5. EL DOCTOR ES AMABLE Y SOLIDARIO

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Los fines de semana y mucho más aquellos que tenían algún lunes o incluso un viernes festivo eran de los peores.

Los casos en urgencias aumentaban considerablemente, más que todo por los accidentes de tránsito. No faltaban las personas irresponsables que causaban desastres porque se excedían con la bebida, perdían su uso de la razón y hacían estupideces como salir a conducir en la noche a alta velocidad, con la visión borrosa, los reflejos atrofiados y la estupidez latente.

Había pasado toda la noche y la mañana atendiendo heridos en urgencias y en el quirófano. Gracias a Dios aunque hubo casos graves y algunas complicaciones ninguno fue mortal.

Apoyo su espalda en la pared de atrás y cerro los ojos un momento, se sentía cansado.

-Do...doctor Nell – la suave voz de una enfermera le hizo abrir los ojos con pesadez. – lamento molestarlo pero...

Era Mary, apenas llevaba un mes trabajando aquí y ya la habían puesto en urgencias, el personal escaseaba en esta época del año debido a que muchos ya habían salido a vacaciones.

-no te preocupes Mary – le sonrió con calidez mientras se acomodaba las gafas. – En que te puedo ayudar?

-Bueno... es que el doctor Anderson todavía no ha venido y me preguntaba si usted puede revisar los últimos.- la joven enfermera estaba avergonzada, en el fondo se sentía mal por tener que pedirle ese favor, sabía perfectamente que el doctor Elliot había estado trabajando durante muchas horas seguidas.

-no es nada, vamos. – Como siempre el joven doctor le sonreía tan amablemente aunque las profundas ojeras que tenía en su rostro eran un claro indicio de lo cansado que debería estar.

Caminaron de regreso a la sala. A esta hora de la tarde y después del caos del día anterior, ciertamente en urgencias solo quedaban algunos casos leves, nada de vida o muerte. Elliot suspiro con alivio al notarlo.

La joven enfermera le pasaba uno a uno los expedientes médicos de los pacientes en las camillas, Elliot revisaba cuidadosamente cada caso dando instrucciones a la enfermera sobre los medicamentos a administrar y el tratamiento en general.

Hasta que algo llamo su atención. En la ultima camilla un hombre alrededor de los 30 años apenas si podía coordinar su cuerpo. Tenia la cara y los ojos rojos, sus movimientos eran pesados y torpes. Trataba de coger a las enfermeras mientras les sonreía y alagaba de forma bastante descarada. Ese hombre aún tenia alcohol en su sistema.

Las dos pobres enfermeras batallaban para poder colocarle el suero, el hombre las apartaba con el brazo y luego trataba de cogerlas de nuevo para invitarlas a salir.

Miro su historial medico, y no lo sorprendió encontrar que el señor Darrel había ingresado por urgencias por haber estrellado su camioneta en medio de un parque saliendo de una discoteca. Afortunadamente el accidente no tuvo consecuencias mayores. Pero la sola idea de que aquel hombre pudo causar un accidente mayor o herir a más personas lo saco de sus casillas.

Todo esto le enojaba tanto... que no se contendría con el borracho que tenia justo al frente suyo.

-Enfermeras, yo me hago cargo. – les sonrío a las dos chicas, ambas le sonrieron de vuelta y en silencio le agradecieron por quitarles a ese viejo de encima.

El borracho miro con desagrado como esas dos bonitas enfermeras lo dejaban, pero luego puso su vista en el medico que se aproximaba. Tenia un cuerpo fino, un rostro perfilado, y una piel de porcelana. Sonrío. Tampoco estaba mal.

-Así queee tuu me cuidaras preciosura. – le sonrío con todos los dientes mientras ponía su mejor pose de conquistador.

"Es en serio.. ¿preciosura?...no.. esto no podía estar pasando de nuevo".- pensó Elliot, al llegar junto al hombre que ahora coqueteaba con él.

DOCTOR VS MAFIOSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora