló como un volcán al hacer erupción.
Vomitaré, qué asco.
No, no.
Mensaje.
Mi teléfono suena, debe ser...
FRED: Estoy afuera, sal ya.
TROY: Ya salgo.
Humedezco por completo mi cara, después le unto jabón y termino de limpiarla.
Mis pies me encaminan hasta mi dormitorio y, una vez allí, tomo mi bolso.
¡Santos panecillos!
¿Qué he metido dentro?
Pareciera que solo piedras.
Primero muerto que sencillo, todo lo que he empacado es necesario.
¿Quién lo diría?
Es increíble que yo haya olvidado la acampada en las montañas. Eso era lo único que Fred enfatizaba a cada rato y, cuando al fin llega el día, lo olvido por completo. Me he aislado estos últimos meses, mis calificaciones decaen, lo hacen al igual que mi padre. Me siento como la mismísima mierda, no sé cómo sigo tratando de flotar cuando cada vez me ahogo más y más. La peor parte es que, después de aquel día en mi departamento, no volví a saber de él.
Señor Cupido.
He sido un idiota.
Me porté de lo peor cuando le exigí que se marchara de mi departamento, nunca mostró doble intención, su único objetivo era ser amable y no merecía ser tratado como lo traté.
Ahora solo me queda el libro que sostengo entre mis manos, el que jamás abrí porque una cinta color verde agua lo rodea con presión y, además, claramente la filosofía no es lo mío. Sin embargo, me he dado cuenta de que a él si le gusta, de que está estudiándola y creo que es algo fantástico, tanto como él.
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Fugaz revelación | Libro I
Romance[Fugaz y Eterno I] Un jugador estrella de hockey que sufre por cocinar panecillos casi a diario. Un religioso con alma de filósofo y poeta que busca un lugar en el mundo. Una combinación extraña, que con el tiempo se irá cociendo. - Troy y Eros fuer...